"... antes de alejarme, levanto la cabeza hacia esas torres que tengo encima de mi, ahogadas en el verdor, y me estremezco de pronto con un miedo desconocido cuando percibo una gran sonrisa petrificada que sobre de mí desde lo alto... Y luego otra sonrisa más, (...) y luego tres, y luego cinco, y luego diez; las hay por todas partes, y me estaban vigilando por todos lados... ¡Las "torres de cuatro rostros"! Las había olvidado, pese a que me habían avisado... Son de proporciones tan sobrehumanas, estas máscaras esculpidas en el aire, que se necesita un momento para comprenderlas; sonríen bajo sus grandes narices chatas y tienen los párpados entrecerrados (...)
Imágenes de los dioses a quienes, en tiempos que ya no existen, adoraron aquellos hombres de cuya historia ya nada se sabe; imágenes a las que, desde hace siglos, ni el lento trabajo de la selva ni las torrenciales lluvias disolventes han podido borrar la expresión, el aire de ironía bondadosa, más inquietante todavía que el rictus de los monstruos de la China".
Pierre Loti, "Peregrino de Angkor"
El afán por descubrir nuevos lugares, gentes, especies..., también intereses comerciales y políticos, aunque eso ocurrió más tarde, dio origen a la época de los grandes viajes y descubrimientos que ampliaban poco a poco las fronteras del mundo conocido. Y con ellos, también surgió una nueva clase de ser humano, los exploradores y viajeros.
Cuando nos acercamos a la entrada del Bayón, el templo de las mil caras, ese espíritu de aventura, de encontrarnos cara a cara con la Historia, de conversación con unas ruinas que nos hablan de antiguas civilizaciones, en definitiva la emoción ante lo desconocido, nos invade haciendo que por unos instantes el tiempo se detenga a nuestro alrededor.
El Bayón se encuentra en el núcleo de Angkor Tom que a su vez es el corazón de la antigua ciudad, capital del reino jemer, Angkor. Lo más reconocible son las grandes caras de dos metros de altura que decoran las torres del templo, y que nos acompañan siempre durante nuestra estancia, siempre sonrientes.
El Bayón, además, se encuentra decorado con bajorrelieves que nos hablan de la vida cotidiana, de religión, de batallas, como la del Tonlé Sap.
Desde los muros también nos observan, sonrientes, las apsaras; a veces parece que sean reales, convertidas en piedra por una especie de encantamiento, y que nos llaman como hacen las sirenas, para que acudamos a liberarlas, o tal vez, llevarnos para siempre, convertidos también nosotros en eternidad.
Desde siempre este templo ha sido difícil de interpretar; primero se le consideró hinduista, hasta que se reconoció también la inspiración budista, ya en el primer cuarto del siglo XX.
Originalmente había 54 prasats, lo que significa que eran más de 200 caras, basadas en los rasgos faciales del rey Jayavarman VII, las que apuntando a los cuatro puntos cardinales, protegían al pueblo jemer.
Simbólicamente, se mezclan en este templo los conceptos de bodhitsattva y los del buda-rey. Y también las luchas internas entre el Pequeño Vehículo y el Gran Vehículo de la religión budista o la alternancia con el hinduismo como religión oficial, tienen su reflejo en la concepción y decoración del recinto.
La sensación de descubrimiento es posible, aunque, como ya os contábamos en Peregrino de Angkor, este lugar ocupaba desde hace mucho tiempo un espacio en nuestros sueños. Los visitantes llegan a Angkor con prisas, se trasladan rápido, invirtiendo muy poco tiempo y esfuerzo en cada lugar, un día, dos a lo sumo.
Hay que pensar en ellos como en las mareas, vienen y se van. Resulta posible evitar las aglomeraciones, simplemente hay que esperar y observar; podréis recorrer pasillos, pasadizos, terrazas, rincones ocultos por la vegetación, encontrar esculturas en lo más profundo de los templos, donde solamente el sonido de vuestro corazón os dirá que estáis vivos.
Tiene que ser impresionante entrar en el templo de las mil caras y como dices, de encontrarte cara a cara con la Historia.
ResponderEliminarLas fotos son impresionantes, dan ganas de ir, pero lo cierto es que lo veo lejos (no me refiero ya al destino por la distancia). A ver si me animo y puedo viajar a descubrirlo.
Abrazos.
Creemos que no se puede transmitir Antonio Ruiz la sensación que produce acercarse al Bayon y sentirse en su interior. No importa las imagenes vistas, documentales..., es magnífico.
EliminarOjalá puedas sentirlo en persona. Y si es cuestión de ánimo, nosotros te damos un empujón. :)
Un abrazo!
Uno de los lugares más sobrecogedores del mundo. Nosotros tuvimos la gran suerte de verlo completamente solos, algo inolvidable :D
ResponderEliminarSi que lo es, Pau Por mucho que se haya escuchado, llegar allí, recorrerlo, algo, como dices, inolvidable.
EliminarSaludos!
Los pelos de punta se me pusieron al recorrer el lugar. Impresionante!!!! :-)
ResponderEliminarClaro Fran por muy preparados que creamos estar para verlo! :)
EliminarUn lugar inolvidable e imprescindible para cualquier viajero que nos habeis traido de manera excelente
ResponderEliminarla sonrisa inquietante de las imagenes , nos trasladan a una epoca donde los reyes creian ser dioses y eran tratados como tal , pero que nos muestran el poder y magnitud de una civilizacion que bien podria haber sido la mas importante de la humanidad
un fuerte abrazo y gracias por este regalo en forma de post
Gracias Bleid. Tienes razón, una civilización que no sobrevivió, a pesar de su avances, debido a la falta de madurez social que alcanzó, por ejemplo, China. Una lástima sin duda.
EliminarAbrazos!
Un lugar inolvidable para cualquier viajero que llegue hasta él, te hace sentir el paso del tiempo y si que es verdad que si esperas un poco aún se puede ver en completa soledad.
ResponderEliminarUno de mis mejores recuerdos viajeros, sin duda.
Tambien para nosotros Elena fue una de las mejores experiencias. Y tienes razón, solo hay que esperar... :)
EliminarSaludos!
La verdad que el templo al igual que el lugar tiene que ser impresionante, yo me voy apuntando todos los lugares porque es un sitio al que espero ir pronto!! Un abrazo. ;-)
ResponderEliminarNo tardes, Babyboom, son lugares frágiles. Ojalá que pronto puedas estar allí; os va a encantar, seguro.
EliminarAbrazos!
Un año, como pasa el tiempo... Qué recuerdos! No me quería ir de allí.
ResponderEliminarParece que fue ayer, MertxeGL aun sigue muy presente en nuestros recuerdos. Bste.!
EliminarVer las fotos es ver a Mosieur Loti entre las sonrisas que tanto le sorprendieron. Eran seres superiores Saludos.
ResponderEliminarQue decir, Viajero, conexión total con tu comentario.
EliminarSaludos!
Un escenario de juego para la Play Station
ResponderEliminarJajaja, perfectamente además, Paco Piniella :)
EliminarUn precioso y mágico lugar, que parece mentira que se construyera en Camboya hace miles de años.
ResponderEliminarNo sabemos si escenario o no de un videojuego, gran lugar, gran visita y gran post ;)
Es así, Vietnamitas en Madrid, grandes civilizaciones nacieron y desaparecieron en Asia. Afortunadamente, no todo se perdió.
EliminarUn saludo, y gracias por el comentario! :)
Un sitio muy bello. Apuntando para la lista de reyes. Saludos.
ResponderEliminarEsperamos que tengas suerte, y te lo traigan, es inolvidable, Juan Pablo. Saludos
EliminarComo sabéis estuve por allí hace años, sin casi nadie más por ahí. Para mí los templos de Angkor son los monumentos más hermosos que he visto nunca y en Angkor no hay nada más impactante que el Bayon. Es más que difícil que pueda volver algún día pero nada me gustaría más que hacerlo con la mujer que yo quiero. Un abrazo y enhorabuena por haberlo vivido.
ResponderEliminarGalayos te imagino paseando por allí tan sólo y tan emocionado como Loti; y quién sabe, los sueños, a veces, se convierten en realidad.. , es un lugar y una emoción para compartir, sin duda.
EliminarUn abrazo ;-)
Estuvimos en Camboya cuando casi no se conocía en España y guardo los mejores recuerdos, sobre todo de sus gentes. Los Templos de Angkor son una de las maravillas más enigmáticas que hemos podido visitar nunca... Y las sonrisas colosales de sus esculturas y bajorrelieves siempre nos hacen reflexionar sobre el sentido que cada religión le da a la vida... Del valle de lágrimas que unos interpretan en Occidente al valle de bondad y bienaventuranzas oriental... Y eso que en Camboya, como en Myanmar, antigua Birmania, saben bien lo que es el sufrimiento...Un magnífico paseo, ¡gracias!
ResponderEliminarViajes de Primera, cuanta razón tienes, que diferentes maneras de afrontar ese "algo más" tenemos en Occidente y Oriente. Tuvo que ser una experiencia intensa, porque aun hoy cuando parece que lo hemos visto todo en imágenes o películas, sobrecoge recorrer Angkor. También nosotros caímos rendidos ante esas sonrisas y amabilidad con la que te acoge la población en el sudeste asiático, en una zona, como dices, que sabe bien lo que es el sufrimiento.
EliminarGracias por el comentario, un abrazo!
que hermoso reportaje me he sentido alli con las fotografias y el maravilloso texto con que lo comentaste. muy buen trabajo amigo o amiga jaja no lo se
ResponderEliminarGerard foz bosch Muchas gracias, es una satisfacción enorme poder conseguirlo. Y somos dos, amigo y amiga, :) jajaja. Saludos!
EliminarMuchas gracias por descubrirme este lugar. Me parece alucinante! Sobre todo me ha gustado cómo describes la manera de disfrutarlo. Sin duda, has sabido transmitir la magia del lugar. Un saludo
ResponderEliminarClyo Gulliveria Gracias, si conseguimos lo que dices, aunque sea de vez en cuando, es un regalo para nosotros. Un saludo!
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