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De la Via Verde de Arrazola en Atxondo al Besaide, el km 0 de Euskadi La Via Verde de Arrazola , muy cerca de Bilbao, nos permite atravesar a pie el precioso Valle de Atxondo , situado a los pies de lo que par...

enero 28, 2020

De la Via Verde de Arrazola en Atxondo al Besaide, el km 0 de Euskadi

Via Verde de Arrazola, la oveja negra por El Guisante Verde Project

La Via Verde de Arrazola, muy cerca de Bilbao, nos permite atravesar a pie el precioso Valle de Atxondo, situado a los pies de lo que parece una colosal e infranqueable barrera: la cordal Alluitz – Anboto, un macizo rocoso que forma parte del Parque Natural de Urikola.

El origen de este camino de hierro se remonta a los primeros años del siglo XX, concretamente a 1903. En esa fecha, el Ferrocarril Bilbao Durango extendió sus raíles hasta Apatamonasterio. Pocos meses más tarde, el 01 de febrero de 1904, el trazado que discurre entre las minas, estación de Errotabarri, y Apatamonasterio, entra en servicio con el objetivo de transportar el mineral de hierro, plomo y cobre de las minas de Arrazola hasta la entonces pujante industria siderúrgica desplegada junto a la ría de Bilbao. La importancia del trazado hizo que pronto el humo y el silbato de la locomotora de vapor ‘Aurrera’ fueran sustituidos por el chisporroteo del tendido eléctrico y una máquina más moderna. Sin embargo, la crisis llegó a mediados de los años treinta del siglo XX, cuando las minas dejaron de ser rentables. La vía férrea se mantuvo en uso hasta 1950 para el transporte de pasajeros y también para dar salida de forma esporádica a algún cargamento de mineral o de madera.

Via Verde de Arrazola, vagoneta minera por El Guisante Verde Project

Via Verde de Arrazola - Atxondo por El Guisante Verde Project

Via Verde de Arrazola, caseríos por El Guisante Verde Project

Via Verde Arrazola, baserri en el valle de Atxondo por El Guisante Verde Project

El entorno en el que nos encontramos, en el corazón del Duranguesado, es simplemente espectacular, con un rico patrimonio histórico enclavado en un magnífico entorno natural. La imponente cara norte del Anboto atrae nuestras miradas. Allí se encuentra la cueva que es morada de Mari, divinidad femenina que personifica la madre tierra y gobierna la naturaleza. Su leyenda es la más extendida en Euskadi (en el blog: Parque Natural de Gorbea, rutas para desgastar las botas).

La Via Verde de Arrazola, o de Atxondo, es un sencillo recorrido de unos diez kilómetros de longitud (ida y vuelta), bien acondicionado, con fuentes y zonas recreativas. El desnivel es pequeño por lo que se trata de una ruta muy popular, en la que, sin duda, la naturaleza es la protagonista. La imagen que tenemos durante el recorrido es la típica de Euskadi, con buenos ejemplos de baserri (caserío en euskera) realizados en sólida piedra y multitud de animales domésticos en libertad. Rebaños de ovejas (alguna despistada, como la pequeña oveja negra que, al separarse del grupo, saltó la valla y vino a buscar refugio entre nosotros dando origen a la fotografía que hemos elegido para abrir este artículo), vacas, caballos, cerdos…, nos muestran un estilo de vida muy alejado al de las ciudades, donde estamos totalmente desconectados de la naturaleza. Algo que, sin duda, deberemos remediar.

Via Verde Arrazola, ovejas pastando por El Guisante Verde Project

Via Verde de Arrazola, un sendero para todos los públicos por El Guisante Verde Project

Rio Arrazola, valle de Atxondo por El Guisante Verde Project

Via Verde Arrazola, ovejas por El Guisante Verde Project

Via Verde de Arrazola, vacas por El Guisante Verde Project

Via Verde de Arrazola en el Valle de Atxondo por El Guisante Verde Project

La ruta parte de Apatamonasterio, en Atxondo, junto al frontón, y combina tupidos tramos entre árboles que forman auténticos túneles verdes, por los que nos acompaña el murmullo del río Arrazola que corre alegre junto a nosotros, con vistas despejadas del valle de Atxondo y el Anboto vigilando nuestro progreso. En nuestro camino encontraremos un mosaico de árboles y arbustos formado por robles, plátanos, eucaliptos, alisos, pinos, acacias, cerezos, abedules, arces, sauces, encinas, acebos, brezos, argomas, ruscos, laureles, nogales, fresnos o avellanos. También veremos hayas, algunas trasmochas, como las situadas al pie del Anboto y que nos hablan de su pasado carbonero.

Via Verde de Arrazola, cartel de la ruta por El Guisante Verde Project

El Patrimonio Histórico es abundante. Sin empezar el sendero ya encontramos el primer baserri digno de mención: Zearreta, con decoración barroca, del siglo XVIII.

El Barrio de Marzana creció alrededor de la Torre de los Marzana, una de las familias más poderosas del Valle, como lo demuestra su escudo, que luce en la fachada de la iglesia. Durante el siglo XVIII la Torre se convirtió en palacio de estilo barroco tardío, destacando el soportal que sostienen tres columnas de estilo toscano.

La Iglesia de San Martín, de estilo renacentista, fue construida en 1550. En el barrio también se encuentra el caserío neoclásico (1914) Etxezarra. Algunos elementos, como la puerta y el arco ojival podrían proceder de la antigua Torre de Marzana.

Via Verde de Arrazola, Torre de los Marzana por El Guisante Verde Project

Via Verde de Arrazola, barrio de Marzana por El Guisante Verde Project

Via Verde de Arrazola, Iglesia de San Martín por El Guisante Verde Project

Otro elemento destacable es el antiguo molino hidráulico de Marzana. En el Valle de Atxondo, los molinos alcanzaron un gran desarrollo, llegando a contabilizarse en 1795, su mejor momento, hasta 7 molinos, que generaron una potente industria harinera.

Llevamos unos dos kilómetros de sendero y, a pesar de que no se sitúa en nuestro recorrido, al cruzar la carretera que lleva al barrio de Axpe, hay que prestar atención a los aromas que nos trae el viento desde el ‘Asador Etxebarri’, donde Bittor Arguinzoniz ha revolucionado la técnica ancestral de cocinar sobre las brasas, consiguiendo una estrella Michelín y tercer mejor restaurante del mundo en 2019 según la revista Restaurant y su The World’s 50 Best Restaurants.

Via Verde de Arrazola, molino de Ibarra por El Guisante Verde Project

El Molino Ibarra, ya en el barrio de Arrazola, construido en el siglo XVIII, se encuentra bien conservado y operativo. A través de un canal que termina en una presa, recibe el agua a presión que mueve las palas de una rueda hidráulica la cual mueve una piedra que gira sobre otra fija para moler así el grano. Un lugar especialmente interesante para ver y comprender el funcionamiento de los ingenios hidráulicos es Taramundi, en Asturias, y del que hablaremos en próximos artículos.

El baserri Urrutia, de origen gótico renacentista, como muestran sus ventanas y puerta ojivales, fue construido a principios del siglo XVI. Su parte más antigua es la trasera. Mas moderna es la parte delantera data de 1760 que nos muestra su fachada de piedra de sillería con soportal y el escudo de armas de los Urrutia.

Via Verde de Arrazola, baserri Urrutia por El Guisante Verde Project

Via Verde de Arrazola, escudo del baserri Urrutia por El Guisante Verde Project

Via Verde de Arrazola, Escuelas e Iglesia de San Miguel por El Guisante Verde Project

De 1510 es la Iglesia de San Miguel, y se construyó en estilo gótico-renacentista sobre una ermita. Su altar mayor es de estilo barroco, mientras que la torre campanario, de 1791, es neoclásica. Alrededor del templo se desarrolló el poblado minero, donde destacan las antiguas escuelas y algunos caseríos.

El baserri Oiargane tiene el honor de poseer en un sillar (probablemente la dovela de un desaparecido arco del siglo XVI), de una de sus esquinas la fecha inscrita más antigua de Bizkaia, de 1519.

La Ermita de San Roque, es una ermita humilladero de estilo barroco (siglos XVII-XVIII), construida en mampostería con esquinas de sillería. En ella se encuentran tres imágenes: San Roque, la Virgen con el Niño y San Bartolomé. El 16 de agosto, festividad de San Roque, se celebra romería y misa cantada. Importante era también el 9 de mayo, San Gregorio, porque se procedía a la bendición del agua que después se arrojaba sobre las huertas para proteger las cosechas.

Via Verde de Arrazola, Ermita de San Roque por El Guisante Verde Project

Via Verde de Arrazola, Antigua Estación de El Tope por El Guisante Verde Project

La antigua estación de El Tope – Errotabarri, se ha transformado en zona de servicios, con mesas y bancos donde reponer fuerzas con un bocadillo si el bar está, como ocurre con frecuencia los fines de semana, abarrotado. Si el día está despejado, una excelente opción, que os recomendamos sin duda, es continuar por el sendero de grava que prolongaría la Via Verde en dirección a la cumbre del Besaide, de 564 metros de altura.

La pista forestal no presenta dificultades, más allá de lo embarrado que pueda estar el terreno si ha llovido, aunque también hay que prestar atención a los tramos de roca porque resbalan, incluso en seco. Un entretenido paseo entre árboles nos lleva hasta la cumbre, tras menos de una hora y tres kilómetros de caminata cuesta arriba. Durante la ruta podremos ver, a veces semiocultas tras los helechos, entradas de las antiguas explotaciones mineras.

Ruta desde El Tope al Besaide por El Guisante Verde Project

Monumento de Yoshin Ogata en el Besaide por El Guisante Verde Project

La Sierra del Anboto desde el Besaide por El Guisante Verde Project

Al llegar a lo alto nos encontramos con dos monumentos, un homenaje a los desaparecidos en la montaña. El que se encuentra justo en la cumbre, obra de Luis Pueyo, es el que se levantó en 1955 en honor a los cuatro montañeros vascos fallecidos en el Mont Blanc en julio de 1953 y que se ha convertido en un recuerdo a todos los montañeros que se quedaron para siempre entre las cumbres.

Monumento de Luis Pueyo a los Montañeros fallecidos en el Mont Blanc - Besaide por El Guisante Verde Project

Se trata de un gran monolito realizado en piedra obtenida de las canteras de Mañaria con la particularidad de que se encuentra en el lugar exacto, y único, donde se unen las tres provincias vascas: Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, algo así como el kilómetro cero de Euskadi. Las vistas son espectaculares y, seguramente aquí la tierra nos tira, las que más nos gustan son las de la sierra del Anboto.

Un poco más abajo, el artista japonés Yoshin Ogata, levantó en 1991 su 'Fuente de Vida', en mármol negro de Markina, para recordar,también, a todos los que dejaron su vida en la montaña.

Buzón cimero del Besaide por El Guisante Verde Project

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