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septiembre 08, 2023

Marrakech: Tumbas Saadíes, el Mausoleo de al-Mansur

Mausoleo de al-Mansur, Sala de las Doce Columnas - Marrakech, por El Guisante Verde Project

Las Tumbas Saadíes, con la famosa Cámara de las Doce Columnas, la tumba de Ahmad al-Mansur, como elemento más atractivo de esta necrópolis real, son el mejor ejemplo de la arquitectura marroquí del período Saadí. Se encuentran junto a la Mezquita de la Kasbah y, actualmente, son uno de los lugares más visitados de Marrakech, la ciudad roja.

Vamos a caminar por la Kasbah, uno de los barrios de la Medina, donde nos esperan muchos de los lugares más interesantes de la ciudad: la Mezquita, el Palacio Badi, el Palacio de la Bahía, Dar Si Said o los callejones del mellah, el antiguo barrio judío. También aquí se levanta el mausoleo de la dinastía Saadí, las Tumbas Saadíes, y, un poco más apartado, el café Clock, donde, si tenemos suerte, tomaremos contacto con la cultura bereber.

Café Clock, silla cuenta-cuentos bereber - Marrakech, por El Guisante Verde Project

La necrópolis de las Tumbas Saadíes es, en realidad, un jardín-cementerio amurallado, en parte por el muro de la qibla (el que marca la dirección de la oración), de la Mezquita de la Kasbah. En su interior veremos dos construcciones principales rodeadas de jardines por donde se reparten tumbas decoradas con azulejos de colores. Aunque la mayor parte de lo que podemos contemplar en la actualidad pertenece al período Saadí, existen algunas lagunas, también en cuanto a los personajes enterrados entre sus muros. Las bellas decoraciones en madera y mármol, los arabescos, azulejos, mocárabes y caligrafía son suficiente motivo para dedicarles una visita atenta y pausada.

Tumbas Saadies, decoración azulejo y caligrafía - Marrakech, por El Guisante Verde Project
Tumbas Saadies, decoración madera - Marrakech, por El Guisante Verde Project
Tumbas Saadies, decoración mocárabes - Marrakech, por El Guisante Verde Project
Tumbas Saadies, decoración estuco - Marrakech, por El Guisante Verde Project

Los orígenes del conjunto de tumbas no son bien conocidos. Hay que remontarse a finales del siglo XII, época almohade, aunque ninguna figura importante de esta dinastía se encuentra aquí enterrada. En el siglo XIV, sin embargo, la necrópolis sí acogió, aunque de forma temporal, a un ilustre personaje: el sultán Abu al-Hasan. El monarca falleció cerca de Marrakech y debido a la premura con que la tradición islámica obliga a realizar el entierro, su cuerpo se depositó en la ciudad, hasta su traslado definitivo cerca de Rabat. Una lápida en la Cámara de los Tres Nichos, recuerda ese enterramiento.

Mezquita de la Kasbah - Marrakech, por El Guisante Verde Project

De las dos estructuras que componen el conjunto, la primera en construirse, rodeada de jardines, fue la que limita con la mezquita de la Kasbah. Es el hoy día conocido como qubba (mausoleo con cúpula) de Lalla Mas’uda. El elemento principal es una cámara central cuadrada, la parte más antigua de la necrópolis y, a pesar de que se la conoce como la Cámara de Lalla Mas’uda, acoger los restos de esta esposa del sultán no fue su propósito inicial.

Tumbas Saadies, Camara Lalla Mas'uda (ext) - Marrakech, por El Guisante Verde Project

Se construyó por orden de Abdallah al Ghalib, que gobernó entre 1557 y 1574, como lugar de reposo de su padre, Muhammad al-Shaykh. Las dimensiones de la cámara son modestas, un cuadrado de 4 metros de largo, y está cubierta por una bóveda de mocárabes cuyo estucado conserva parte de la policromía, destacando el azul y el oro. Las paredes superiores también están cubiertas de por decoración en estuco de motivos arabescos y geométricos, mientras que la parte inferior se cubre con mosaicos de azulejos, zelljj, que forman motivos geométricos de estrellas.

Tumbas Saadies, Cámara de Lalla Mas'uda desde la logia este - Marrakech, por El Guisante Verde Project

Ambas partes, superior e inferior, se encuentran separadas por bandas con inscripciones. Un nicho cubierto por dosel de mocárabes alberga la tumba de Lalla Mas’uda, además de un panel de mármol blanco tallado con una dedicatoria a la difunta. Es el mejor de los conservados en la necrópolis.

Tumbas Saadíes, Tumba de Lalla Mas'uda - Marrakech, por El Guisante Verde Project

Bajo el reinado de Ahmad al-Mansur, hijo también de Muhammad al-Shaykh, los trabajos en la necrópolis recibieron un impulso decisivo. Al-Mansur fue el sultán más poderoso de la dinastía saadí. Cuando su madre, Lalla Mas’uda, falleció, 1591, al-Mansur decidió enterrarla en la misma cámara donde reposaba su padre, y la convirtió en la protagonista de ese espacio.

Para ello, modificó la decoración, añadió dos pequeñas salas rectangulares abiertas a los jardines y otra, la Gran Cámara, mucho mayor, puede que pensando en sí mismo para ocuparla como última morada.

Tumbas Saadies, Gran Cámara - Marrakech, por El Guisante Verde Project

La Cámara de Lalla Masu'da esta conectada con la Gran Cámara, un espacio rectangular de 10 por 6 metros, a través de una puerta rematada por un arco con mocárabes en el intradós y flanqueado por varias tallas. Las paredes inferiores están cubiertas de azulejos que presentan estrellas de 16 lados, mientras que el techo muestra una estructura de madera con decoración geométrica, llamado berchla.

Muy llamativas son las logias profusamente decoradas, con motivos florales, geométricos y caligrafía, que comunican las dos pequeñas cámaras rectangulares del mausoleo con el exterior. Ambas logias tienen tres arcos. El central, mucho más alto, está rematado por un dosel de madera de cedro. Nos preguntamos si, de entender la caligrafía, la experiencia de observar estas bellas decoraciones cambiaría. Sin la interferencia de las palabras, la armonía del conjunto es patente.

Tumbas Saadies - Logia - Marrakech, por El Guisante Verde Project
Tumbas Saadies, Logia, techumbre - Marrakech, por El Guisante Verde Project
Tumbas Saadies, decoración logia - Marrakech, por El Guisante Verde Project

Sin embargo, mientras se realizaban los trabajos en el primer mausoleo y sin que se sepa con exactitud el momento, entre 1591 y 1598, el sultán se embarcó en la construcción de un nuevo edificio, su propio mausoleo. El espacio se dividió en tres cámaras: la Cámara del Mihrab, la Cámara de las Doce Columnas y la Cámara de los Tres Nichos.

Tumbas Saadíes, Cámara del Mihrab - Marrakech, por El Guisante Verde Project

La Cámara del Mihrab se planificó como sala de oración, por lo que se la doto de un mihrab. ¿Mihrab o Minbar? Para identificar el mihrab en estos lugares nosotros buscamos una hornacina que indica a los fieles hacia donde rezar. Un pequeño truco es, aprovechando la similitud de los sonidos, recordar que la hornacina señala hacia donde debes “mihrar”, mientras que el minbar es el púlpito elevado desde dónde el Imán dirige el oficio; como casi siempre están juntos es fácil confundir los nombres de uno y otro. En este caso el mihrab presenta un arco de herradura con elegante decoración y una cúpula de mocárabes en su interior, aunque, al parecer debido a la muerte del sultán, Ahmad al-Mansur, los trabajos decorativos del interior no se completaron.

Tumbas Saadíes, Cámara del Mihrab, techumbre - Marrakech, por El Guisante Verde Project

Alrededor de la base del mihrab se alzan 8 columnas de mármol veteado. La sala está marcada por cuatro columnas que sostienen arcos, dividiendo el espacio superior en 9 partes rectangulares, cada una con su propio techo de madera decorado con estrellas. El espacio justo frente al mihrab, la techumbre se cubre con una bóveda piramidal con mocárabes. Desde esta cámara se accede al espacio central del mausoleo, la Cámara de las Doce Columnas, a través de un arco con mocárabes.

Tumbas Saadies, Cámara Doce Columnas (arco mocárabes) - Marrakech, por El Guisante Verde Project

Cámara de las Doce Columnas (Mausoleo de Ahmad al-Mansur). Es el lugar más llamativo del complejo. El mausoleo del sultán Al-Mansur, presenta influencias tanto de otros mausoleos de dinastías anteriores, tanto merínies, Marruecos, como nazaríes, Al-Andalus. Nos encontramos ante un espacio cuadrado de 10 por 10 metros, con una altura de 12 metros, en el que las 12 columnas, de mármol de Carrara, y dispuestas simétricamente en grupos de tres, forman un cuadrado algo más pequeño.

Los capiteles de las columnas están decorados con motivos vegetales o arabescos, y cada grupo de columnas sostiene dos arcos de mocárabes, también realizados en mármol, lo que es excepcional. Entre cada grupo de columnas podemos ver otros arcos de mocárabes, más anchos, y tallados en estuco.

Tumbas Saadies, Cámara Doce Columnas, techo de madera - Marrakech, por El Guisante Verde Project

Otro elemento distintivo son los techos de madera. Se observa un gran techo central, en forma de cúpula cuadrada cubierta de estrellas levantada sobre una zona de mocárabes también realizados en madera y dos bandas con decoración de arabescos y caligrafía. Rodeando el espacio central, ocho techos más pequeños, de forma rectangular y cuadrada. Los rectangulares, planos, y decorados con motivos geométricos y pequeñas cúpulas de mocárabes. Los cuadrados son cúpulas de mocárabes. Todos los techos están pintados en rojo y dorado principalmente.

Las paredes se encuentran decoradas a dos niveles: la parte superior con estuco tallado y la inferior con azulejos.

Los enterramientos se iniciaron en 1598, con una de las esposas de al-Mansur, Mahalla bint Omar al-Marin. En 1603, en el centro de la Cámara de las Doce Columnas, fue enterrado el sultán, seguido años más tarde por los cuatro miembros más importantes de su familia. Las lápidas de sus tumbas consisten en un bloque alargado de mármol de Carrara, tallado arabescos y epitafios. Son del tipo llamado mqabriya, forman, por su inusual tamaño y su rica ornamentación el elemento decorativo más importante del conjunto.

La Cámara de los Tres Nichos, es un espacio adicional que acoge diversas tumbas. A ella se accede desde la Cámara de las Doce Columnas a través de dos aberturas en uno de los muros de ésta última. Es la más sencilla de las tres, aunque sus paredes tienen algunas de las mejores tallas de estuco del conjunto. No se puede acceder, por lo que la visión es muy limitada.

Tumbas Saadies, Cámara de las Doce Columnas y Cámara de los Tres Nichos - Marrakech, por El Guisante Verde Project

El sultán alauí Moulay Isma’il, 1672 – 1727, saqueó los palacios saadíes y aisló la necrópolis de los edificios que la rodeaban. Por todo el recinto se pueden ver tumbas y lápidas de la dinastía alauí. La Cámara del Mihrab, se convirtió en mausoleo alauí hasta finales del XVIII, aunque también en la Gran Cámara se encuentran tumbas de la familia alauí.

Tumbas Saadies, edificios de los jardines - Marrakech, por El Guisante Verde Project
Tumbas Saadies, Arco (detalle) - Marrakech, por El Guisante Verde Project
Tumbas Saadies, lápida (detalle) - Marrakech, por El Guisante Verde Project

El aislamiento y la falta de uso, sumió en el abandono y casi en el olvido el mausoleo de los Saadís. En 1917, el Servicio de Bellas Artes, Antigüedades y Monumentos Históricos, creado bajo el protectorado francés de Marruecos, sacó a la luz los viejos edificios. Su estado era ruinoso y se necesitó un minucioso trabajo de restauración y recreación hasta su apertura al público. Las paredes rojizas del conjunto y los gatos tumbados al sol son un perfecto camuflaje del tesoro que esconden. Caminar y perdernos por la Kasbah es uno de los mejores placeres que nos ha regalado Marrakech.

Caminando por las calles de la Kasbah - Marrakech, por El Guisante Verde Project

julio 22, 2023

Yayoi Kusama, un icono cultural en el Museo Guggenheim Bilbao

Kusama, 'Autoretrato', 2012, por El Guisante Verde Project

Yayoi Kusama una pionera, convertida en icono cultural, tiñe de color las salas del Museo Guggenheim Bilbao. Ha influido a generaciones de artistas, desde Andy Warhol a Claes Oldenburg. Ambos se "inspiraron", en un sentido demasiado literal, en algunas de sus obras, obteniendo mayor reconocimiento que la creadora japonesa. Kusama lleva siete décadas creando una estética propia que, si bien fluye a través de infinidad de movimientos artísticos es, sobre todo, un reflejo de su filosofía de vida, sus problemas mentales y sus intentos de suicidio. Su biografía es apasionante, una sala de espejos del infinito que tanto le obsesionan.

Yayoi Kusama, Museo Guggenheim Bilbao, por El Guisante Verde Project

Nuestro último contacto con la obra de Kusama lo tuvimos, hace un par de años, en el singular Museo Kistefos, a poco más de 70 km al norte de Oslo, la capital de Noruega. Su impactante Shine of Life forma parte de la colección permanente de este museo que reparte sus obras entre los árboles del bosque que rodea su edificio principal. Una propuesta expositiva que nos pareció muy atractiva e interesante y que merecerá un artículo propio.

Yayoi Kusama, Shine of Life, por El Guisante Verde Project

La artista y escritora japonesa nació en Matsumoto, prefectura de Nagano, en 1929, y actualmente vive y trabaja en Tokio. La retrospectiva que le dedica el Museo Guggenheim Bilbao, recoge pinturas, esculturas, dibujos, instalaciones y diverso material sobre sus happenings y performances, desde las primeras obras de adolescente, realizadas durante la II Guerra Mundial, hasta sus últimas instalaciones.

Kusama, 'Levantando el Telón', 1994, por El Guisante Verde Project

¿Qué nos muestra la obra de Kusama? Influencias del surrealismo, arte naif, reiteración, repetición, escándalo, provocación… En una artista tan longeva son muchos los elementos de contexto que necesitamos para no juzgar a la ligera: su formación en Japón, con profesores que enseñaban arte considerado "occidental", hasta que llegó la obligación de sustituirlos por otros más “tradicionales”. La creación, en Estados Unidos, de campos de trabajo para los japoneses, tras el ataque a Pearl Harbour, y su experiencia en una fábrica, donde Kusama cosía paracaídas.

Kusama, 'Nido de Mariposas', 2004, por El Guisante Verde Project

Acontecimientos como la guerra de Vietnam, la catástrofe de Chernobil, la de Fukushima, y más recientes como la Covid 19, se van a ver reflejados en su arte, junto a una constante, el refugio en las formas de las plantas, de las flores, las semillas, una referencia a su infancia. ¿Es su estancia en Estados Unidos lo que marca su carrera, o son los movimientos artísticos en Japón lo que hace que también ella influya en los artistas con los que coincide en Nueva York y que marcan el inicio del Pop Art? En sus comienzos en Japón formaba parte de un colectivo que invitaba a “hacer lo que nadie ha hecho antes” y por lo que podemos ver en su carrera ha logrado identificar aquello que podía encajar con los gustos de las masas, belleza, ingenuidad, provocación...

Kusama, 'Canción de una adicta al suicidio en Manhattan', 1999, por El Guisante Verde Project

Expuesta en dos salas del museo bilbaíno, además de un particular bonus en el tercer piso, los trabajos de Kusama se organizan en torno a seis temas clave de la vida de la artista, las cuestiones existenciales que son el impulso de todas sus creaciones: Infinito, Acumulación, Conectividad Radical, Lo Biocósmico, Muerte y La Energía de la Vida.

Kusama, "Retrato", 2015, por El Guisante Verde Project

El autorretrato, al igual que la repetición y los patrones, son una constante en su obra. Y ahí, en una pequeña sala presidida por “Retrato”, comienza nuestro viaje por el universo de la japonesa. Kusama, hija de comerciantes de semillas, creció rodeada de campos de flores y viveros, elementos que se reflejan en sus creaciones, y se expresa en “Lo Biocósmico”.

Kusama, 'Flores y Autoretrato', 1973, por El Guisante Verde Project
Kusama, 'Verano Blanco', 'Noche 1', 'Polen', 'Flor Negra', 'Flor', por El Guisante Verde Project
Kusama, 'Obsesión por el sexo' (detalle), 1992, por El Guisante Verde Project
Kusama, 'Flor Roja', 1980,  por El Guisante Verde Project

Sus creaciones unen lo terrenal y lo celestial, formando un todo. Sus característicos lunares, símbolos cósmicos, los compara con los cuerpos celestes. El objeto más constante en este aspecto biocósmico son sus calabazas, que ya dibujaba con diez años y que identifica con un benéfico espíritu vegetal, de caprichosas formas.

Kusama, "Calabazas", 1998 - 2000, por El Guisante Verde Project

La naturaleza, lo orgánico, y las alucinaciones que la artista sufría desde los diez años en las que veía flores que la hablaban y patrones de tela que cobraban vida y la envolvían siempre están presentes en el imaginario de Kusama. Las “Redes de Infinito” están tomadas directamente de sus visiones. Lienzos completamente trabajados, patrones de redes y puntos, interconexiones que envuelven al espectador y al universo entero. Su arte es el refugio al que la artista acudía para luchar contra las visiones y para escapar de una vida familiar sombría.

Kusama, 'Redes de Infinito (OQABT), 2007, por El Guisante Verde Project

De esa forma de entender el mundo vegetal como un elemento benefactor, sedante, curativo, nos viene a la memoria El viaje de Chihiro. La obra “amable” de creadores japoneses como el cineasta Miyazaky o la de Takashi Murakami, cuya muestra en el museo bilbaíno fue un gran éxito de público en 2009, están en nuestro imaginario al acercarnos a Kusama.

Kusama "Transmigración", 2011, por El Guisante Verde Project
Kusama "Redes de Infinito", 2, por El Guisante Verde Project
Kusama 'Acumulación de polvo de estrellas', 2001 y 'Germinando', 1992, por El Guisante Verde Project

Después de Infinito llega “Acumulación”, collages donde objetos cotidianos, como sillas o zapatos, se transforman por acumulación de materiales reciclados hasta convertirse en algo diferente. Esculturas blandas cosidas, como el sofá cubierto de protuberancias cosidas en forma de falo que presentó en junio de 1963 en la Green Gallery de Nueva York. Se llevó los mayores reconocimientos de una exposición en la participaban, entre otros, Claes Oldeburg. Apenas 3 meses más tarde, Oldenburg, que nunca había realizado antes ese tipo de escultura, presentó varias obras blandas cosidas que lo catapultaron a la fama internacional.

Kusama, 'Acumulación de manos', 1980, por El Guisante Verde Project
Kusama, 'El momento de la regeneración', 2004, por El Guisante Verde Project

Kusama sufrió otra decepción poco después. Presentó un bote de pintura cubierto por una escultura blanda y todo el espacio expositivo tapizado de fotografías del bote, atrayendo nuevamente la atención de la crítica. Warhol, que visitó la instalación, cubrió más tarde las paredes de una exposición con fotografías de una vaca, lo demás es historia...

Kusama, 'Muchacha fálica', 1967, por El Guisante Verde Project

El feminismo, los derechos civiles, la revolución mediante el arte, la denuncia de los estereotipos de raza y género, o la política exterior estadounidense, en especial, su intervención en Vietnam, espolean el espíritu creativo de Kusama, que vivía desde 1958 en Estados Unidos. A finales de los sesenta la artista se centra en la provocación a través de los performances, o sus happenings de cuerpos desnudos cubiertos de lunares.

Kusama "Auto-obliteración", 1966 - 1974, por El Guisante Verde Project

La provocación y la denuncia formaban parte de las intervenciones de Kusama, como la invitación a “despertar a los muertos” del Moma de New York junto a 8 modelos desnudas, que al dia siguiente todas las portadas recogen. Las fotografías de la bella Kusama ataviada solo con lunares, en su sofá hecho de guantes, o, montando a caballo por la ciudad, comienzan a ser conocidas.

Son actos de auto-obliteración, un concepto fundamental en la filosofía de Yayoi Kusama. La anulación o eliminación del yo, una liberación en realidad, como forma de regeneración de la humanidad, buscando nuevas conexiones entre las personas, en especial con aquellas que viven en los márgenes de la sociedad. Es la "Conectividad Radical" de la exposición.

Kusama, auto-obliteración por El Guisante Verde Project

¿Dónde termina la denuncia y comienza el negocio? ¿Cuándo cambió de bando? Kusama consideraba que el arte en Estados Unidos estaba orientado al consumo. Pero lo cierto es que además de su faceta de artista y escritora, Kusama creó empresas de todo tipo, de muebles, de decoración. Llegó a vender esferas de acero que reflejaban a los visitantes en la bienal de Venecia, al ver el éxito de una de sus obras con las que el público interactuaba. Inevitable comparar y acordarnos de la Puerta de la Nube de Anish Kapoor en Chicago y salir al exterior del Museo Guggenheim Bilbao con El gran árbol y el ojo, también del artista indio. Este verano los lunares de Kusama se reflejan en las esferas de Kapoor, también los artistas dialogan de formas insospechadas a través de sus obras.

Kusama y Kapoor en el Museo Guggenheim Bilbao, por El Guisante Verde Project
Kusama, 'Sin título' túnicas y vestido, 1968, por El Guisante Verde Project

La delicada frontera entre la vida y la "Muerte" es territorio donde la obra de Kusama se mueve a menudo. La Segunda Guerra Mundial y las muertes que la marcaron especialmente, como la de su padre, la llevan a considerar el fin biológico como una fase más de la existencia, que no acaba, un paso más hace la eternidad.

Kusama, "Muerte de un Nervio", 1976, por El Guisante Verde Project

En la sala 301 del museo se encuentra una de las famosas Salas de Espejos del Infinito, estructuras luminosas donde lo imposible, lo mágico y lo galáctico se reúnen y nos permiten una inmersión completa en un espacio único. La instalación que se expone en el Museo Guggenheim Bilbao tiene la particularidad de que es la primera vez que se exhibe fuera del museo dedicado a la artista en Japón. Para disfrutarla es necesario utilizar un QR que nos dará el turno de entrada.

Kusama, 'Mujer con la sombra de un pájaro', 1978; 'Sin título', 1970; 'Mujer detrás de las hojas', 1978 y 'Mujer de pie en el bosque', 1978, por El Guisante Verde Project

En 1973 Kusama se trasladó a Japón. Su país natal no la acogió con los brazos abiertos, eran demasiados los “escándalos” que había protagonizado en Estados Unidos. Su salida de Nueva York la condenó al olvido. Desde 1977 reside, por voluntad propia, en un hospital psiquiátrico.

Kusama, 'Autorretrato', 1972, por El Guisante Verde Project

Sin embargo, la artista japonesa no dejó de trabajar, reinventándose, partiendo casi desde cero, un renacer, una nueva existencia. Un trabajo que se presenta en la retrospectiva como 'La Energía de la Vida'. En 1989 una retrospectiva organizada por el CICA de Nueva York fue el punto de inflexión que la obra de Kusama necesitaba. El pabellón japonés para la Bienal de Venecia de 1993, la gigantesca calabaza del muelle de Naoshima o las versiones de las instalaciones llamadas Jardines de Narcisos surgidas en varias ciudades desde Nueva York a París colocaron de nuevo a Yayoi Kusama en el lugar que la historia del arte tenía reservado para ella.

Kusama, 'Acabemos con la guerra', 2015, por El Guisante Verde Project
Kusama, 'Vayamos a ver las flores que brotan en el cielo. Con ellas hablé de amor', 2021 (central), por El Guisante Verde Project
Kusama, 'Entre el cielo y la tierra', por El Guisante Verde Project
Kusama, 'El esplendor de cómo se muestran muchas figuras creativas desde el fondo del corazón', 2019, (frente espectadora), por El Guisante Verde Project
Kusama, 'Ruego todos los días por el amor' (detalle), 2022, por El Guisante Verde Project

En 2017, el Museo Yayoi Kusama abre sus puertas en Tokio. Desde entonces, Noruega, Suecia, Finlandia, Dinamarca, Estados Unidos, Australia, Singapur, India, China, Canadá, Reino Unido, Japón... Las exposiciones, como la del Museo Guggenheim Bilbao, se suceden por medio mundo.

Kusama, 'Descubriendo el amor en el corazón', 2022 (derecha), por El Guisante Verde Project

¿Es una casualidad, o una tendencia, que varias de las últimas exposiciones en el Museo Guggenheim Bilbao tengan a una creadora por protagonista? Bourgeois, Vasconcelos, Lee Krasner, Alice Neel, o la propia Kusama. Las retrospectivas de Claus Oldenburg y sobre todo la de Warhol cosecharon grandes éxitos en el museo bilbaíno, este verano la “musa Kusama” compite con su colorida y perturbadora obra.

Kusama, 'Dias de sombra verde', 1979, por El Guisante Verde Project
Kusama, 'Flor negra', 1986, por El Guisante Verde Project
Kusama, 'En el dolor extremo...' (título poema),  2021, por El Guisante Verde Project
Kusama, 'Recuerdos de un apasionante amor', (detalle), 2016, por El Guisante Verde Project

Tendremos que esperar al final de la muestra para conocer su aceptación, si la artista japonesa logra tocar al público con esa insistente búsqueda de un mundo propio. Es un regalo poder seguir tantos años de la producción de un artista, inicios, referentes, obsesiones, materiales, y también poder compararla con la de otros artistas contemporáneos.

Kusama, 'Mariposa', 1994, por El Guisante Verde Project

Aunque Kusama se refugia en Tokio desde los ochenta, se diría que parte de su proceso creativo sigue en Estados Unidos, y puede que nos resulte más fácil a nosotros admirar sus piezas que a sus compatriotas. Que Tokio le dedique un museo tal vez es un logro mayor que el hecho de que el mundo occidental, tan necesitado de destacar ahora las obras de mujeres, coleccione sus obras.

Kusama, 'La puerta del prisionero, 1994 y 'Tedio', 1976, por El Guisante Verde Project
Kusama, 'Hojas muertas de maíz', 1945, por El Guisante Verde Project
Kusama, 'Mujeres que se fueron de turismo por el universo', 2017, por El Guisante Verde Project
Kusama, 'Conversaciones en el cielo', 2004, por El Guisante Verde Project
Kusama, sala 'La Fuerza de la Vida' - Museo Guggenheim Bilbao, por El Guisante Verde Project

El verano parece un buen momento para entrar en el universo de Yayoi Kusama. Hemos vuelto de nuevo a visitar la exposición para revisar el catálogo y algunas fechas de realización. ¿Evoluciona Yayoi Kusama o reitera propuestas cambiando los materiales y soportes? Podemos quedarnos con una mirada entre ingenua y esperanzadora que Kusuma nos ofrece, especialmente en sus obras desde 2020, tras la pandemia, hay una celebración de la vida, un repaso, una reiteración de sus obsesiones, ¿una vuelta a la niñez?, y los títulos, algunos casi un poema, dan muestra de ello. Volveremos a visitar a Kusama una tercera vez, con el aliciente de ver la muestra dedicada a Lynette Yiadom-Boakye y sus retratos. Viajamos a través del arte y los colores.

Kusama, 'He aquí la figura de quien sobrevivió maravillosamiente al aislamiento', 2020, por El Guisante Verde Project