Doce meses más en la mochila y ya son 17 años de El Guisante Verde Project. Seguimos, esta vez por los pelos, dando la lata... El 2024 arrancó fuerte. Nos llevó directos y sin previo aviso a uno de esos viajes que nunca quieres hacer. Cuando pedíamos al nuevo año descubrimientos y novedades no imaginábamos que iban a ser en forma de un viaje no soñado. Tras muchas semanas en la UCI, donde cada día que se tachaba del calendario era una victoria, llegó el turno para la segunda parte del viaje: la rehabilitación, en el Hospital de Gorliz, que se levanta sobre la playa de esta pequeña localidad costera de Bizkaia. Este 2024, más que nunca, hemos disfrutado del mar, el sol y la arena, que también curan. En este viaje seguimos embarcados, ahora ya en casa, aunque sin perder de vista el litoral.
Durante estos meses, en especial los primeros, los peores, hemos contado con el imprescindible apoyo de la familia y los amigos, de los que estaban cerca, y de aquellos que también desde lejos nos daban ánimos para seguir adelante. Ha sido magnifico que tantos hayáis venido a Bilbao a vernos y, como se ve, alguno incluso a pasearnos.
No tenemos, nunca nos cansaremos de repetirlo, suficientes palabras para agradecer el apoyo recibido y el que seguimos recibiendo, por parte del personal médico, de enfermería, fisioterapeutas, auxiliares, celadores y limpieza, tanto de la unidad de Reanimación-Derecha del Hospital de Basurto, como del Hospital de Gorliz; ambos pertenecientes a Osakidetza, el servicio vasco de salud. Público. Nos repetimos que somos afortunados, los medios técnicos, la profesionalidad y conocimientos de cuantos nos han atendido, escuchado y cuidado, son impagables.
A menudo suele decirse que una situación así te hace más fuerte, si no te lleva por delante, claro, pienso yo. Físicamente es verdad que ha sido muy duro, tal vez, lo suficiente como para relativizar otras situaciones que antes podían parecernos tremendas. Aun no estamos en condiciones de evaluar el coste emocional de verme inmóvil en una cama, sin poder comunicarme, de las noches invadidas por las alucinaciones y todo el tiempo del mundo para pensar.
Para Maribel y para mí ha sido una experiencia demoledora pasar tantas noches separados. Ella sola en casa. Yo solo en el hospital. Cada uno con sus monstruos acechando y sufriendo por el otro, sin saber que ocurriría al día siguiente. Nos hemos repetido que "somos fuertes", que todos los aprendizajes y experiencias personales y viajeras tenían que ser útiles para enfrentarnos a este viaje incierto.
Este año, aun sin creernos que estábamos de nuevo juntos en casa, llegó nuestro aniversario de boda. No hicimos una celebración especial, simplemente, lo vivimos. Uno de nuestros hits de 2024.
En lo viajero, nuestro 2024 ha sido todo un "Km 0", turismo de proximidad que, si en años anteriores nos hubiera sabido a poco, en esta ocasión hemos disfrutado al máximo, con el ansia y la alegría de las primeras veces. La mayor parte del año hemos alternado entre la playa y los paseos por Bilbao y alrededores, recorriendo terrazas y restaurantes. Aunque pueda parecer que no es exótico ni especialmente original, lo echábamos muchísimo de menos. Ya sabéis que también en lo cercano somos unos cansasuelos y nos gusta comprobar que todas las baldosas de la villa están en su sitio. Además, hemos podido incorporar algunos locales a nuestra lista de descubrimientos.
Fuera de los límites de nuestro círculo alrededor de Bilbao, hemos vuelto al parque de Salburua, en Vitoria-Gasteiz. Un espacio natural dentro de la ciudad donde ver infinidad de aves, recorrido por senderos sin dificultad y con apenas pendiente. Perfecto para la situación en la que nos encontrábamos. La captura fotográfica desde los observatorios se dio regular, aunque era lo de menos. Si queréis conocer más de este fantástico parque de naturaleza, podéis leernos en: "Parque de Salburua, la cara salvaje de Vitoria-Gasteiz".
En los límites de Bizkaia, en Orduña, hemos paseado por el embalse de Maroño. Un lugar perfecto para un pic-nic y también para fotografiar la Vía Láctea. En nuestra salida la Luna iluminó el cielo como si fuera de día, así que tendremos que volver en unos meses, para probar suerte con el cielo nocturno.
Además, el año lo hemos despedido a lo grande. Primero paseando entre la niebla por los senderos de La Arboleda; visitando a nuestras viejas amigas, las hayas trasmochas de Otzarreta y fotografiando la aurora boreal sobre Gaztelugatxe, una sopresa completamente inesperada.
Arrancamos este 2025 con la vista puesta en el final, cada vez más cerca, del viaje que iniciamos en enero de 2024; veremos que nos trae el año nuevo y, en cualquier caso, seguiremos dando la lata.
¡Feliz 2025!
Seguro que será un gran año. No os merecéis menos!! Nosotros os deseamos lo mejor de lo mejor, besos grandes y a seguir dando la lata😘😘
ResponderEliminarEnhorabuena bikote! A por muchos años más. Esto ha sido solo una parada en boxes, jeje. Un abrazo.
ResponderEliminarZorionak bikote! A por muchos años más. Esto ha sido un paso por boxes para renovar y afrontar el futuro con más ganas aún. Un abrazo!
ResponderEliminar¡Zorionak por el Aniversario!
ResponderEliminarMuchas Gracias por Compartir todas estas Experiencias.
¡Un Abrazo!