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Museo de la Confiteria Gorrotxategi en Tolosa Ahora que poco a poco el otoño llega a su fin algunos destinos cobran más fuerza. Y es que hay lugares a los que apetece viajar a medida...

diciembre 11, 2015

Museo de la Confiteria Gorrotxategi en Tolosa


Ahora que poco a poco el otoño llega a su fin algunos destinos cobran más fuerza. Y es que hay lugares a los que apetece viajar a medida que frío se instala en las calles. A orillas del río Oria se alza la antigua capital de Gipuzkoa, la Villa de Tolosa, de cuya importancia son buena muestra los numerosos edificios notables, entre los que se encuentra el Museo de la Confitería de la familia Gorrotxategi, que forman su casco medieval y su ensanche.


Casas palaciegas, plazas, museos como el TOPIC, referencia europea del mundo del títere; iglesias y conventos, el parque arqueológico, el molino..., y sus mercados, como el del Tinglado de finales del siglo XIX, que complementa su valor arquitectónico con el hecho de ser un mercado vivo; el chuletón, las afamadas alubias tolosanas, las tejas, cigarrillos, grandes quesos, con el sonido de fondo de un partido de cesta punta en su frontón, motivos todos por los que Tolosa es uno de esos lugares que dejan un gran sabor de boca a quien la visita.



Centrémonos ahora en un viaje que comienza al otro lado del Atlántico. Desde que los españoles tuvieron contacto con el cacao y conocimiento de las propiedades que le atribuían los indígenas mesoamericanos, el producto y sus derivados han ido ganando protagonismo en los usos y costumbres gastronómicas del mundo entero.



La antigua confitería familiar, del siglo XVII, había entrado en estado de ruina, cuando Jose María Gorrotxategi toma conciencia de la importancia de preservar el legado de generaciones de confiteros y acomete la reforma que daría origen al museo.




La visita, guiada, se hace de la mano de Tolosaldea y nos sitúa en el contexto de la llegada del cacao a la Península Ibérica, hacia 1520. Desde ese momento, su consumo se extendió y se adoptó por la población rápidamente. Sin embargo, la actividad principal de los que más tarde serían llamados confiteros, durante los siglos XIV al XVII fue la de la cerería, debido al gran consumo de cera que se llevaba a cabo, tanto en las iglesias como en los domicilios privados. El hecho de que la cera y la miel se produjeran en el mismo lugar, unió los dos oficios, el de cerero y el de confitero aunque la elaboración de dulces se fue imponiendo poco a poco en un proceso que se prolongó hasta principios del siglo XX.


En Euskadi se constituyó en el año 1728 la Real Compañía Guipuzcoana de Caracas que se encargó de la importación y distribución del cacao para la Península Ibérica, acabando así con el monopolio holandés.

En el museo veremos gran cantidad de objetos, muchos de ellos fabricados en madera, piedra y bronce por artesanos vascos, así como la evolución que se produjo con la introducción de la electricidad, y con el abaratamiento del azúcar que tuvieron como consecuencia la pérdida de importancia de la fabricación de cera y el abandono por parte de los confiteros de la miel como principal edulcorante.


Aprenderemos los secretos de la elaboración del chocolate, la presentación en tabletas o bombones, los bizcochos, turrones, el tostado del café, el caramelo y las confituras, curiosidades como el proceso de fabricación de los azucarillos o de la argizaiola, recordad que la cerería no desaparece del todo del catálogo del confitero. El museo, pese a ser de pequeñas dimensiones cuenta con un inaudito numero de piezas, más de 400, con lo que la visita se disfruta enormemente. Nosotros, además, tuvimos la fortuna de recorrerlo completamente solos.


Al finalizar la visita, incluido en el precio, podéis tomar una taza de chocolate en la tienda-degustación de Gorrotxategi, que se encuentra en la misma calle de museo y acompañarlo, opcional, de un pequeño Xaxu.

El Xaxu, nombre de la antigua confitería y hoy el museo que acabáis de visitar, es un pastelillo de crema de almendra, una combinación de dos clásicos, el mazapán y la yema que os va a sorprender, y pondrá un gran punto final a una visita que esperamos disfrutéis.



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2 comentarios :

  1. Nuestro país es una caja de sorpresas, una caja que atesora mucha historia y mucha riqueza cultural, gastronómica, etc.

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    1. Cierto Tawaki así que nosotros seguiremos cultivando la curiosidad y asombro para asomarnos a ellas. Gracias por estar siempre ahí atento a nuestras publicaciones. Un fuerte abrazo ;-))))

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