Al leer el título de la entrada es posible que muchos os preguntéis ¿que tienen que ver la antigua iglesia de San Salvador de Cora, hoy Museo Kariye, y el restaurante Asitane? La respuesta es sencilla: nada, y todo. Ambos se encuentran en un barrio, Edirnekapi, que es testigo de la historia de la ciudad. La primera, nos muestra el esplendor de la cultura y el arte bizantinos, el segundo el refinamiento culinario de sus penúltimos dueños y señores: los sultanes. Es un reflejo del espíritu que forjó Estambul, de lo que la hizo grande y única, de su actual debate entre modernidad y tradición, de la mezcla que la enriquece día a día, y que esperamos siga manteniéndose por mucho tiempo.
Estambul, la ciudad a orillas del Bósforo, enraizada en dos continentes, desde su fundación se ha nutrido de influencias asiáticas y mediterráneas que la han convertido en un enclave único. Objeto de luchas encarnizadas, capital de un imperio, ciudad arrasada, símbolo de la lucha entre religiones, campo de experimentación arquitectónica…, una historia tan intensa que resulta abrumadora por su complejidad, desde los debates iconoclastas y la división ideológica de la cristiandad, a la supervivencia de esos mismos símbolos cristianos en mezquitas transformadas a su vez en museos. Una paradoja que todavía hoy sorprende a los que recorren sus rincones.
San Salvador de Kora, Kariye Camí y actualmente Kariye Museum es uno de esos ejemplos. Se ignora el origen del término khora (país o campo) que le dio su primer nombre para transformarse después en kariye (pueblo). Podría ser porque el primer edificio construido se edificó fuera de la muralla de Teodosio, en el campo (khora), o bien una referencia simbólica, porque en cuatro lugares de la iglesia, la imagen de Cristo está acompañada de la inscripción “El país de los vivos” mientras que en otros a la Virgen se la denomina “El país de lo inabarcable".
Aunque la primera referencia data de principios del siglo VIII, la primera iglesia de la que se tienen vestigios históricos y arqueológicos debió fundarla María Dukakis entre el 1077 y 1081, siendo reconstruida cincuenta años más tarde por Isaac Comnemo. La siguiente reforma, prácticamente una modificación total, la realizó ya a comienzos del siglo XIV Teodor Metochites. Nada en la historia de Estambul resulta sencillo…
La iglesia se dedicó a Cristo Salvador, aunque también se quiso honrar a la Virgen, originando de esta manera un doble programa iconográfico en mosaico totalmente fuera de lo común, que llevó a la creación de alrededor de trescientas escenas y figuras aisladas.
El conjunto de los trabajos realizados en mosaico es, simplemente, fascinante. Resulta imposible no detenerse escéptico ante el modesto y un tanto destartalado exterior y, a continuación, quedarse asombrado e inmóvil mirando techos y paredes donde decenas de figuras parecen observar con una leve sonrisa la sorpresa que los viajeros muestran desde hace siglos. Estambul posee un gran número de lugares que por si solos merecerían un viaje. San Salvador de Kora es, sin duda, uno de ellos.
Encontramos diversas déesis, una excepcional genealogía compuesta por los miembros de la estirpe de Jesús, las 24 generaciones de Adán a Jacob, los reyes de la Casa de David, y diversos personajes importantes del Antiguo Testamento, entre otros.
El ciclo de la Virgen se compone de 20 escenas, estando 15 prácticamente intactas, mientras que una se ha perdido. Veremos el nacimiento, los siete primeros pasos de la Virgen y la infancia de Cristo.
La vida de Jesús incluye sus milagros, como el de las bodas de Caná o la curación del leproso, y otras escenas como la tentación por el demonio, San Juan rezando en el desierto y la elección de los primeros apóstoles, entre otras.
Excepcionales también son los frescos, centrados de nuevo en la Virgen y en Cristo, aunque en esta ocasión lo que se destaca es su papel redentor, mediante la elección de diversos pasajes del Antiguo Testamento en el caso de Santa María y de milagros de resurrección en el de Cristo.
El Restaurante Asitane abrió sus puertas en 1991, a los pies de una colina con vistas al Cuerno de Oro, y como ya hemos señalado, junto a los muros del antiguo monasterio de San Salvador de Kora tratando de recuperar, con rigor histórico, las recetas de la antigua cocina palaciega otomana. Una cocina que es síntesis de los sabores de Asia Central, Oriente Medio, Anatolia y los Balcanes
El restaurante, cuyos platos tratan de reflejar, además, la naturaleza ecléctica del barrio turco-otomano, tomó su nombre, Asitane, del persa, que también fue uno de los muchos nombres dados a Estambul a lo largo de la existencia del Imperio Otomano.
Esta declaración de intenciones hace que nos sorprendamos ante el moderno interior, luminoso y minimalista, tal vez demasiado influidos por la literatura que describe los interiores de los palacios como auténticos templos del lujo y el exceso.
Periódicamente organiza una semana temática como La Edad del sultán Mehmet el Conquistador, Afrodisíacos Otomanos, o Pescados y Mariscos estilo otomano como parte de su misión de recuperar y difundir los gustos de una época pasada a los comensales de hoy.
El proyecto arrancó bajo la dirección de Engin Turker, un arqueólogo de la cocina que busca la fidelidad a los nombres, recetas y estilos de cocina de los platos utilizando todos los recursos históricos a su alcance. No obstante, a fecha de publicación de nuestra entrada, no podemos asegurar que el Sr. Turker permanezca ligado al restaurante.
Para aquellos que buscan una opción económica tenemos que decir que el Asitane no lo es, en especial en una ciudad donde podemos comer bien y con un coste muy contenido. Sin embargo, nada más leer la carta ya tenemos claro que nos espera una experiencia dificilmente repetible en otro lugar de la ciudad.
En el restaurante han recurrido a numerosas fuentes históricas, especialmente a los libros de compras de las cocinas de los principales palacios, Topkapi, Dolmabahçe y Edirne, también con los escritos e impresiones de los diplomáticos y viajeros extranjeros.
Esto hace posible que nos encontremos con un sorprendente conjunto de platos cada uno con referencia a la fecha aproximada de su origen, abarcando quinientos años de historia, desde el siglo XV, como el Chicken Bourek o el Borani-i Hassa, hasta otros del primer cuarto del siglo XX, tales como el Stuffed Spleen o elCuscus Maras. Entre ambos extremos, recetas de 1600, 1700 y 1800 completan una amplia carta que también incluye postres, como el Südlü Zerde, de 1539.
En definitiva, dos experiencias, una artística, la otra gastronómica, que os harán pasar un dia completo en una de las ciudades más fascinantes: Istanbul.
Vaya veo que me perdí la experiencia gastronómica. Pero con San salvador de Chora (kora o Cora; las fuentes no se aclaran) el espíritu quedo saciado. Sin duda merece porsi misma una visita a Estambul. Y muy cerca también Pammakaristos con frescos de igual calidad
ResponderEliminarEs verdad Salvador Gutiérrez que las fuentes no se ponen de acuerdo con el nombre. Tomamos nota de Pammakaristos, que no hemos visto, ayyy, que tendremos que volver. La cocina de los sultanes era buena forma de descansar el cuello después de admirar con más interés aun que en nuestra anterior visita los mosaicos de kariye.
EliminarUn saludo ;-))
Vaya entrada más completa e interesante, además el restaurante le añade un punto de interés a la visita.
ResponderEliminarA nosotros nos costó trabajo llegar hasta allí y por eso escribimos este post para facilitarselo a los demás:
http://www.whattimesailing.com/guia-san-salvador-de-cora/
Si que le añade un punto, Ipaelo, es una cocina diferente de lo que en la actualidad se puede encontrar en Estambul. Cierto, está un poco complicado llegar hasta allí. En nuestra primera visita caminamos desde Galata..., ni te cuento. Ahora hemos aprendido que los taxis, negociando, están genial. :)
Eliminar¡Saludos!
Dos experiencias inolvidables. Tengo pendiente visitar Estambul a conciencia, ya que sólo estuve por trabajo, y una mañana de sábado da para muy poco. Tomo buena nota de ambos lugares.
ResponderEliminarAyyy que complejo Tawaki lo de visitar a conciencia Estambul. Lo digo porque esta última visita ha sido muy preparada y completa y seguimos descubriendo lugares a los que queremos ir. Estambul es fascinante, y tanto sus monumentos como sus calles, bazares, rincones nos llaman....
EliminarUn abrazo
No sabía de la existencia del restaurante, la próxima vez no se me escapará. San Salvador de Chora realmente espectacular, llegamos con poco tiempo y no pude disfrutarla al cien por cien, así que me toca volver a admirar sus maravillosos mosaicos. Muy buena entrada, felicidades!
ResponderEliminarCaliope, pegadito está, así que no tiene pérdida. Es un plan completo, arte bizantino, excepcional, como sabes, y comida palaciega... Estambul siempre, siempre, merece volver.
Eliminar¡Un abrazo!
ResponderEliminarVosotros a través de este post lo dejáis muy claro. Un viaje a Estambul es ideal para deleitarse viendo estas magnificas obras de arte. Estupendo post que nos hace revivir lo bien que lo pasamos en Estambul.
Un abrazo.
los tiramillas es que vosotros si que sabeis disfrutar como sultanes, ¿verdad?, jejeje. ;-)))
EliminarYo me perdí ese restaurante, que a juzgar por las fotos, aunque sea caro, tiene pinta de estar todo riquísimo. Eso sí, la iglesia sí que la visité y fue una de esas cosas que sorprenden muy gratamente. En el camino tuvimos dudas de si merecería la pena ir tan lejos para solo ver "una iglesia" pero una vez dentro, nos dimos cuenta de que efectivamente bien merecía el viaje porque es una auténtica joya.
ResponderEliminarEs verdad M. Carmen Cruz que ir hasta Kariye es toda una excursión, y si, muchas veces uno piensa... otra iglesia más. El viaje artístico, y culinario esta vez, lo merecen, jejeje.
EliminarUn abrazo ;-)
Wow istalbul!! Europa a un lado asia al otro... Siempre me acuerdo de la canción del pirata. Es un lugar mágico, y me da una envidia sana veros por alli. Volveré!! Un abrazo
ResponderEliminarcarlos javier nuñez vazquez ¿la canción del pirata? Ya has encendido mi curiosidad ;-), me encanta escuchar ¡volveré!, si hace falta hacerlo cantando, Istanbul bien lo vale lo vale, jejeje.
EliminarUn abrazo ;-)