Los Geoparques están de moda. Cada vez más viajeros incluyen en sus itinerarios una aproximación a alguno de estos lugares. Pero, ¿que es un geoparque? Resulta bastante inevitable pensar en algo relacionado con lo que muchos denominan "piedras" y en general algo que suena poco atractivo y antiguo. Sin embargo, el concepto es relativamente moderno porque lo definió en 1999 la UNESCO y a fecha de hoy aun no se ha incluido en el diccionario de la RAE, que nosotros sepamos.
La Red de Geoparques Europeos lo define realmente bien en su Carta de Principios, elaborada para su creación en el año 2000:
"Un Geoparque Europeo es un territorio que incluye un patrimonio geológico particular y una estrategia de desarrollo territorial sostenible apoyada en un programa europeo de promoción del desarrollo. Debe tener límites bien definidos y extensión para un verdadero desarrollo económico. Un Geoparque Europeo debe contener lugares geológicos de importancia en términos de su valor científico, rareza, valor estético o educativo. La mayoría de lugares relevantes del territorio de un Geoparque Europeo deben formar parte de su patrimonio geológico, aunque también pueden tener un interés arqueológico, ecológico, histórico o cultural."
Y aquí está lo realmente interesante de un geoparque. No solo debe incluir paisajes y lugares de interés geológico, sino que, además, puede tener un interés ecológico, histórico y cultural, con lo que es fácil comprender por qué están captando el interés de los viajeros de forma creciente. Recorrer un geoparque supone realizar un fascinante viaje en el tiempo para conocer los orígenes y evolución de la Tierra, nuestro Planeta, en un entorno donde la conservación y la sostenibilidad son los pilares del desarrollo, en plena unión con la comarca o región donde se enclaven, permitiéndonos también, integrarnos en sus costumbres, cultura e historia.
En Euskadi tenemos la fortuna de contar con el Geoparkea, el Geoparque de la Costa Vasca, recientemente incluido en la Red Mundial de Geoparques de la UNESCO. Trece kilometros de la costa de Gipuzkoa que incluyen la Ruta del Flysch, un apasionante viaje a lo largo de 60 millones de años de historia. Podremos ver la llamada Rasa Mareal, y también el testigo geológico de la extinción de los dinosaurios.
La Ruta del Karst donde nos adentraremos en el paisaje del interior, modelado por la acción del agua sobre la roca caliza, y que nos va a permitir acceder a alguno de los valles más auténticos y escondidos, como el de Olatz o el de Lastur.
No podemos dejar de visitar pueblos como Mutriku, con su casco histórico declarado conjunto monumental y el centro de interpretación geológica Nautilus. Deba, villa marinera, que acoge la iglesia de Santa María, una auténtica joya del gótico vasco. O Zumaia, con el Museo de Zuloaga y la parroquia de San Pedro del siglo XIII.
Un complemento esencial de nuestra ruta debe ser el centro de interpretación de la Cueva de Ekain, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y uno de los principales santuarios prehistóricos europeos junto a Altamira, Lascaux y Niaux. Si buscáis relax para cuerpo y mente, también estáis de suerte, el Balneario de Zestoa reúne lo necesario para conseguirlo.
En Bizkaia también tenemos algunos ejemplos de flysch, esa especie de milhojas de roca sedimentaria y erosionada que en raras ocasiones podemos encontrar a la vista, y otras interesantes manifestaciones de erosión marina como la que vemos en San Juan de Gaztelugatxe. Los acantilados sobre los que discurre el camino que lleva de Punta Galea a la playa de Aizkorri, la que para nosotros es la ruta perfecta para pensar caminando, o los que dan cobijo a una de las playas más populares, la de Sopela, son buenos ejemplos de paisajes geológicos notables.
Muy cerca, en la playa de Barrika encontramos un afloramiento de flysch que atrae el interés de fotógrafos venidos de numerosos países, es la llamada Cola del Dragón. Existen muchos más elementos de interés, en Matxitxako, Bakio, Meñakoz..., aunque aun no hemos conseguido desarrollar sus posibilidades como nuestros vecinos de Gipuzkoa.
Siguiendo por la costa, esta vez hacia Cantabria, os dejamos nuestro último descubrimiento. La preciosa playa de la Arnía, muy cerca de Santander aunque desconocíamos su existencia. Allí encontraréis, además de la playa, una espectacular plataforma de abrasión, y restos de la antigua costa en forma de islotes. Con la mar agitada por el viento, las olas estrellándose contra los islotes, la espuma que asciende por las paredes y nos moja, la vista es absolutamente hipnótica, y caminar por encima de los acantilados recorriendo la costa se convierte en una experiencia en la que tomamos conciencia del poder de la Naturaleza.
En España tenéis nada menos que once territorios declarados geoparque, desde la Costa Vasca a la isla del Hierro. Sólo la UNESCO ya ha reconocido 120 Geoparques globales en 33 países. Descubrir el mundo visitándolos es una aventura.
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Qué ganas de volver por vuestra tierra, para admirar esos paisajes maravillosos, además de otras muchas cosas.
ResponderEliminarTawaki adelante, por aquí te esperamos, nosotros mientras seguiremos investigando, siempre hay rincones por descubrir ;-))
EliminarEspectaculares paisajes, nos ha gustado mucho este post.Magnificas fotos sois unos fenómenos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Graaacias los tiramillas cuánto más recorremos el norte, más admirados estamos, seguiremos informando, jejeje. ;-))
EliminarComo lector novato del Blog, mi más sincera Enhorabuena y Gracias por vuestra labor!
ResponderEliminarConociendo los rincones de Gaia, Gracias de veras
Bienvenido Carlos Peguero Orta esperamos que en próximas visitas tu impresión se mantenga, jejeje, gracias a ti.
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