Arte Urbano en Bilbao. Vivimos en una ciudad donde buena parte de los más afamados representantes de la arquitectura mundial han dejado su impronta, y no parece quedar lugar para un arte efímero, a veces caótico, casi siempre reivindicativo, que a menudo se mueve en la delgada frontera que separa lo legal de lo ilegal.
Hemos querido abrir este recorrido por el arte urbano de Bilbao con un mural aparentemente sencillo. Decimos aparentemente porque su ejecución no estuvo exenta de problemas, desde la imposibilidad de utilizar maquinaria porque el terreno se hundía, hasta la elección del idioma en el que se escribía la palabra que llena la fachada de un edificio industrial en el 46 del Camino de la Ventosa.
'Soñar', una intervención del madrileño SpY, es visible desde muchísimos lugares de la Villa. Es, además, punto final de una ruta que, siguiendo la arteria de la Ría, realizan miles de bilbaínos cada semana, desde el Puente del Arenal hasta el Museo Marítimo, pasando por el Ayuntamiento, las Torres de Isozaki, el puente Zubi Zuri, la Universidad de Deusto, el Museo Guggenheim y el Palacio Euskalduna. Un recorrido por lo más reconocible del transformado Bilbao. Sin olvidar el nuevo San Mamés, situado muy cerca. Cuando el mural se inauguró en 2015, y así continua hasta el día de hoy, la elección de la palabra fue objeto de todo tipo de teorías, desde que se trataba de una campaña política hasta un aliento de ánimo hacia nuestros leones... En medio de la Ría, la Isla de Zorrotzaurre, el proyecto urbanístico estrella del momento, una ciudad nueva, hacia donde parece mirar de reojo el mural, también invita a soñar.
Sin embargo, para nosotros, para todos los que pasamos junto a ella, o la vemos a lo lejos, 'Soñar' nos lleva cada día a un lugar diferente, es un estímulo, un soplo de aire fresco. Necesitamos soñar, especialmente ahora. Probablemente SpY nunca imaginó que su obra tendría un significado tan potente como el que ha adquirido durante el fatídico 2020; nosotros, por nuestra parte, esperamos que este mural nunca desaparezca, que siempre esté ahí, bien visible, para recordarnos la importancia de soñar.
Ha sido sencillo comprobar que también podemos visitar Bilbao a través del Street Art, del Arte Urbano; permite fijar nuestra mirada en barrios que quedan al margen de los recorridos habituales, admirar y descubrir espacios y detalles. Un viaje que nos muestra otra cara de la ciudad, nuestra ciudad, tal vez no tan cool como la que desde hace unos años se vende en los mercados turísticos, aunque sin duda, hará a todos aquellos que nos acompañéis, mucho más conscientes de otras realidades sociales, económicas y culturales que laten en ella.
En nuestro caminar por el Botxo, somos 'cansasuelos', hemos ido recopilando imágenes que ilustran la labor de muchos artistas, anónimos algunos, reconocidos otros. Una de estas últimas es Ruth Juan, JunitaMakina. Al tiempo que terminábamos este artículo, ella hacía lo propio con un gran mural a orillas de la Ría, en el Muelle de la Merced, junto al Puente de la Ribera. Las experiencias personales que han compartido con la autora un grupo de mujeres supervivientes de la violencia machista, pertenecientes a la Asociación Bizitu Elkartea, son la base para la realización de este proyecto.
El arte urbano es tan dinámico e imprevisible que nos ha resultado difícil cerrar un artículo como este, y dejar de salir a la búsqueda de nuevos murales para documentarlo. Como si de un juego se tratase, cada día teníamos noticias de alguna creación que no habíamos capturado aún.
En algún momento había que parar, y resumir lo visto hasta ahora por las calles bilbaínas. En este artículo hemos querido centrarnos en los murales pintados, dejando otras manifestaciones del arte urbano para otra ocasión, aunque no nos resistimos a recoger algunos ejemplos. La variedad de formatos y soportes utilizados es enorme. Bajo el paraguas del Museo Guggenheim tenemos a 'Puppy' de Jeff Koons; la 'Fuente de Fuego' de Yves Klein, la 'Escultura de Niebla nº 08025' de Fujiko Nakaya o 'Mamá', la araña gigante de Louise Bourgeois.
En otros puntos de la ciudad encontramos obras como las 'Meninas' de Manolo Valdés, en el 25 de la calle Ercilla. Después de más de una década entre nosotros ya son tres bilbaínas más. El Mural de la calle Castaños, enormes fotografías en torno a los castaños, sus frutos y los bosques en los que crecen..., o la reproducción, en la Plaza de los Santos Juanes de un cuadro del pintor Losada en el que se evoca el lugar a finales del siglo XIX, donde se encontraba la casa - palacio de la familia Victoria de Lecea. (Es llamativo, especialmente por tratarse de obra pública, que no exista ninguna información sobre el año de instalación y el autor de la obra; una situación que, tal y como hemos podido comprobar, se repite con demasiada frecuencia).
Arte Urbano, ¿público o privado?
Aunque a menudo el arte urbano tiene un carácter periférico lo cierto es que podemos encontrarnos grandes obras en lugares muy céntricos, como muestran los trabajos anteriores. Dos murales tienen un lugar desacado: 'Euskadi Rosa' que ocupa, desde 1991, un lateral del Puente de la Salve, es una obra del francés Hervé di Rosa que se enmarca en la campaña 'Arte en la Calle' promovida por el Ayuntamiento ya en el año 1987. El segundo mural se abre a la Ría en un gran espacio bajo el Puente de la Salve; es la obra 'Giltza Bat - Una Llave', un trabajo del año 2012 de las estadounidenses Verónica y Christina Werckmeister que aboga por la fuerza del diálogo como medio para resolver conflictos.
Al igual que ocurre en numerosas ciudades del mundo, las instituciones bilbaínas también han querido aprovechar la fuerza de un arte que no deja indiferente a nadie y lo han utilizado a menudo y desde hace largo tiempo, como parte del proceso de regeneración de zonas degradadas, aunque con la visión de extenderlo a toda la ciudad. Las organizaciones privadas tampoco escapan a la fuerza de un arte cada vez más valorado. Serían innumerables los ejemplos de locales y empresas que decoran sus interiores con un arte más propio de la calle. Una interesante muestra es el Hotel NYX, situado en pleno Arenal, que ha recurrido a un buen número de artistas locales para dotar de color sus espacios.
Con la excepción del Casco Viejo y el paseo junto a la Ría, visitar Bilbao y sus barrios es prepararse para subir y bajar cuestas. Ya, ya, incorporar un mapa es lo fácil, y seguir un itinerario, pero entonces se pierde el espíritu explorador; además, Bilbao es pequeño, de modo que, ¿listos para buscar obras de arte en todas direcciones?
Bilbao La Vieja, San Francisco y Zabala
El Ayuntamiento de Bilbao publicó en 2016 el Primer Catálogo de Arte Público Internacional de la Villa, que recogía los trabajos realizados en distintas fachadas de Bilbao La Vieja, San Francisco y Zabala por artistas reconocidos internacionalmente; un intento más de promover la rehabilitación integral de esta zona de Bilbao, marginada durante décadas, e incorporarla al vanguardismo que persigue la ciudad. Vamos en su busca, añadiendo algunas novedades...
Comenzamos la serie con cinco obras: 'Spindle' en la calle Miribilla 7, de los franceses Zoer (París) y Velvet (Nantes). El mural del madrileño SUSO33 en el número 13 de la calle Concepción. La casa situada en el 58 de la calle Urazurrutia no pasa desapercibida. Allí encontramos 'El Fin Justificado' del barcelonés Aryz. Hasta Bilbao llegó el polaco Michael Grudziecki, para dejarnos su evocador 'Sea Forts' en el número 7 de la calle Iturburu. Lo que en su día fue un apacible mar, hoy nos muestra una bañera peculiar fruto de un añadido posterior que, probablemente, no sería del gusto del autor original... Mejor suerte ha corrido 'Futurismo Primitivo' del barcelonés Sixe Paredes con su mural para Bilbao la Vieja 29.
En el número 20 de la calle Urazurrutia, el parisino Eltono nos deja 'Eredu'. Juanjo Novella, portugalujo, deja su firma en el 40 de la calle San Francisco, donde abre un horizonte verde, un bosque sobre el cemento y el hormigón, y nos da paso para la obra de tres bilbaínos. Fermin Moreno Martín que trabajó en la calle Cortes, 19; un skater dispuesto a sobrepasar los límites del lienzo, obra de Dk Muralismo, en Mena 3 y, por último, José Ramón Bañales Urkullu, en Iturburu 2.
La siguiente serie la abre el autor que cerró la anterior, JR Bañales Iturburu, con su obra de Urazurrutia 9. La Plaza de los Tres Pilares acoge las 'Pinturas de Negras de Bilbao 2015' de SUSO33. 'En el Punto de Mira', en la Plaza Corazón de María, lleva la firma del mallorquín Grip Face. Por si alguno se lo pregunta, el alienígena al que señala el dedo no forma parte de la obra original... Del otro lado del Atlántico, concretamente desde Sao Paulo, Brasil, Erb Mon trabaja en el mural de Arechaga 10. Seguimos en el continente americano, con la obra de aires carnavaleros y llena de color del argentino Zosen (Buenos Aires) y Mina Hamada (Louisiana, EEUU), para el número 9 de la calle Zabala.
Los colombianos Stinkfish y Juan Malk nos hacen pensar en un mundo lleno de color con su obra del 24 de la calle Cortes. En los tiempos que corren, la obra de la barcelonesa Ruth Juan, 'Al Que Esté Triste Ilumínale' parece bastante adecuada para detenernos un momento frente a ella, a ver si surte efecto.
Sorprendente es también el mural 'El Hombre Viento' del alicantino Jeremías Pau Toledo, situada en el número 7 de la calle Gimnasio (trasera calle Concepción). En los números 28, 30 y 32 encontramos la obra colaborativa del estadounidense Axel Void (Miami), el brasileiro de Sao Paulo Fefe Talavera, el francés Remed (Lille) y Laguna (Ciudad Real). En el número 7 de la calle Miribilla, la propuesta de Dk Muralismo nos invita a entrar en su obra, olvidando por un momento que, tras la pintura, el ladrillo la sustenta. Con el sol luciendo en el cielo, las formas geométricas llenas de color que la barcelonesa Anna Taratiel ha plasmado en la Plaza de los Tres Pilares, son un imán para la vista que llama la atención desde muchos lugares altos de la ciudad. Ruth Juan cierra el catálogo, con una gran obra en la calle Bailén 16.
El arte urbano está en constante evolución, de un día para otro una obra desaparece y surge una nueva. Hace un mes, Ruth Juan terminó su Mural del Convento de la Inmaculada Concepción. El convento se encuentra habitado por una pequeña comunidad de siete religiosas de clausura, en pleno barrio de Zabala. La artista ha llenado los muros del número 4 de la Travesía de la Concepción con ventanas que, sobre un fondo de cielo estrellado, muestran coloridas escenas inspiradas en las vestimentas de las religiosas, y momentos de la vida cotidiana, que discurre intramuros, a la que ha tenido acceso a través de fotografías.
Si bajamos hacia el Puente de San Antón, comprobaremos que el arte urbano se utiliza también para recordarnos nuestro pasado reciente ligado a la industria y la minería, como el mural que muestra el trasiego de las vagonetas a los hornos de calcinación que se encuentra frente al Mercado de la Ribera, en Muelle Marzana. Muy cerca, en la Plaza Saralegi, podéis ver el único ejemplar que se conserva en Bilbao de estos gigantescos hornos de ladrillo.
La pesca fue y sigue siendo un sector fundamental para nuestra economía; el homenaje está bastante escondido y alejado del Casco Viejo donde nos encontramos, tendréis que acercaros hasta el Puente Euskalduna, y buscarlo en en el subsuelo de la Plaza del Sagrado Corazón.
Casco Viejo
Cruzamos el Puente de San Antón para ver los murales que cubren los techos de los pórticos de La Ribera, un lugar transitado por miles de bilbaínos y foráneos que, mientras recorren el Casco Viejo y el famoso Mercado de la Ribera, no siempre alzan la vista para contemplar estas obras del año 1989. Formaron parte del plan de rehabilitación de la zona que llevó a cabo Surbisa y su estado de conservación, con matices, es muy bueno. No podemos decir lo mismo de los rótulos que debían aportar información sobre las obras, que se encuentran en un estado lamentable, ilegibles, incluso algunos han desaparecido. Un tirón de orejas para nuestro Ayuntamiento.
Aunque la temática para el concurso fue libre, los autores optaron por, de modos diversos, realizar un homenaje a la ciudad y sus habitantes a través de la historia, la mitología, la música, las artes o el día a día de la vida cotidiana. Aquí os presentamos solamente pequeños detalles de los techos, nada como verlos en persona. Las obras y sus autores son: Justo San Felices, 'Homenaje a las Artes'; Ángel Cañada, 'El ayer y el hoy del Bilbao Filarmónico'; Roberto Zalbidea, 'La Leyenda de Kixmi'; Ambrosio Ortega, 'Haciendo País' y Alejandro Quincoces , 'Alegoría sobre un Bilbao Imaginario'.
Muy cerca, en la Plaza Nueva, centro neurálgico de las terrazas del Casco Viejo, se encuentra el homenaje a Juan Carlos Eguillor, famoso por su obra gráfica tan vinculada al Bilbao de los años 70 y 80, arte callejero, festivo, popular.
Junto al Museo Arqueológico, en la entrada de la calle Prim, se encuentra el recuerdo de la antigua Estación de Tren de Mallona. El elemento más destacado es el tren, al que no pocos tratan de subirse... Es una obra de Eva Mena, y no será éste el único trabajo de la artista que encontraremos por las fachadas de la Villa.
De 2012 es la obra que se encuentra en el pasadizo que separa el edificio anexo del Ayuntamiento de Bilbao, una obra titulada ‘Paisaje’, y cuya autora es Begoña Zubero. En ella se integra la escultura 'Velocidad', un bronce de Joaquín Lucarini Macazaga realizada a partir de la obra original creada por el artista en 1968.
Mirar al futuro, recordar nuestras raíces, mirar a lo lejos
Desde 2014 el mural ‘Miradas sobre Bilbao’ domina el tramo final de la Ría a su paso por Bilbao, el barrio de San Ignacio, aprovechando la atalaya que le proporciona el desdoblamiento de Enekuri. En 2018 entró en Libro Guiness, al ser reconocida como la obra más grande del mundo realizada por una sola persona, en este caso, Jorge López de Guereñu. Un autor que ya nos hizo sentirnos observados desde 2011 con ‘Miradas’: un gran mural situado en los bajos de la A-8, con varios niveles, entre Basurto y Zorrotza.
Matiko
Además de la pintura sobre muros y paredes, podemos encontrar otros muchos materiales en los murales de Bilbao. En este punto es necesario detenernos en un proyecto de Estudios Durero que, tal y como acostumbra la empresa, nos ha encantado: el Mural Fotográfico de Matiko. En sus casi 200 metros de longitud, la obra nos habla de transformación y evolución, de esfuerzo y trabajo, gracias a las imágenes antiguas procedentes del Archivo de la Autoridad Portuaria de Bilbao, posteriormente procesadas y coloreadas, donde se recogen escenas ligadas al antiguo pasado industrial de la Villa.
Recorrer el ramal de Tiboli que discurre paralelo a la calle Artasamina deteniéndose en cada detalle de las inmensas fotografías es algo que podríamos calificar de imprescindible no solo para los habitantes de la villa sino para todos los que nos visiten. En un nivel inferior de la calle Tiboli, compartiendo espacio visual con las imágenes del Bilbao más industrial, la artista Eva Mena crea un mundo lleno de color, de grandes flores que nos transporta hasta la Calle la Salve.
De estos y otros muchos ejemplos, podríamos decir que componen la versión oficial del arte urbano, en cuanto a que son intervenciones pactadas, en lugares concretos, elegidos con fines de interés público. Por supuesto, nos hemos encontrado con ese otro arte urbano, más espontáneo y mucho más frágil, porque está sometido a las condiciones de la calle. Más allá de la acción de los elementos, que afecta a todas las obras, la elección de soportes como muros, edificios en ruinas, propiedades privadas, lugares en rehabilitación, etc., lo hacen candidato a desaparecer en un breve plazo de tiempo, y a él hemos dedicado un segundo artículo: 'Arte Urbano en Bilbao, la ciudad como lienzo'.
Disfrutad de Bilbao a través del arte en la calle, solamente hay que caminar para descubrirlo, y mirar con atención e intención, otra ciudad aparece ante nosotros.
Gran trabajo chicos! Ahora que llega el buen tiempo el post invita al paseo por la villa. Un claro ejemplo de la cantidad de arte que nos rodea y que nos acompaña a diario, haciéndonos la vida más llevadera, más amable. En una palabra: más bella. Un abrazo y a seguir soñando, viajando y disfrutando del arte.
ResponderEliminarEskerrik asko, Noelia Día de Cerio. Siempre hay lugares para descubrir, incluso en la ciudad en la que uno vive. ¡Saludos!
EliminarUna visión de lo que el "URBANISMO INTEGRAL" bien entendido por los ayuntamientos,empresas y comunidades privadas de vecinos,pueden hacer para dar "trabajo" a los artistas locales y no "locales"...!!....El "paisajismo ecológico" de la ciudad se complementa con los diseños urbanos de jardines,parques,esculturas y intervenciones diversas complementarias de arquitectos y artistas plásticos...!!.-
ResponderEliminarEguzki Getxo Uribe Kosta, no siempre es fácil combinar todos esos factores, aunque cuando se consigue el ciudadano gana, sin duda. ¡Saludos!
EliminarPrecioso no sabía q teníamos tanto arte sin tener q pasar puertas
ResponderEliminarY que siga siendo así... la cultura debe estar al alcance de todos. ¡Saludos!
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