El Parque de Salburua es un sorprendente espacio natural situado en un entorno urbano, la capital de Euskadi, Vitoria-Gasteiz. Salburua, que forma parte del anillo verde de la ciudad, representa la recuperación de varios humedales, junto con las especies de flora y fauna asociadas a estos ecosistemas, de la destrucción generada por la actividad humana.
En la estructura del parque llama la atención Ataria, el Centro de Interpretación de los humedales de Salburua, dedicado a difundir la importancia propia del parque y la necesidad de proteger el patrimonio natural. Ataria se integra perfectamente en el entorno, gracias al uso de la madera y del cristal que transmite una sensación orgánica cuando nos encontramos en su interior, sin perder detalle de lo que ocurre fuera. Un complemento esencial de la labor divulgativa de todas las actividades que se realizan en el edificio, son la restauración de caminos, los paneles informativos, los itinerarios auto-guiados y la instalación de dos observatorios de aves.
Nosotros hemos visitado Salburua en varias ocasiones, recorriendo sus caminos a pie, también en bicicleta, y siempre lo vemos con un punto de envidia; nos gustaría tener un lugar así junto a nuestra ciudad.
La importancia ecológica de Salburua es destacable. Sirve de depuradora de las aguas del acuífero cuaternario; posee las mejores formaciones de toda la Península Ibérica de una planta acuática, la Espadilla (carex piraria). El robledal de llanura es casi una excepción en la Llanada Alavesa.
Buena parte de las especies de fauna que habitan Salburua se encuentran amenazadas, además, todas son de origen silvestre, excepto una manada de ciervos que se introdujo para controlar la vegetación palustre.
A menudo se puede subestimar la importancia de la biodiversidad de espacios como Salburua porque siempre se ‘piensa en grande’ y no resulta sencillo apreciarla. Escarabajos, libélulas amenazadas, una de las comunidades más completas de Euskadi de anfibios y reptiles, como los galápagos autóctonos o la rana ágil, casi extinta en la Península Ibérica forman parte de un conjunto insustituible.
Podemos recorrer Salburua gracias a los ‘Paseos’ y ‘Rutas Vitales’. El primer paseo, la Balsa de Betoño: con una longitud de 2,5 km, nos permite apreciar esa lámina de agua, casi permanentemente inundada y su vegetación: espadillas, carrizos, lirios, malvaviscos y espadañas entre otras. Pasaremos por la Chopera de Betoño, en proceso de transformación al ser sustituidos los árboles que van muriendo por fresnos y robles. También veremos la Balsa de Duranzarra, llenada en 2003 y las campas de Salburua.
El segundo paseo, la Balsa de Arcaute es un poco más largo, unos 4km, el corazón de la riqueza ornitológica del parque. Es la balsa de mayor tamaño del parque. En este recorrido encontraremos ‘Las Zumas’ y ‘Los Fresnos’, observatorios de aves, estratégicamente situados y con información amplia de las especies que pueden avistarse. El Bosque de Arcaute esconde, nunca mejor dicho, mamíferos como la jineta. Los Prados Húmedos, rodean las lagunas. La Laguna de Larregana, una de las primeras en ser desecada.
Otra forma de recorrer Salburua es siguiendo una de las cuatro ‘Rutas Vitales’. En todas ellas encontraremos puntos de observación con paneles que informan sobre las especies que podemos observar y sus principales características. Estos paneles solamente recogen una pequeña parte de todo lo que podemos avistar, así que hay que ir atentos... Suelen ser recorridos amplios por el parque, entre tres y cuatro kilómetros, así que hay que planificarse, en función de nuestras circunstancias y de la climatología.
Ruta Amarilla: anfibios y reptiles son sus protagonistas. Tritón Palmeado, la Rana Ágil, la Lagartija Ibérica, la Rana Común, el Eslizón Tridáctilo, el Sapillo Pintojo Ibérico, el Galápago Leproso o la Culebra de Collar.
Ruta Azul: avifauna. Focha Común, Somormujo Lavanco, Rascón Europeo, Curruca Capirotada, Carricero Tordal, Martín Pescador, Pito Real, Cigüeña Blanca, Tórtola Turca, Oropéndola, Garza Real.
Ruta Blanca: insectos. Cárabo, Caballito del Diablo, Mantis Religiosa, Ciervo Volante, Macaón Europeobritánico, Longicornio Alpino y Falso Mosquito.
Ruta Verde: flora. Prado Juncal, Repoblaciones de conservación (arces, robles y cornejos), Prados con Malvavisco, las Saucedas, el Bosque Robledal, el Carrizal, los Setos, los Cárices y las Choperas.
En la actualidad, Salburua es una referencia dentro del anillo verde de Vitoria-Gasteiz, aunque pasó por malos momentos. El humedal se nutre de un acuífero que ocupa buena parte de la Llanada Alavesa. Sus pastos, la caza y la pesca le dieron fama en toda la comarca, pero en 1857 las lagunas comienzan a ser desecadas y los bosques talados, buscando ampliar las tierras de cultivo. Posteriormente, el parque tuvo que hacer frente a otra amenaza, la especulación urbanística que amenazaba con urbanizar la zona de cara a su edificación.
Afortunadamente, el proceso de recuperación iniciado en 1994 ha propiciado que hoy en día Salburua sea uno de los humedales continentales más importantes de Euskadi y que esté reconocido internacionalmente. No es para menos, porque el humedal se encuentra en la ruta migratoria de numerosas aves y les ofrece un espacio tan magnífico que algunas pasan aquí el invierno e incluso crían: el carricerín cejudo, la garza imperial, la cerceta carretona, el avetorillo común o las espátulas son algunas de las aves en peligro que eligen el parque como morada temporal.
Entre los mamíferos destaca el Visón Europeo, que está amenazado de extinción. Su conservación es una prioridad en Salburua. Resulta difícil verlo, al igual que ocurre con el Martín Pescador, que pondrá a prueba vuestra vista y la rapidez de vuestras cámaras. Es un todo un reto, que nos invita a visitar el humedal cada cierto tiempo, y siempre nos ofrece algún nuevo descubrimiento.
No hay comentarios :
Publicar un comentario
Déjanos un comentario, es gratis y sienta genial