Lysefjord significa fiordo de la luz, y hacia allí nos dirigimos desde el puerto de Stavanger en una de esas excursiones que combinan barco, autobús, antes de iniciar el ascenso al Preikestolen, privilegiado balcón que ese asoma a este fiordo.
En nuestra entrada Stavanger, los dos púlpitos de Noruega, ya nos referíamos a este saliente rocoso que se eleva 604 metros en vertical sobre el mar, y amenaza con separase en cualquier momento de la pared a la que se une, debido a la enorme grieta que lo recorre. Algo que, inevitablemente, ocurrirá algún dia y según la leyenda será cuando siete hermanas se casen con siete hermanos.
Nuestro camino parte de un excepcional mirador hacia el Revsvatnet, un gran lago que parece el mar. El recorrido, perfectamente señalizado, nos habla de un 2x2x2, dos horas de subida, dos horas arriba y dos horas de descenso, aunque como siempre, estas indicaciones variarán en función de cada persona.
Hay que olvidarse de los tiempos, llevar un bocadillo y prepararse para disfrutar de un día en la montaña con tramos de roca, escaleras talladas, pasarelas de madera..., que en general hacen de él un camino apto para todos los públicos, eso sí, sin vértigo.
La señalización del camino se realiza mediante unas marcas curiosas, que no tienen nada que ver con las que seguramente estaréis acostumbrados a ver. Aquí, el camino a seguir se encuentra balizado con unas marcas rojas en forma de T, abreviatura de Turistforetning.
Este es uno de los trekkings más populares de Noruega, lo curioso es que los diferentes ritmos de ascensión hacen que en cuanto nos distanciamos un poco de los primeros grupos, podamos disfrutar de tramos en silencio, a lo que contribuye la bruma, que nos acompañará en buena parte del camino.
Cualquier Trol puede estar al acecho entre los troncos, incluso Huldra, la bellísima mujer con cola de vaca, tal vez se aparezca en nuestro camino; para nosotros la sorpresa fue hacernos unas fotos con varias parejas vietnamitas.
Habiamos visto más de una vez, seguro que también vosotros, las imágenes del Preikestolen, sin embargo una vez arriba, es un espectáculo contemplar el borde, acercarse, observar entre los resquicios de la roca, el fiordo, 604 metros más abajo.
El púlpito nos recibió perezoso, la niebla solo nos dejaba atisbar a trozos esa inmensidad por la que es famoso este país, y que nos deja boquiabiertos. Asomados al borde del precipicio, envueltos en la bruma, teníamos una sensación de irrealidad, de un mundo desconocido que se ocultaba allí abajo.
Es una costumbre noruega dar las gracias al cocinero por la comida al terminar, Takk for Maten, y en este enclave el bocadillo con salmón se convierte en manjar. La espera tiene su recompensa, ya que al final el cielo se abre para nosotros.
El agua parece robar terreno a los noruegos. Vistos desde el aire, los fiordos parecen el capricho de un imaginativo cartógrafo, las lenguas de agua penetran hasta doscientos kilómetros, casi todos en la zona sur del país, la más montañosa.
Imaginar que una vez estuvieron cubiertos de Hielo, estos antiguos glaciares nos recuerdan que Noruega significa Camino hacia el Norte.
Agradecimientos
Este viaje ha sido posible gracias a la colaboración de la Oficina de Turismo de Noruega - Visit Norway
El Guisante Verde Project mantiene todo el control editorial del contenido publicadoViajes a Noruega (6). Entradas Relacionadas
Noruega, todas las entradas (20)
Buffff, veo de nuevo esos caminos empedrados y me empiezan a doler las piernas....
ResponderEliminarJajaja, JR Álvaro Gonzalez ya sabes el remedio de Luca, Ibuprofeno al canto. Un abrazo ;-)
EliminarHola guisantes!
ResponderEliminarTiene que ser muy emocionante llegar a Preikestolen. Es uno de los clásicos noruegos que siempre tiene uno en mente para cuando viaje a Noruega. Este pasado verano estuvimos a punto de ir a Noruega, pero ya sabes que finalmente cambiamos de viaje a la competancia, Copenhague y Estocolmo, por eso de ponérnoslo facilón con nuestros dos bellos guerreros. Iremos a Noruega en cuanto crezcan, así podrán disfrutarlo y recordarlo todo mucho más (ya que cuesta una pasta, que se aproveche, jejeje...).
Un abrazote enorme!
Antonio Ruiz en cuanto esos dos bellos guerreros estén en forma para ascender, la excursión lo merece. Yo creo que en breve os están pidiendo repetir el viaje de este año a Estocolmo, yo lo haría, jejeje ;-)
EliminarDestino pendiente... La atracción por el vértigo es una droga... Jejejeje... Gracias por darnos este paseo hasta arriba del púlpito de los dioses :-)
ResponderEliminarEs verdad, Ahora toca viajar tiene algo de poderoso lo de "¿que se verá desde allá arriba?". Y asomarnos era una tentación irresistible, claro, el vértigo aparece cuando ves a Roberto saltar entre las grietas ;-)
EliminarUno de nuestros grandes sueños viajeros. La subida requiere un pelín de esfuerzo, pero la recompensa es inolvidable :-)
ResponderEliminarLo cierto Edu y Eri es que por mucho que las fotos ya te han adelantado la imagen, estar ahí es un sueño. Un saludo ;-)
EliminarDespacito y con buena letra... Al final se llega, cierto.
ResponderEliminarYo no soy muy amiga de las alturas y los precipicios, pero imagino que si algún día visito la zona es una subida obligada.
¡Saludos!
Helena Botella desde luego, cada cuál a su ritmo, a nosotros nos gusta trepar ;-) Estoy segura de que va a gustarte. Un saludo ;-)
EliminarSólo lo vi desde abajo y no tiene nada, pero que nada que ver. Tengo que volver :D
ResponderEliminarPauhay que volver, ¿necesitas acompañantes?, jejeje. Merece la pena una vez en el púlpito subir un poco más, por las vistas y la opción de hacer una bajada diferente durante un rato al camino de subida.
EliminarA mí me entra vértigo con solo ver las fotografías. Debe ser impresionante estar allí arriba. Quizá algún día... Un saludo
ResponderEliminarAlicia Bea, lo de acercarse al borde es opcional, el recorrido y la zona tiene encantos para todos los gustos.. ;-))
EliminarEl lugar es magnifico. No tuve la oportunidad de subir, pase cerca pero en el Bus.
ResponderEliminarcarlos javier nuñez vazquez, un motivo para volver.... :)) Las vistas merecen la pena, y el camino para llegar, también. Gracias por la visita!
EliminarSentarse con las piernas apoyadas en el vacío, un clásico. Saludos.
EliminarAsi es El Viajero Impresionista, hay que reconocerlo. Una tentación difícil de superar.
EliminarSaludos!
Te prometo que me he asustado al verte ahí en ese borde Roberto!!Es una de mis caminatas soñadas, a ver cuando se me tercia hacerla.... Abrazos amigos
ResponderEliminarEs una caminata que merece la pena, Fran, entretenida y al final las vistas son espectaculares, siempre que el tiempo acompañe. Nosotros lo vimos totalmente cubierto por la niebla y tiene su magia, pero cuando se despejó.... :))
EliminarUna sugerente y sencilla descripción de los fiordos con unas fotos impactantes, que invitan a la visita. Gracias por vuestro reportaje
ResponderEliminarGracias, a ti, Juan J. Azpiroz, por pasar por aquí. Nos alegra que te gusten las imágenes, el lugar lo merece. Saludos!
EliminarMuy bonito pero a ese balcón no sé si me asomaría, en las fotos se ve impresionante, y la de la niebla me encanta.Un abrazo.
ResponderEliminarClaro que si, Los Tiramillas, estamos seguros que os sentaríais tranquilamente contemplando la vista. ¡Pues buenos sois! :))
EliminarOstias qué vistas!!
ResponderEliminarSaludos viajeros
El LoBo BoBo
Paco Piniella, ¡has dado con la respuesta correcta! Saludos!!
EliminarEntre la ruta de senderismo tan interesante que hay hasta llegar a este púlpito de nombre impronunciable y las vistas tan chulas que hay al terminarl hacía los fiordos, creo que es de los trekking que más ganas tengo de hacer, mira que no tengo para nada vértigo, pero tengo ganas de verme por allí y ver que se siente a esa altura :D
ResponderEliminarUn abrazo!!!
La ruta es genial, Jose Carlos DS, un poquito rompepiernas, con sube y baja, y luego la parte final que es todo el tiempo cuesta arriba. Aun asi, con tranquilidad se va sin problemas, y luego, claro, las vistas compensan de cualquier tipo de cansancio.
Eliminar¡Abrazos!
Me he quedado con la boca abierta...¡¡qué fotos tan bonitas!! El Preikestonlen lo dejamos para otro viaje...pero sin duda, y viendo vuestras fotos, merece la pena hacer la excursión...con bocadillo de salmón en la mochila incluido, por supuesto...
ResponderEliminarMe ha gustado mucho como lo habéis contado...Es cierto lo que dices de los Fiordos, parecen antojos cartográficos...y el nombre de noruega, me lleva fascinando desde que lo supe...
Un abrazo viajero!!
Vuestro recorrido, María ¡ha sido fantástico! No se puede ver todo de una vez, siempre quedan lugares para volver, que sería de nosotros si no.... :) Contentos de que te haya gustado esta entrada.
EliminarUn abrazo!
Hola nos equivocamos de barco y estuvimos en Gerainger no el lo mismo que el púlpito pero también tiene su encanto.No lo encontrábamos y a la segunda vez y buscando un sendero por detrás de las vallas tienes que fijarte bien, aparte del "Trolls" de dos metros que conducía el autobús y nos decía "FIVE MINUTES" y tardemos 10' le dijimos Sorry Sorry y nos subió menos mal. Lo digo por si alguien lo visita. AH y si lo has pagado te puedes subir todas las veces hasta que salga el barco o lo encuentres. Bonita historia para recordar pero lo suyo es el Pulpito y como dice "Sualcenaguer" Volvere y lo visitaremos
ResponderEliminarPues si que es una historia curiosa, José Francisco López Lupiañez. Equivocarse de ferry imagino que debe ser fácil, por la cantidad de rutas que hacen. Por suerte nosotros íbamos acompañados, así que no hubo dudas, jejeje. Y, sin conocer Gerainger, te confirmo que el Púlpito es impresionante. Allí estará, para cuando regreséis.
EliminarSaludos!