Siempre que decimos que somos de Bilbao surge en la conversación lo bien que se come en nuestra tierra, algo fácil de contrastar. Lo cierto es que a medida que la fama del Museo Guggenheim y su efecto ha crecido también lo han hecho los precios para los que vivimos aquí. De igual modo se ha incrementado el número de los que, año tras año, nos visitan, aunque aun continuamos sorprendiéndonos al encontrar turistas que, plano en mano, se disponen a descubrir lo mucho que Bilbao tiene que ofrecer.
Por eso nos gusta perdernos de vez en cuando por nuestra ciudad, con los ojos del visitante, descubrir rincones, locales, o actividades que, lejos de ser exclusivos para los viajeros, a veces pasamos por alto los residentes, tal vez llevados por la rutina. Una buena opción para comenzar este descubrimiento son los hoteles urbanos, con una oferta cada vez más cuidada en jornadas y congresos.
En esta ocasión nos hemos acercado al renovado Hotel Barceló Bilbao Nervión, el de mayor número de habitaciones de Euskadi, para degustar su oferta gastronómica y de paso comprobar que tal ha quedado tras la gran reforma de hace unos meses. Nada más entrar en el lobby, sorprenden la amplitud y la decoración. Aunque nos explicaron que el panel de colores de la recepción es un homenaje al Bosque Pintado de Oma, obra de Ibarrola, que hemos visitado en varias ocasiones, la última hace pocos días, la verdad es que en un primer momento no resultaba tan obvio. ¿Lo habéis apreciado en la foto con la que abrimos esta entrada? Si no es así volved a mirarla ahora.
Las nuevas habitaciones, en una apuesta por aprovechar el espacio al máximo, utilizan colores claros e integran en su espacio el lavabo, algo que puede sorprender a primera vista, y tal vez no agradar a todo el mundo, aunque a nosotros ya nos gustó esa idea en el Barceló Sans.
El Restaurante Ibaizabal también ha sido objeto de profunda remodelación en cuanto al espacio, ahora diáfano, y la decoración. Sobrio y luminoso, con la cocina abierta, permite que nos centremos en la gastronomía.
La primera sorpresa fue encontrarnos sobre la mesa un menú personalizado para El Guisante Verde Project, todo un detalle. La cena comienza con un Chupito de Gazpacho con Hierbabuena. Correcto en cuanto a textura, y buen equilibrio en los sabores.
Croquetas de Idiazabal y Membrillo al Txakolí, con una finísima capa de rebozado, tostado uniforme y ausencia total de aceite, consistentes y de sabor intenso, venían acompañadas de un sorprendente membrillo, complemento perfecto que debe administrarse en pequeña cantidad para no ocultar el sabor de las croquetas.
La Ensalada de Pulpo con Patata confitada y verduras, nos la presentan de forma original, una interesante combinación de mar y tierra que viene acompañada de una muselina de hongos que aporta nuevos matices olorosos y gustativos a la mezcla.
El Rodaballo al Horno con tomate concassé, sobre patata y cebolla caramelizada. Jugoso y firme, hecho en su punto. Una ración, como el resto, generosa.
El equilibrio del menú se busca con un Solomillo de ibérico asado con bacon y salsa de Mostaza Antigua, acompañado de espárragos trigueros. Buena mezcla en boca del mantecoso ibérico y el cuasi crudité del triguero.
El postre combinaba un Coulant de Chocolate, un postre en ocasiones infravalorado, y que bajo una fina cobertura sólida era esponjoso, con un fluido templado de chocolate negro intenso, que podemos contrastar con el helado de yogur y un Chupito de Crema de Cuajada con Frutos Rojos. Toda la repostería se realiza en el propio restaurante.
No podemos cerrar este repaso gastronómico sin mencionar al personal del Barceló Bilbao Nervión que nos atendió, tanto en el hotel, como en el restaurante, a horas mucho más que intempestivas, y que en todo momento nos hizo sentir y disfrutar de una gran experiencia.
¡Muchísimas gracias! Nos alegra que hayáis disfrutado... Ha sido un auténtico placer recibiros.
ResponderEliminarPues como estamos cerca nos veréis en más ocasiones Barceló Bilbao Nervión ;-))
Eliminar¡Estupendo Maribel! Nos encantará veros de nuevo ;)
EliminarDespués de ver esto nos dan unas ganas de ir por allíííííííí? Un abrazo guisantes.
ResponderEliminarlos tiramillas si que habéis sido rápidos en ir a probarlo, jejeje, ya nos contaréis que tal el menú festivo, un abrazo ;-))
EliminarMadre mía, como se come, que paisajes tenéis, que ciudades y que museos, un lujo a visitar.
ResponderEliminarUn abrazo
Teresa
Muchas gracias, Teresa. En los últimos años nos estamos esforzando para atraer visitantes, y creo que el esfuerzo merece la pena. Ojalá te veamos pronto por aquí.
Eliminarun abrazo!
Leyendote dan ganas de probar el menu.
ResponderEliminarEn Bilbao sin duda se come de maravillas en sitios guapos como este o en los de toda la vida por ejmplo los de las 7 calles.
Saludos
Jajaja, eso esperamos, Memorias del Mundo, y es verdad que también la oferta más tradicional es estupenda. Y las Siete Calles reúnen un buen número de locales de toda la vida, y ahora, muchos que están innovando con buenísimas propuestas.
EliminarSaludos!