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Magritte: Bruselas - Madrid, esto no es un viaje En este viaje, que no es un viaje, nos acompaña René Magritte , el hombre invisible con su abrigo negro y su bombín, sobre un fondo azul c...

noviembre 13, 2021

Magritte: Bruselas - Madrid, esto no es un viaje

Magritte 'El Gran Siglo', por El Guisante Verde Project
En este viaje, que no es un viaje, nos acompaña René Magritte, el hombre invisible con su abrigo negro y su bombín, sobre un fondo azul con nubes blancas. Partimos de Bruselas. Allí se encuentra el Musée Magritte, ubicado en la Place Royale, en el Hôtel du Lotto, un bonito palacete neoclásico. Terminamos en Madrid, visitando la gran retrospectiva que se expone en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza.

Magritte, nacido en 1898 en Lessines, una pequeña localidad a poco más de 50 km de Bruselas, es el impulsor del surrealismo belga, aunque sus inicios, poco conocidos, transitaron por el impresionismo. No se quedó ahí, y durante su primera etapa asimiló influencias de otros muchos movimientos, como el Cubismo o el Futurismo.
Magritte 'La Firma en Blanco', por El Guisante Verde Project
Giorgio de Chirico 'La conquista del filósofo', por El Guisante Verde Project

Pero si tenemos que hablar de una influencia decisiva en la obra de Magritte, es la que ejerció Giorgio De Chirico. El contacto con su obra, en 1922, provocó que Magritte abandonara otros estilos y adoptara el estilo metafísico del italiano.

Para cualquiera que quisiera ‘estar en la onda’ en el primer cuarto del siglo XX, los ‘Locos Años Veinte’, era condición indispensable vivir en París. Magritte se trasladó a la Ciudad de la Luz, más bien a sus cercanías, en 1927, y se introdujo de pleno en el círculo surrealista parisino: Breton, Max Ernst, Éluard, Arp, Miró y Dalí fueron sus compañeros.
Magritte 'Los Valores Personales', por El Guisante Verde Project
Magritte 'Las Maravillas de la Naturaleza', por El Guisante Verde Project
Magritte 'Memoria de un Viaje', por El Guisante Verde Project
Sin embargo, Magritte era muy independiente; conservaba sus ideas y convicciones por encima de la influencia del grupo o de las modas. Incluso en la etapa parisina su estilo, llamado en ocasiones ‘realismo mágico’, no cambió esencialmente.

Tal vez por ese deseo de mantener su libertad creativa, el ambiente de la capital francesa no terminó de convencerle y abandonó la Ciudad de la Luz para instalarse de nuevo en Bruselas, su residencia definitiva. Además de en Bruselas, expone en París, Ginebra, y, con frecuencia, en Nueva York.
Magritte 'El Arte de Conversar'', por El Guisante Verde Project
Magritte 'La Llave del Campo'', por El Guisante Verde Project

Su regreso a Bruselas supone también su vuelta, momentánea, al impresionismo, y su casa se convierte en punto de encuentro de artistas y escritores. Entre los años 1847 y 1948 intentó movilizar las conciencias con un estilo crudo, muy próximo al fauvismo. La crítica y el público fueron abiertamente hostiles. René Magritte retomó el surrealismo, estilo que mantendrá, con variaciones muy personales, hasta el fin de sus días, en 1967, año en el que fallece en Bruselas. Magritte no fue especialmente viajero, su primera visita a EEUU la realizó en 1965, solo dos años antes de su muerte, con motivo de la retrospectiva que le dedicó el MoMa.
Magritte 'Delirios de Grandeza', por El Guisante Verde Project
Magritte 'La Explicación', por El Guisante Verde Project

La obra del pintor de Lessines se presta a múltiples interpretaciones y desvaríos por parte de la crítica, tanto de la actual como de la de su tiempo. Un ejemplo de ello es la insistencia en relacionar el suicidio de su madre, que en 1912 se arrojó al río Sambre, a la altura de la ciudad de Châtelet, donde la familia residía desde 1904, con el origen de diversas pinturas, en las que los protagonistas aparecen tapados con un velo o una tela, como Les Amants, a pesar que el propio artista lo negó en numerosas ocasiones.
Magritte 'El Durmiente Temerario', por El Guisante Verde Project

Magritte fue un provocador. Intentaba forzar al público a cambiar su percepción de la realidad, a menudo ya pre-configurada por múltiples factores. Para ello utilizaba imágenes ambiguas e ingeniosas, en un intento de cuestionar la relación entre un objeto pintado y uno real.

Magritte utiliza imágenes cotidianas, las manipula con duplicaciones, ausencias y meta representaciones, el cuadro dentro del cuadro. La ironía, los juegos de palabras, los guiños a la pintura tradicional, las realidades opuestas y la paradoja, le caracterizan.
René Magritte, por El Guisante Verde Project

Sus imágenes a menudo parecen sencillas y, con frecuencia, en sus obras aparecen objetos realizados con minuciosidad casi fotográfica. Investiga las relaciones entre palabras e imágenes, cuestionando la realidad pictórica como en ‘La traición de las imágenes’, donde bajo la pipa ejecutada al detalle, escribe, ‘Esto no es una pipa’. Harto de que le preguntaran por la dichosa pipa termino aclarando: - "¿Puedes fumar en ella?... Entonces no es una pipa". Las palabras tienen mucho protagonismo en la obra de Magritte, en especial durante sus años en París.
Magritte 'La Lámpara Filosófica', por El Guisante Verde Project
Magritte 'La Habitación de Escuchar', por El Guisante Verde Project
Magritte 'Las Memorias de un Santo', por El Guisante Verde Project

A menudo, las imágenes van acompañadas por un nombre. Normalmente no concuerdan entre sí, cuestionando, una vez más, la realidad a la que ambas, imagen y palabra, se refieren. En ese intento por sacar al espectador de sus concepciones previas, también los títulos de sus obras nos desconciertan con frecuencia.

Magritte también explora el paisaje como ilusión, sin ninguna pretensión realista. Una constante en su obra, donde espacio real e ilusión espacial comparten lienzo. La obra de arte como puerta de entrada hacia otras realidades. El espectador tiene que participar, elegir si está dentro o fuera, si mira a través de la ventana, si el primer plano o el del fondo es el protagonista, si está delante o detrás del telón.
Magritte 'La Respuesta Imprevista', por El Guisante Verde Project

Al visitar, en la Place Royal de Bruselas, el Museo Magritte, un museo rodeado por las colecciones de los Museos Reales de Bellas Artes de Bélgica, algo que seguro habría sido del gusto del artista, nos damos cuenta de que algunas de sus obras más reproducidas, más conocidas, no se encuentran allí. Tiene algo de viaje entrar en un museo dedicado a un único artista, pasearse por su itinerario completo, comprobar como los espacios, desde la entrada con cajas de luz recreando las obras, las enormes fotos, las paredes negras y las entradas estrechas a las salas, contribuyen a una atmosfera de misterio y contemplación. Descubrimiento, aprendizaje, encontrar piezas nuevas que no conocíamos, series, repeticiones. Como al abrir un libro o entrar en un teatro, dejamos que el mundo de ficción creado por el artista nos envuelva, participamos en el juego.

'El Hombre con Sombrero de Hongo' - Museo Magritte, Bruselas por El Guisante Verde Project
Museo Magritte - Bruselas, por El Guisante Verde Project
Magritte, 'El Arte de la Conversacion' por El Guisante Verde Project
Magritte 'El Viajero', por El Guisante Verde Project
Magritte 'Perspectiva: Madame Recamier, por David', por El Guisante Verde Project
Magritte 'La Poitrine', por El Guisante Verde Project
Magritte 'El Imperio de las Luces', por El Guisante Verde Project
Museo Magritte, Bruselas, salas, por El Guisante Verde Project
La exposición que ahora nos trae el museo madrileño Thyssen-Bornemisza, es también una fuente de sorpresas. Reconocemos algunas de las obras que ya vimos en Bruselas, acompañadas de muchas otras que nos ayudan a entender su voz, su identidad artística. Tenemos la oportunidad de seguir completando el puzzle, de seguir las miguitas que un artista va dejando y entrever un conjunto, su mapa de significados. Pocas veces se insiste en que Magritte trabajó de forma previa, en paralelo y a veces para complementar sus ingresos, como creativo publicitario, además de cómo artista, llegando a tener una agencia propia junto a su hermano. Su predilección por objetos de uso común, por los juegos de palabras, por los equívocos, gusta mucho en la presentación de marcas y productos. De ahí que el hombre del abrigo y el paraguas, el bombín, los fondos de nubes se hayan vuelto tan reconocibles.
Magritte 'El balcón de Manet', por El Guisante Verde Project
Magritte 'Los Paseos de Euclides', por El Guisante Verde Project

La retrospectiva del Thyssen, ha sido titulada ‘La Máquina Magritte’. Un nombre que deriva de la repetición, la variación y la combinación de unos pocos motivos figurativos que, en palabras del artista, le llevó a pintar un millar de cuadros, variantes de sus obras, sobre una base de un centenar de motivos.

Fue el propio Magritte quien habló de la ‘máquina’. En 1950, en colaboración con algunos amigos, escribió el prospecto La Manufacture de Poésie, un catálogo de productos imaginarios entre los que destaca la “Máquina Universal para hacer cuadros”. Tal máquina haría posible componer de forma práctica un número ilimitado de cuadros pensantes. La exposición parte de la hipótesis de que esa Máquina Magritte existe y está compuesta por varios dispositivos interconectados correspondientes a conceptos recurrentes en la obra del artista. Hoy hablaríamos de una ´Inteligencia Artificial´ que es capaz de combinar todas las propuestas del pintor.
Magritte 'El Principio del Placer', por El Guisante Verde Project
Magritte 'La Voz del Espacio', por El Guisante Verde Project

Desde el Museo Thyssen se explica la organización de la exposición alrededor de secciones temáticas que explican la concepción de la pintura de Magritte que para él mismo era ‘un arte de pensar’. Pensar y hacer pensar sobre la pintura y su relación con la realidad. Las secciones parten de los planteamientos conceptuales, ‘Imagen y Palabra’, semi-abstractos ‘Figura y Fondo’; las convenciones tradicionales de la pintura europea, ‘Cuadro y Ventana’, ‘Rostro y Máscara’; los límites del ilusionismo visual, ‘Mimetismo’ y ‘Megalomanía’. Sobre todo ello, planean los ‘Poderes del Mago’ ironizando sobre el mito del genio creador que aparece a menudo en sus autorretratos.

Magritte 'El Terapeuta', por El Guisante Verde Project

Hay que jugar con sus propuestas, lienzos transparentes, telones, cascabeles, figuras de las que no vemos el rostro, la figura hecha fondo y el fondo figura, el cuadro que se abre a una realidad diferente, recortes, significados equívocos, cuerpos, manzanas, piedras, balaustres, peines, los objetos más sencillos; espejos agigantados y formas adueñándose del lienzo... Juegos de escalas y tamaños. Como “Alicia en el país de las maravillas”, tenemos que dejarnos llevar para disfrutar del recorrido.
Magritte 'La Travesía Difícil', por El Guisante Verde Project
Magritte 'Belle Société', por El Guisante Verde Project

En las salas encontraremos más de 90 pinturas además de fotografías y películas domésticas que ilustran los conceptos desarrollados en los paneles que introducen cada temática. Imprescindible su lectura para asimilar lo que vemos. Guillermo Solana es el comisario de una exposición que incluye, como es habitual en el Thyssen, mucho material adicional en forma de podcast, vídeos, visita virtual… Hasta el 31 de enero de 2022. A partir de finales de febrero y hasta primeros de junio podréis verla en Caixaforum Barcelona. La Máquina Magritte no se para y esto continua sin ser un viaje...
Magritte 'Esto Continua sin Ser una Pipa', por El Guisante Verde Project

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