En nuestros inicios viajeros, Turquía fue nuestro segundo destino fuera de las fronteras europeas. Tras el maravilloso caos que vivimos en El Cairo, Estambul lo tenía difícil y, aun así, nos fascinó. No en un primer momento, una oscura y lluviosa noche de verano, aunque sí al día siguiente. Apenas habíamos comenzado a caminar por sus calles cuando sentimos que nuestro regreso era algo seguro.
Ese esperado viaje de vuelta a Estambul ha tardado casi dos décadas en llegar, y la espera ha merecido la pena. Una de nuestras prioridades a la hora de nuestro regreso a la ciudad a orillas del Bósforo era alojarnos en un hotel pequeño, buscando ese trato personal que cada vez resulta más difícil conseguir en establecimientos grandes. La otra condición era que estuviese ubicado en Sultanahmet, y más concretamente cerca de la Mezquita Azul.
El Hotel Celine cumplía ambas condiciones. Cuando recibimos un email del hotel dándonos la bienvenida y mostrando su disposición para que la estancia sea perfecta, tuvimos el convencimiento de que aquí las cosas eran diferentes.
Un auténtico hotel boutique que dispone solamente de 14 habitaciones. Se encuentra a dos minutos, caminando, del Hipódromo, perfecto para recorrer a pie la principal zona monumental de la ciudad.
El hotel ocupa una antigua casa otomana, de finales del XVIII o principios del XIX, restaurada y decorada con mucho gusto, sin estridencias, utilizando materiales que se reducen a la madera, la piedra y el cristal. Al viajar fuera de temporada, el ambiente de los antiguos barrios de Estambul reaparece en Peykhane, la calle en la que se sitúa el Celine. Toma su nombre de los Peyks, los legendarios corredores del ejército otomano, que podían recorrer hasta 90km al día. Tal vez una premonición ya que nos esperaban grandes caminatas, que en cualquier caso, nos llevaban de vuelta a la luz de la luna, "methap", y era en esos momentos donde el nombre del hotel dedicado a la diosa Selene cobraba sentido.
El Celine nos transporta hasta nuestra habitación en un ascensor panorámico que, en completo silencio, circula por el hueco de la escalera. Las habitaciones son amplias, impecables en limpieza, con una cesta de fruta a modo de bienvenida, albornoz y zapatillas, productos de baño, una gran bañera con ducha de tipo lluvia… Las camas, muy grandes, disponen de carta de almohadas.
En la habitación contamos con escritorio, mini bar, cafetera, conexión WIFI gratuita (algo que se ha convertido en fundamental para muchos de nosotros), un aire acondicionado silencioso, y televisión de led. Nuestra habitación, en el piso tercero, de techos altísimos y balcón, se orientaba hacia la fachada principal. La enorme superficie que ocupan las ventanas, favorece que tanto el tráfico (aunque no intenso) de la pequeña calle en la que se encuentra el hotel, como la llamada a la oración de las 5.30 de la mañana incomoden a la hora de conciliar el sueño, a pesar del doble cristal. Algo que por otra parte es bastante común a la mayoría de hoteles del casco antiguo de Estambul.
Si, como es nuestro caso, sois de sueño ligero, unos tapones solucionan el inconveniente. Viajamos cuatro personas. La otra habitación, en el último piso (cuarto), de techos más bajos y un cuarto de baño algo más amplio, se asoma, gracias a su orientación opuesta, al Mar de Mármara.
La sala de desayunos la encontramos en un patio interior con cubierta de cristal. Comenzar el día con la sensación de estar al aire libre, poder conversar tranquilamente sin el barullo de los grandes hoteles es un punto más a favor de este alojamiento. Los camareros sirven el café, normal o turco (excelente), te, etc. al igual que los diferentes platos calientes de la carta, que se realizan al momento. Los cereales, panes, mermeladas, embutidos, quesos…, que componen el desayuno están dispuestos a modo de bufé.
El último punto a destacar, aunque no menos importante, es el personal del hotel. Sin excepción, todos son amables, dispuestos a echarte una mano, y muy competentes. El trato que ofrecen al cliente es, sin duda, motivo de que muchos vuelvan a alojarse aquí. Si buscáis un hotel familiar, con trato excelente y una ubicación magnífica para descubrir la ciudad, el Celine Hotel cumplirá vuestras expectativas.
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Parece un gran Hotel y con muy buena ubicación. Yo estuve en el President, y salí también muy contento. un saludp
ResponderEliminarEs un gran hotel, Carlos Javier Nuñez Vazquez, en formato pequeño... :) El President fue una opción nuestra primera vez, aunque al final terminamos en otro, más justito.
Eliminar¡Saludos!
Me lo apunto. Sólo estuve en Estambul un fin de semana y fue por trabajo, así que tengo que volver para poder apreciarla con calma. Lo poco que vi me gustó mucho y ésta me parece una recomendación muy acertada.
ResponderEliminar¡Caramba! Tawaki ¡lo que te mueves por trabajo! Aunque imagino que no está tan bien como pueda parecer, casi siempre sin tiempo apenas para uno... En cualquier caso, Estambul es una ciudad increíble, y seguro que la disfrutarás. El hotel nos encantó, la verdad.
Eliminar¡Un saludo!
Sin duda una buena opción para viajar a esa maravilla de Estambul que tengo muy arriba en mi lista de pendientes.
ResponderEliminarGracias por el apunte, un saludo
Creemos que sí lo es, Carmen O, por el servicio, la ubicación y el hotel en si, un espacio de tranquilidad en el barullo de Estambul. Si tienes ocasión no dudes visitarla, es fantástica.
Eliminar¡Saludos!
Qué preciosidad de hotel! Hace ya muchos años que estuvimos en Estambul... de hecho, fue el primer viaje fuera de España en pareja y Si volvemos tendremos en cuenta este hotel porque alojarse en Sultanahmet es el barrio ideal para visitar la ciudad.
ResponderEliminarUn abrazo
Sí que lo es, M.Carmen Cruz, nosotros estuvimos encantados, poder salir a pasear directamente al Hipódromo, con la Mezquita Azul y al fondo Santa Sofía, es un plus. Y, como nos ocurrió a nosotros, ya os va tocando volver... :)
Eliminar¡Abrazos!
Zona tranquila, hotel confortable, personal amable y diligente,que mas se puede pedir?.
ResponderEliminarQuedamos muy contentos de nuestra estancia en el Hotel Celine.Un abrazo.
Asi es, Tiramillas, fue una gran elección, :) Abrazotes...
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