Dordogne-Périgord, un lugar a medio camino entre el Polo Norte y el Ecuador, divide su territorio por colores y tiene a los ríos como ejes principales. El Dronne, que ya en el siglo XIX era conocido como el más bello de Francia. L’Isle que aporta personalidad a la capital, Perigueux. Los viñedos de la región son regados por la Dordogne y su cuenca es Reserva de la Biosfera por la UNESCO. Por último, el Vézère y su valle, un emplazamiento mágico, conocido como el Valle del Hombre y que nos va a permitir realizar un increible viaje en el tiempo.
Antes de salir de casa son muchos los atractivos de esta región de Francia que nos reclaman. Aunque se trata del país vecino y hemos hecho varias escapadas, toda esta zona es nueva para nosotros, tal vez está un poco eclipsada por la antigua Aquitania y su capital Burdeos. Dordoña-Perigord guarda huellas de la presencia del hombre desde hace 400.000 años, reune un excepcional patrimonio arquitectónico, reconocido por la UNESCO y solo superado, en Francia, por Paris. Es, también, la Tierra de los mil y un Castillos. Por si fuera poco, aquí encontraremos diez de los Pueblos mas Bellos de Francia. Jardines de ensueño como los de Marqueyssac, y rutas para perderse caminando, en canoa, en bici, o a caballo.
Perigord presume de tener hasta una "Venecia". Es Brantome, en el Perigord Verde, alrededor del Parque Regional Perigord-Limusin, el norte de la región. Y es que tenemos que viajar hasta Dordoña con un código de colores, acercarnos al llamado Perigord Blanco por su piedra, reconocida internacionalmente, alrededor de Perigueaux, una de sus Villas de Arte e Historia. El Perigord Púrpura del vino junto a la ciudad de Cirano: Bergerac, y el Perigord Negro en el Valle del Vézère con sus acantilados, cuevas trogloditas y pueblos de postal.
La gastronomía es, sin duda, otro de los puntos fuertes: las Trufas de Perigord, las fresas y cerezas, las nueces, manzanas…, los quesos, y los vinos de Bergerac que nos apetece mucho probar frente a los, en nuestra opinión, un tanto sobrevalorados caldos bordeleses.
Ya hemos explicado en otras ocasiones nuestra vinculación y pasión por la arqueología, y esta se nos antoja una increíble oportunidad para ver una de las cunas de los “modernos prehistóricos”. En esta entrada ellos van a ser los protagonistas. ¡Quien iba a decirnos hace unos años que estaríamos visitando los lugares que han dado nombre a los periodos más significativos de la prehistoria!.
El valle del del Vézère, llamado Valle del Hombre, es sin lugar a dudas un enclave privilegiado, donde podemos seguir las huellas de los asentamientos humanos, desde hace 400.000 años. Lascaux y las cuevas o refugios del valle del Vézère constituyen el primer conjunto paleolítico declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Actualmente en apenas 50 km son 15 “Sitios prehistóricos y cuevas decoradas del Valle del Vézère” los reconocidos con esa distinción.
Museo Nacional de Prehistoria
Nos esperan abrigos naturales, esas inmensas viseras de piedra, que dieron cobijo a nuestros ancestros y algunos de los santuarios a los que acuden prehistoriadores de todo el mundo, como el Museo Nacional de la Prehistoria en Les Eyzies de Tayac. Desde nuestra primera incursión, ya hace un montón de años, al Museo del Hombre de París, admirábamos la forma en la que los franceses podían adentrarse en la Historia, más allá de las clases y los libros. La museística ha evolucionado mucho desde ese, nuestro primer viaje, y el reto de divulgar nuestros orígenes a generaciones que leen menos es visible desde su arquitectura innovadora a sus nuevas formas expositivas.
Acompañados por Estelle Boudard repasamos todo el Paleolítico; el inicio de nuestro caminar sobre dos piernas, con el homo erectus y los avances del homo sapiens, su habilidad y especialización en la fabricación de útiles de sílex o tallas en huesos y astas. Vemos los procesos “industriales” en la elaboración de herramientas, esqueletos de niños Neardental, (sólo se han descubierto 32 enterramientos y 2 están en Perigord), junto con recreaciones del hombre de Cromagnon y su hábitat, con el reno, animal esencial en su supervivencia, el megaceros gigante, el bisonte…
Un bifaz girando en una vitrina nos permite ver la precisión de esta “navaja suiza” del hombre de Cromagnon. Comprobar que el tallado de un propulsor se convierte en una obra de arte o encontrarnos con el famosísimo bisonte lamiéndose, tallado en hueso, es la mejor prueba de la sensibilidad y modernidad de estos hombres de las cavernas.
Las excavaciones de 1893 ponen a Les Eyzies en el punto de mira de los arqueólogos y prehistoriadores. Nuestra especie a punto estuvo de llamarse Cropataud en lugar de Cromagnon, pues son sólo 200 metros los que separan la propiedad del sr. Magnon, donde se encontraron los primeros 5 esqueletos humanos, de la del sr. Pataud, que hoy nos muestra el Abrigo de los Cazadores de Renos.
Los hallazgos en los cercanos Le Moustier y Le Madeleine dieron nombre a periodos de la prehistoria como el Musteriense o el Magdaleniense, considerado la edad de oro del Paleolítico Superior.
El esqueleto del bebe musteriense expuesto al público, es una pieza única, debido a las rudimentarias técnicas de excavación en las primeras décadas del siglo pasado: se cortó literalmente el bloque de tierra que albergaba el enterramiento y permaneció olvidado en los almacenes del museo, hasta su datación en 1996.
Fue la visión de un joven profesor, Denis Peyrony, la que hizo posible reunir una completa colección de útiles y artefactos, intentar que las mejores piezas no acabaran en museos de todo el mundo, y sobre todo dar forma a lo que llegó a convertirse en el llamado “turismo prehistórico”. En 1920 funciona en Les Eyzies una oficina de turismo y una docena de lugares se abren al público. Es Peyrony quien promueve la protección de los yacimientos, ya que, en esta época se "vendían" derechos de excavación.
Abri du Poisson
La visita al Abrigo de Poisson, realizada también con Estelle, (es necesario concertar previamente el acceso a la cueva), nos acerca a esa pasión por encontrar tesoros y nos recuerda el difícil equilibrio entre la divulgación y la protección de los hallazgos.
El salmón tallado de forma precisa en esta pequeña cueva, es considerada la primera reproducción de un pez. La maestría del relieve pone de manifiesto la atenta observación del artista. Encontrado por azar en 1912 muestra aún las huellas del intento de corte de la piedra para su venta. Fue de nuevo Denis Peyrony, quien logró agilizar excepcionalmente los tramites, sólo 3 meses, para que la pieza no fuera vendida a un coleccionista alemán y quedará bajo la protección del gobierno francés. El Abrigo de Poisson se convierte así en el primer lugar catalogado y protegido como patrimonio de Arte Parietal. Un auténtico hito, ya que no hay que olvidar que los prehistoriadores y científicos aun ponían muchos reparos a este llamado arte de las cavernas.
La profusión de carteles indicadores que nos invitan en todo el Valle del Vézère a “redescubrir” grutas, abrigos, viviendas trogloditas y cuevas decoradas, parecen el eco de un tiempo en el que arqueólogos aficionados y apasionados de este arte incipiente, venían a visitar y excavar en busca de las huellas de un arte enigmático y desconocido.
Les Eyzies de Tayac ha sido nuestra base de operaciones para este viaje a la prehistoria. La tranquilidad del Camping La Rivière situado en una antigua casa de postas y las atenciones de Amandine y su familia han resultado un bálsamo para toda la información acumulada en estos días.
Un recorrido a pie de 8 o 15 km, que parte de Les Eyzies, nos ofrece el primer Camino de la Prehistoria, el sendero señalizado “Boucle de la Micoque” que nos permite visitar el Abrigo Cromagnon, el Abrigo Pataud, el Museo Nacional de la Prehistoria, Laugerie Alte y Basse, entre otros.
Laugerie - Basse
Precisamente en Laugerie - Basse, Laurent nos regaló una visita llena de entusiasmo por la divulgación del estudio de la prehistoria a futuras generaciones. Pudimos recrearnos con la estratigrafía de la cueva, buscando restos de huesos, de industria lítica, rastros de fuego...
Aunque la mayoría de las piezas ya no están aquí, sino repartidas en otros museos por todo el mundo, el Laugerie-Basse nos ayuda a entender la vida cotidiana bajo los abrigos, con grabados de pájaros, peces, una mujer embarazada, el tallado de un ciervo que podía ser un juguete…
Esta visita nos ha permitido entender la formación de los abrigos, que se ven por todo el valle, explicado perfectamente en la película 3D. Se debe a la precipitación de rocas debida a los cambios climáticos. Da miedo pensar en la caída de estos inmensos pedruscos, que también han preservado espacios para el estudio como este yacimiento.
Estos refugios naturales han resultado esenciales en el Valle del Vézère para el asentamiento de nuestra especie, lugares que ofrecían un espacio para vivir, para situar sus tiendas y sus útiles, no en el interior de las cuevas. Los abrigos ofrecen terrenos más cálidos e impermeables, con la altura suficiente para la vigilancia del entorno. Nos llama la atención en el Laugerie-Basse una oquedad en la piedra a gran altura: es una de las atalayas de vigilancia en el Perigord ante las invasiones vikingas, en sólo 6 minutos todo el valle estaba en alerta de la llegada de estas incursiones. Lo cierto es que las casas medievales y los pueblos de hoy día, siguen apoyando sus tejados sobre el abrigo de roca.
En Les Eyzies de Tayac también se encuentra el Polo Internacional de la Prehistoria, un espacio interactivo de información, exposiciones, documentales, talleres, cursos y mediateca, para reforzar aun más que nos hallamos en la Capital Mundial de la Prehistoria, por no mencionar abrigos como el de Cromagnon.
En este viaje siguiendo las huellas de nuestros antepasados aun nos queda acercarnos a Montignac, para descubrir uno de los templos del arte parietal: la cueva de Lascaux, aunque esa será otra historia.
Agradecimientos
Este viaje ha sido posible gracias a la colaboración del Comité Départemental du Tourisme de la Dordogne, Museo Nacional de Prehistoria en Les Eyzies de Tayac, Laugerie Basse, Camping La Rivière
El Guisante Verde Project mantiene todo el control editorial del contenido publicado.
Viaje a Dordoña-Perigord. Entradas Relacionadas
La Cueva de Lascaux, un viaje al Arte de la Prehistoria en Dordoña-Perigord
Viaje a Dordoña-Perigord, el Grand Tour I
Viaje a Dordoña-Perigord, el Grand Tour II
Qué envidia de museos, ojalá en la península de Yucatán estuviéramos a es nivel para disfrutar de los tesoros que guardan estas tierras. Un placer aprender con vuestros viajes, sois exquisitos, de verdad. Gracias.
ResponderEliminar¡Muchas gracias, Sandra!, mujer, en Yucatán tenéis otros tesoros, nada despreciables por cierto... un placer, como siempre, tenerte por aquí
EliminarEstuve por allí, especialmente por el Negro, y literalmente aluciné. Tienen infinidad de cosas interesantes, ya sean museos, cuevas, pueblos o castillos. De todo, en cantidad, pero sobre todo en calidad. Efectivamente, en cuestión de museos hemos avanzado mucho. Tanto que pasé frío en Lascaux en pleno verano. ¡Habían recreado hasta la temperatura!
ResponderEliminarTawaki, esa es la sensación al recorrer esa parte de Francia. Sorpresa porque no es especialmente conocida, fuera del ámbito académico, y tiene unas posibilidades bárbaras. Lo de la temperatura en Lascaux es literal... y claro en verano se nota aun más.
Eliminar