Nos vamos a Tromsø, Noruega, tras las huellas de la Aurora Boreal, las Luces del Norte. Este precioso fenómeno atmosférico ocurre cuando la radiación cósmica se encuentra con la magnetosfera de la Tierra, transformando el cielo nocturno en un lienzo teñido de verdes, amarillos, rojos y morados que, sin duda, fascinó a la tripulación del Fram en su viaje a la búsqueda del Polo Norte.
Somos conscientes de que un viaje que genera unas altas expectativas y que depende, casi en su totalidad, de las imprevisibles condiciones atmosféricas, puede resultar frustrante si las previsiones de auroras de 4Kp y 5Kp no se corresponden con un cielo despejado. Más aún en un año como este, que ha arrancado en Tromsø con un tiempo atípico: muchísimos días de cielos azules, nieve abundante y gran actividad solar que se ha reflejado en el cielo casi todos los días.
[Gracias Mónica (no olvidéis pasaros por su Flickr), por prestarnos las imágenes de Tromsø y las auroras].
Muchas son las teorías y explicaciones sobre el origen de las auroras, algunas tan poéticas e inverosímiles como la de William F. Warren, rector de la Universidad de Boston, que afirmaba en 1885 en su libro 'Paradise Found: the Cradle of the Human Race at the North Pole - A study of the primitive world' que el agujero del Polo Norte era la puerta de entrada al Edén, y como muestra de la belleza que albergaba en su interior, al ser humano se le permitía ver la Aurora Boreal.
Hasta 2013 Noruega era para nosotros lo mismo que, en su día y salvando las distancias, eran las latitudes polares para los grandes exploradores del Ártico como Franklin, Peary, Nansen, Admunsen, Nobile..., una terra incognita. Sin embargo, las vueltas que dan las cosas, estamos a punto iniciar nuestra cuarta incursión en el país nórdico, y seguro que no será la última... Tal vez como una premonición, el pasado verano calentamos motores visitando el Museo del Fram, en Oslo.
Desde el exterior, el museo se asemeja a una enorme tienda de campaña canadiense. Una forma que se justifica nada más traspasar la entrada y encontrarnos a los pies de la nave con sus mástiles perdiéndose en las alturas. Resulta increíble poder adentrarse en el día a día de las exploraciones polares, en un espacio singular en la Península de Bigdøy, donde el protagonista principal es un buque de madera, que da nombre al museo: Fram.
Al entrar en el museo uno tiene la sensación de que el Fram se encuentra encerrado entre estas paredes que lo acogen, que va a romper sus amarras y va a dejar el edificio de un momento a otro. Lleva aquí varado desde 1935, y eso debe resultarle muy duro después de haber navegado lo más al sur y lo más al norte que ningún otro barco de su época, en tres expediciones que tuvieron lugar entre 1893 y 1912. El Fram es una proeza de construcción naval y de tenacidad, una muestra de trabajo en equipo en busca de una meta incierta.
Igual que Fridtjof Nansen, Otto Sverdrup y Roald Amundsen, que guiaron este navío polar por el Ártico, Groenlandia y la Antártida, el Fram se ha ganado un lugar en la historia y en la mente de aquellos que sueñan con atravesar fronteras y navegar hacia territorios desconocidos.
Conocemos de estos exploradores apenas su nombre y las rutas y descubrimientos atribuidos a cada uno. Los noruegos parecían llamados a explorar el Ártico, también habían navegado hacia la Antártida en busca de ballenas. ¿Sólo la fama y la notoriedad movía a estos hombres?
De Amundsen sabemos que atravesó en barco el Paso del Noroeste, que fue el primero en alcanzar el Polo Sur, además de volar por primera vez hasta la latitud 88ºN sobre el Polo Norte.
Las gestas de Nansen resultan, actualmente, un tanto eclipsadas por la figura de Amundsen que, al adelantar por sólo unos días a Scott y ganar la carrera en la expedición al Polo Sur en 1911, se convirtió en el explorador noruego más aclamado.
Nansen, explorador, diplomático, incansable defensor de los repatriados tras la Gran Guerra, para los que creó el llamado Pasaporte Nansen, que benefició a miles de personas, incluyendo a Stravinsky, Rachmaninoff, Pávlova, Chagall..., El conocido explorador, el primero en atravesar el casquete de Groenlandia, fue galardonado con el Nobel de la Paz y continuó su labor ayudando a los refugiados armenios.
El museo destaca los aspectos positivos de estas expediciones, la camaradería y fortaleza en condiciones extremas, las celebraciones, fiestas y juegos, pero ante una mirada curiosa, el museo ofrece mucho más: la motivación, la perseverancia, los preparativos, la financiación, la capacidad de improvisación, o el aprendizaje continuo de estos hombres para lograr su objetivo.
El Museo del Fram da la sensación de poder visitarse rápidamente. Tal vez para muchos sea así, y se queden únicamente con la "cámara de frío", donde se experimenta el movimiento del barco, los sonidos que sus tripulantes escuchaban, y el frío que se metía en los huesos y que los acompañaba permanentemente; con la prueba de cuanto peso pueden arrastrar en comparación con los perros, que movían trineos de 300 kilogramos... La información a disposición del visitante es casi abrumadora. Si de verdad queréis conocer la historia de las exploraciones polares, cómo se cruzaron las últimas fronteras, pasaréis horas en el Fram.
Tras conquistar el Polo Sur, el Fram permaneció largo tiempo amarrado a su regreso de Buenos Aires en 1914. Es Otto Sverdrup, que colaboró con Nansen durante todas las revisiones iniciales de la construcción del Fram, el que batalló de forma incansable hasta lograr un espacio donde reparar y rendir homenaje a este famoso navío. El museo se inauguró en 1936 y hoy presume de ser uno de los mejores y más visitados de Noruega. Desde luego, en la visita dan ganas de ponerse al timón, reforzado también para la lucha contra el hielo, y gritar: ¡Fram!, que significa ¡Adelante!.
Nuestra meta esta vez es Tromsø, la ciudad más vinculada con ese punto mítico, el Polo Norte.
Viajes a Noruega (6). Entradas Relacionadas
Noruega, todas las entradas (22)
Sencillamente fascinante.
ResponderEliminarYa lo creo, Álvaro... :))
EliminarAdemás la exploración ártica (sin olvidar la antártica) y sus desafíos ha significado siempre para el sur europeo la búsqueda de la frontera con lo desconocido en los márgenes del mundo conocido. Todo un espacio mental y espiritual de búsqueda humana trasladada a un territorio geográfico por lo demás hipnótico y fascinante también para el viajero de hoy.
ResponderEliminarAsi es, Álvaro, hoy en dia, cuando parece que todo está ya en los mapas y no hay aventuras posibles, llegas al Ártico y de pronto te sientes explorador, motivos no faltan.
Eliminar¡Bienvenidos! Fantástico post. Esperamos que vuestros caminos sean auténticas exploraciones en estas tierras, donde el clima es frío y el alma de sus gentes cálida. ¡Abrazos!
ResponderEliminarMuchas gracias, Monika! Ha sido toda aventura, quien nos iba a decir (a todos), que algún día caminaríamos juntos por esas tierras... :)
EliminarProduce escalofríos pensar lo mal que lo tuvieron que pasar por aquellas gélidas latitudes estos exploradores, justo es reconocer su gran sacrificio.
ResponderEliminarOs deseamos una feliz estancia en Tromso, y en el Puerto podéis visitar el Restaurante Skirri y degustar sus sabrosas vieiras con jamón. Un abrazo.
Ya lo creo, Tiramillas, el espíritu inquieto de algunos valientes nos ha abierto las puertas al resto para que el viaje sea seguro... Nos ha encantado, pero eso ya lo sabéis, vosotros que nos habéis precedido en tierras polares, :)
EliminarAbrzos!
Bellísimas fotos que me recuerdan que todavía tengo pendientes las auroras. Y excelente información la del museo del Fram, que fue toda una experiencia. Podemos pasar horas allí dentro, aprendiendo y experimentando todo lo que mencionais. Curiosamente, publicaré una entrada sobre él dentro de unas semanas ;)
ResponderEliminarTawaki, ¡las auroras tienes que verlas si o si! El Fram es un museo que requiere un poco de esfuerzo, si de verdad se quiere aprender sobre las exploraciones árticas y antárticas. Una gozada de lugar, sin duda
EliminarSaludos!
Ahora con muchísimas más ganas de ver las auroras, gracias!
ResponderEliminarPues esperamos que pronto puedas contemplarlas, son un espectáculo increíble...
Eliminarsaludos!