La Galería de la Guardia Ciudadana, Schuttersgalerij está gestionada por el antiguo Museo Histórico de Amsterdam, hoy denominado Amsterdam Museum. A la galería podemos acceder por la misma entrada del museo en la gran calle comercial Kalverstraat, a través de la Puerta de St. Luciensteeg o también desde el tranquilo patio, aunque los residentes puede que no se muestren muy de acuerdo con el calificativo, del Begijnhof. (ver: El Begijnhof de Amsterdam).
El Museo de Amsterdam, del que forma parte la Galería, nació oficialmente en 1926, cuando el edificio De Waag, hoy una animada cafetería y restaurante, comenzó a utilizarse como anexo del Museo Municipal, Stedelijk Museum. Siempre nos ha llamado la atención la capacidad de los holandeses para reutilizar edificios, dándoles un uso absolutamente diferente a aquel con el que se gestaron. De Waag, por ejemplo, es el edificio no religioso más antiguo de Amsterdam. Se construyó en el siglo XV, como una de las puertas de la ciudad, la de San Antonio, hasta que en 1614 las murallas se derribaron y en la explanada frente a la puerta se instaló la Plaza del Mercado, Nieuwmarkt y la puerta se convirtió en De Waag, la casa del peso.
Pero volvamos al Museo Histórico. En 1975 se trasladó a otro edificio con solera, el antiguo Orfanato Municipal que, no podía ser de otra forma, también se asentaba sobre una edificación anterior. En esta ocasión, el antiguo Convento de San Luciano, donde las monjas contaban con establos y ganado propios, además de dedicarse a la fabricación de cerveza. En 1578 el conjunto se vendió al Orfanato Municipal. De esa época se conservan la Sala de los Regentes y algunas otras dependencias.
El cambio de nombre, Amsterdam Museum, llegaría junto con un nuevo acceso, y algunas obras de remodelación, en 2011, para reafirmar la intención de centrar al museo no solo en el pasado, la exposición comienza en la Edad Media, sino también en el presente y el futuro de la ciudad.
La colección de la Galería de la Guardia Ciudadana, de acceso gratuito, no es muy grande, aunque creemos que es una visita a tener en cuenta por la calidad de las obras que muestra y el enorme testimonio histórico que constituye. Se trata de retratos de grupo y algunos de gran formato. Tradicionalmente todos los hombres servían en este cuerpo civil, y eran recompensados con una invitación a ser retratados. Sin embargo, se exigía el pago de una tasa, bastante elevada, de forma que aunque universal en su origen, la galería refleja únicamente los usos y costumbres de los ciudadanos más adinerados y de sus esposas, dejando fuera a los ciudadanos menos importantes.
La pertenencia a la Guardia Ciudadana, cuyas divisiones de ballesteros (voetboog), o arcabuceros (kloveniers) tuvieron gran protagonismo en la lucha contra el imperio español, también era una forma de socializar, para conocer a otros vecinos, charlar, beber cerveza y hacer prácticas de tiro. Este tipo de representación, todo un subgénero de la pintura holandesa alcanzó gran fama. Fueron numerosos los artistas holandeses que pusieron su talento al servicio de los milicianos. Un trabajo bien remunerado además.
Sin embargo, problablemente los dos mejores representantes del género, son dos gigantes de la pintura: Frans Hals y Rembrandt van Rijn. Ambos formaron parte de las divisiones de la Guardia Ciudadana en sus ciudades de residencia. Hals pintó La Compañía del capitán Reynier Reael, el cuadro del que Vincent van Gogh dijo en 1885 que merecía la pena un viaje a Amsterdam solo por ver esa pintura en el Rijksmuseum.
Rembrandt pintó el otro gran lienzo inspirado en los milicianos, La Compañia del capitan Frans Bannin Cocq, también conocida como La Ronda de Noche, una obra maestra de fama mundial, icono del Rijksmuseum, donde rompió todas las normas de este tipo de retratos y mostró a un grupo de hombres en plena acción, en lugar de hacerlo en fila, como era uso. Una obra que debía marcar un momento culminante para Rembrandt, en fama y fortuna, 1642. Sin embargo, para el pintor sería el año de su declive, murió su amada esposa, Saskia, y aunque volvió a casarse y continuó pintando, murió arruinado. Se le dió sepultura en las fosas para los pobres de la Westerkerk.
La Galería de la Guardia Ciudadana, junto con las obras del Rijskmuseum, forma la mayor de su género y, como hemos dicho antes, es algo que no debéis perderos en vuestra visita a Amsterdam.
Espléndido comentario. Para los que amamos el arte este museo tiene que ser una delicia visitarlo.
ResponderEliminarQuizás algún día se pueda hacer una escapada. Un abrazo.
Si que lo es, Tiramillas, Amsterdam es un destino para tener en cuenta...
EliminarSaludos Guisante: Tu blog tiene dos cosas que me encantan, el arte y los viajes. Además de muy buenas imágenes.
ResponderEliminarMuchas gracias, Florestebanez / elviajerosinprisa son dos de nuestras pasiones, y tienen que ir juntas. Viendo tu blog, al que volveremos, entendemos que también es tu caso... :-)
Eliminar¡Saludos!