¿Puede el hombre dotar de vida a las máquinas? Es la pregunta que nos viene a la mente mientras caminamos por la Isla de Nantes, la Îile de Nantes. Sede de una desaparecida industria naval, parece transformarse ante nuestros ojos en una especie de Isla del Doctor Moreau mecánica (aquella donde el personaje de la novela de H.G. Wells experimentaba para transformar a los animales en seres humanos). Unas sorprendentes máquinas “vivientes” la han convertido en su hogar, son las Machines de l’île, las Máquinas de la Isla.
No podemos evitar pensar que tal vez la obra de H.G Wells rondara por las cabezas de François Delarozière y Pierre Orefice, cuando imaginaron este universo propio donde con frecuencia olvidamos que los seres que estamos contemplando están realizados en madera y metal.
La estética del lugar y de las creaciones van a sorprender a todo aquel que acerque hasta la isla, aunque los que se verán más recompensados serán los amantes del steampunk. Este subgénero literario nacido en los años ochenta del siglo XX proponía una visión futurista desde el ambiente de la época victoriana en Inglaterra, aunque ha trascendido las páginas de los libros para convertirse en un movimiento sociocultural impregnando con su estética no solo al resto de las artes, sino también al mundo de la moda.
Nantes es la ciudad en la que debía nacer un mundo como las Machines de l’île, al fin y al cabo el gran referente del steampunk, junto a Wells, es otro escritor con el que todos hemos viajado en innumerables ocasiones por los lugares más fascinantes, recorriendo 20.000 leguas de viaje submarino; circunvalando el globo en 80 dias; visitando el corazón de nuestro planeta y saliendo fuera de sus fronteras en un viaje a la Luna, por recordar algunos… Julio Verne, nacido en Nantes. (Leer el post "16 Imágenes que te harán querer viajar a Nantes")