Creo que ha llegado la hora de hablar de Murakami; se atasca, ¿verdad Lammermoor?
Escritor de culto, escritor de masas, traductor de clásicos al japonés, dueño de un local de jazz, corredor… no cabe duda que como nos cuenta en El fin del Mundo y un Despiadado País de las Maravillas, él utiliza ambos hemisferios del cerebro.
Cuando un escritor y una obra se vuelven tan famosos, resulta difícil leerlo sin prejuicios. Nos encontramos en el 2007, Kafka en la Orilla. Recuerdo que me provocó y sorprendió a partes iguales. Tal vez, al ser el primero, en mi memoria es el mejor. Ya hablamos de ello, ¿recuerdas, Isi?.
Después llegaron, y compartimos, Tokio Blues (Teresa), Al Sur de la Frontera al Oeste del Sol ( Homo Libris, Teresa ), y Sputnik mi Amor, de nuevo con Isi, distintos despliegues del amor, el sexo…
La Caza del Carnero Salvaje y Crónica del Pájaro que da Cuerda al Mundo. Llegados a este punto, me harté y mis notas fueron demoledoras:
¡Tu si que tienes cuerda, Murakami!. Todos sus libros y personajes están aquí: el Carnero, la Mujer de Rojo, Sputnik, el Claro de Luna Blanca…; el atrezzo occidental: Islas Griegas, autores, música (en este caso Rossini, La gazza ladra, y Mozart, La Flauta Mágica).
Este libro es como la última adaptación que vi de Rent, mucho ruido y pocas nueces. Ecos de Kenzaburo Oe y su M/T y la historia de las maravillas del bosque, y de Mishima, la huida, la muerte, la pasividad, la aceptación.
Este libro es como la última adaptación que vi de Rent, mucho ruido y pocas nueces. Ecos de Kenzaburo Oe y su M/T y la historia de las maravillas del bosque, y de Mishima, la huida, la muerte, la pasividad, la aceptación.
Múltiples historias, múltiples interpretaciones. Siempre ritos de iniciación, el paso a la edad adulta, ¿la crisis de los treinta?.
Síndrome de Peter Pan. En un país de hijos únicos, sus libros muestran la desconfianza, una crítica mas o menos velada a un sistema que impone la eficacia, frío, sin emociones, un Japón máscara, todo efectos.
Las obras de Murakami son un ejercicio impecable, esforzado, minucioso, obsesivo… Los clásicos y la música son una constante, y en numerosas ocasiones protagonistas del texto, que se nos presenta como si de una ópera o una improvisación de jazz se tratara, donde los personajes tienen su propia “melodía”.
Hay un esfuerzo por mostrar la erudición de los protagonistas que a la vez alimenta el ego de quienes leemos y podemos decir, conozco esta obra…
En El fin del mundo… se pregunta cuántas personas conocen el nombre de los Hermanos Karamazov, al igual que en Kafka en la orilla, el protagonista era raro porque leía a Scott Fitzgerald…, en este aspecto me recuerda a la obra de Barbery, La elegancia del erizo, y las lecturas de la portera, ¿no crees, Ale?.
No sé si las pinceladas occidentales de sus obras, son simplemente atrezzo para llegar a un público internacional, o una muestra de las dificultades de unir la cultura oriental y occidental, que él mismo ha sufrido. Estas son algunas de las películas que se mencionan en El Fin del Mundo... El Cid, Ben Hur, Los Diez Mandamientos, la Túnica Sagrada, Espartaco, el Hombre Tranquilo, Fort Apache, El mago de Oz…
Junto a las citas explícitas de Salinger, Turgeniev, Tolstoi, Dostoievsky, Joseph Conrad…, encontramos a Kawawata, Oé, Mishima, Tanizaki… (aquí le cedo el testigo a Roberto que tras Made in Japan, prepara la segunda entrega).
Como decía Teresa, es un escritor que resulta frío por lo analítico. Creo que también lo es por la insistencia en descripciones de lo cotidiano, la higiene, la limpieza, la preparación de la comida, qué marcas y cuánto beben los protagonistas…
A veces parece que estemos ante un texto de teatro, que detalla como debe ser el ambiente, y cada uno de los movimientos de los personajes sobre el escenario. Lo cierto es que a ratos parece que estuviéramos leyendo alguna obra de Nothomb, como Ni de Eva ni de Adán, con la chica encantada por como cocina su perfecto amigo japonés.
Tal vez aquí está el problema, parece haber un efecto compensación equilibrado en extremo: reflexiones filosóficas, cuestiones morales, dilemas… y por otro lado lo cotidiano, vestirse, lavarse, cocinar… Un poco deudor de Joyce, también de Woolf, parece trasladarnos directamente todo lo que piensan y sienten los protagonistas.
Introspección, límites, búsqueda de uno mismo, a veces es bajar al fondo de un pozo y enfrentarte a tus miedos, otras es indagar dentro de tu propio cerebro, o salir a la naturaleza, que siempre es un medio idealizado y hostil en sus libros. Fenixcidio hace un análisis más detallado de los personajes.
El japonés de hoy día es un personaje urbano, aunque Murakami como en su día Lawrence en El amante de Lady Chaterley, nos muestra con nostalgia una naturaleza refugio, un lugar donde encontrarse a uno mismo, sin las presiones de la ciudad.
El último libro, que incluye un mapa mental de esa ciudad que le da título, bien pudiera ser una metáfora del funcionamiento de nuestro cerebro, donde los sueños, los recuerdos, las convicciones y las experiencias liberan o limitan nuestro pensamiento y nuestras decicisiones.
Que hayan sido los carneros míticos en La Caza del Carnero Salvaje, los unicornios, los elegidos en sus novelas no parece casual, ¿verdad?. Me quedan algunos libros por leer, After Dark y De Qué Hablo cuando Hablo de Correr. Isi se me ha adelantado.
"No lo sabía. Tal vez fuese desesperanza. Tuguniév quizá lo llamaría desencanto. Dostoievski, tal vez infierno. Somerset Maugham tal vez lo llamase realidad. Pero lo llamaran como lo llamasen, eso era yo."
Yo, que he asistido al proceso de creación de esta entrada, a la lectura de los libros del japonés, quería reservarme el primer comentario.
ResponderEliminarMe gustaría que Maribel os hubiese contado todo lo que a mí me iba desgranando sobre Murakami, pero no puede ser. En cualquier caso, espero que os sirva, como a mi, para leer lo que os falte aun, con otros ojos.
¡Huy, soy "casi" el primero! ;)
ResponderEliminarMe ha encantado la entrada. Cómo desgranas cada obra de Murakami, las sensaciones, los momentos, los personajes, las historias, las inexcusables referencias musicales y literarias...
No hace mucho regalé a Azote su De Qué Hablo Cuando Hablo de Correr y le encantó. A ella, que me descubrió a Murakami tras un arrebato, una obsesión: fue ver Tokio Blues y no dejar de pensar en él hasta que se decidió a comprarlo y a leerlo.
La entrada me recuerda que llevo demasiado tiempo con Murakami aparcado y que tengo que seguir leyéndole. Y que, ahora que se acerca un pequeño periodo de descanso en el que quería leer a algunos autores rusos y/o decimonónicos, que tengo que guardarle un huequito... a él para leerle y a Dovstoievski para releer alguna de sus magnas obras o leer alguna de las menores, aún pendientes.
Un abrazo grande.
Qué buena entrada Maribel, con muchos matices, me gusta mucho que haya diferentes opiniones y partes con diferente valoración.
ResponderEliminarYo leí (lo he contado en varios blogs), primero "After Dark" y recordaba aquella reseña de Teresa en que hablaba de los Peter Panes, y pensé "Los protagonistas son jóvenes, pero no lo veo mucho".
Pero me leí "Al sur de la frontera.." y comulgué con sus palabras, y pensé "estoy yo ya muy mayor para estas cosas, me temo".
Me quedé con ganas de probar Kafka en la orilla, pero en mi lista cayó bastantes puestos.
pd. Me ha encantado lo de "tú sí que tienes cuerda"
Creo que no lei a Murakami en mi mejor tiempo, cogi Tokio Blues y aunque no se me atascó, tampoco me dio pie a leer nada más de él. Me ha gustado la entrada, puede que si leo algo más de él lo haga con otros ojos. La entrada me ha gustado mucho, y se que te ha debido costar bastante de escribir, por tener que seleccionar todo aquello que querias decir y no eternizar la entrada. Enhorabuena por el resultado
ResponderEliminarpues ¡es uno de mis eternos pendientes! porque aun no me he leído nada de él...esperaba comenzar con el "de que hablo cuando hablo de correr" que es como menos metafísico... si alguien es raro porque lee clásicos si, se parece a la portera del erizo ^^ ciertamente jijiji.
ResponderEliminarUn beso,
Ale.
Qué buena entrada, creo que me ha interesado más que los dos libros que he leído de Murakami jejeje.
ResponderEliminarEl caso que sus libros , los dos que he leído, los leí de un tirón, es una lectura muy fácil, por lo tanto muy bien escrita, a mí lo que no me engancha son los temas que toca, como dice Loque, quizás sea muy mayor.
Me apetece mucho leer el de correr, y me lo voy a leer.
Volveré a leeros otra vez, me ha encantado.
cómo repito la palabra leer...
Un abrazo
Teresa
Debo ser una de las pocas personas en este mundo que no comulgan con este autor pero es que ... no me llena, me deja "patidifusa" cuando leo su libro, no, no me gusta.
ResponderEliminarPara que conste, que yo no quiero que nadie lo lea con otros ojos, sino cada uno con los suyos, ¿eh?, que si no no hay debate, jejeje
ResponderEliminarHomolibris, si la excusa son los rusos, excusado, jajaja, que yo también he agujereado para leer Hadzhí Murad y El cupón falso de Tolstoi, sobre rusos ya sé que eres buena fuente, junto con Ade.
¿Cuál es la página de Dick en Las puertas de Anubis?
Loque, es qué lo de la cuerda lo escribí con una mala leche digna de maléfica, por eso te ha gustado. A mi lo tuyo de que "buena entrada, con muchos matices" ¿la entrada o es que no es tan buena?, jejeje, estoy pensando en tu cuenta atrás, faltan 14, 13....
ResponderEliminargracias Carmina, lo cierto es que casi se hace eterna esta entrada, jejeje, yo es que me enrollo...
!Ya tenemos en casa El compositor de tormentas!!!
Hola Ale, qué ilusión leerte!!, yo también me quiero leer el de correr... de hecho de las primeras cosas que leí de él fué una entrevista en el New Yorker donde hablaba de su pasión por correr y el jazz, claro esto ya me marcó y dejé de ser objetiva, jajaja!
ResponderEliminarHola Teresa, tu es que me miras con buenos ojos, jejeje.
ResponderEliminarHe encontrado una alusión directa en un libro de Rodrigo Fresán:
"Tampoco (...) me interesaba que El fondo del Cielo evocara cierta inexplicable rareza alien donde nada se explica de algunas novelas de Haruki Murakami.", vamos, que hay opiniones para todos...
Eva tal vez sea un objetivo, patidifusizar, jejeje!
Un abrazo a las dos ;-)
¡Anda, pues no se me había ocurrido el doble sentido! :-)
ResponderEliminarAh, que me han llamado la atención las "ventanitas" como tú dices, de las portadas, sobre todo la de las manos de las chicas, tan bien seleccionadas como siempre.
pd. ¡Acabo de contratar un seguro de viaje!
Mi relación con MURAKAMI es muy escasa. Y “tomentosa”. Leí TOKYO BLUES y me desconcertó muchísimo: el autor iba rodeado de un aura de ser lo más, y me pareció vacío, tramposo. Un magnífico envoltorio –el libro está muy bien escrito y se lee sólo- en el que dentro no había nada, aunque pretendía hacernos creer que estaba lleno de sabiduría y sugerencias gracias a un ropaje culto, mezcolanza de elementos orientales y occidentales y dosis frecuentes de sexo.
ResponderEliminarEs una opinión quizá radical, y desde luego distinta de la de la mayoría, así que asumo la posibilidad de estar equivocadísimo, pero decidí que MURAKAMI se había terminado para mi. Ahora pienso que a lo mejor –después de leer esta entrada, estupenda- le acabo dando otra posibilidad: ya veremos.
xG
A riesgo de ser apedreada, yo pienso igual que xgatzelu, un envoltorio precioso para un interior muy vacio, mas o menos como cuando hablan los politicos que te quedas con la sensación de que bien habla ete hombre, pero que narices ha dicho. Pero mi experiencia con el autor se limita a un solo libro el mismo que has leido tu, y no creo que eso sea suficiente para juzgarlo.
ResponderEliminarPor cierto ya me direis que tal el libro, yo me compre el otro dia el primero del autor, El guardian de la flor de loto, ya os contare cuando lo lea
Maribel, Murakami sigue "empapizándoseme". Mi primer intento fue Sputnik, mi amor y lo dejé casi al principio -me pareció completamente ajeno a mí. Luego, Tokio Blues, me gustó aunque no me emocionó. Encontré cierta frialdad en los personajes, tan solo una de las protagonistas me pareció "con sangre en las venas"
ResponderEliminarLuego, Kafka en la orilla del que no pude hablar pero si pedirle palabras prestadas.
Creo que es uno de esos libros de los que puedes, quieres, hablar con alguien que también lo haya leído pero te ves incapaz de escribir sobre ello.
P.D: el de correr también lo quiero leer yo.
Haces bien Loque, hay que viajar sobre seguro, jejeje!
ResponderEliminarXGaztelu, me gusta como lo describes: "relación tormentosa....me desconcertó", dices que tienes una opinión radical, que no coincide con la mayoria; aquí vamos coincidiendo mucho, ¿no? jejeje.
Carmina, sí es lo que te ha parecido el libro ¿por qué no?.
ResponderEliminarDe momento creo que se lo queda Roberto, ya te contaremos ;-)
Lammermoor, si que habíamos hablado de que se resiste, tal vez era mejor hablar de los libros durante su lectura, puede ser. Pero en esta linea de comentarios aparece cada vez más : "frio, no emociona, envoltorio"...¿casualidad?
Noto al leeros que se nota poco mi airada crítica, tendré que empeñarme más ;-)
Un abrazo ;-)
muy interesante aunque hay una cosa cierta todo lo que no hemos cambiado antes de los 25 años ya es dificil que lo cambiemos por mas que lo intentemos
ResponderEliminarmuy buena entrada
MARIBEL, es verdad lo que dices: quizá se nota menos tu “airada crítica”. Pero reconocerás que la entrada está dando bastante de sí, con un montón de comentarios interesantes: sin ningún afán de halagar (tampoco me importaría, pero no es lo que pretendo), pienso que eso dice mucho de la propia entrada ...
ResponderEliminarxG
gracias Bleid, aunque sea difícil, nos seguimos reinventando, ¿no?, al menos los viajes sí nos cambian un poco, ¿o sólo nos reafirman?, jejeje!
ResponderEliminarUn saludo
Tocado y hundido XGaztelu, lo que importa es el debate, y tener en él tan ilustres invitados, claro , ;-)