Svejk es el hijo, y todo un adelantado a su tiempo, de Jaroslav Hasek. Nació allá por los años veinte del siglo pasado, y probablemente nunca soñó con ver su nombre traducido a numerosos idiomas, o que su vida sería objeto de numerosas representaciones teatrales y producciones cinematográficas. Un soldado por accidente, pícaro, repleto de sinceridad, divertido, ingenuo y aparentemente con muy pocas luces.
Svejk es, también, un lugar de encuentro, donde sentarse a comer especialidades checas, en pleno barrio judío, en el Josefov de la capital checa. Un local que refleja bien el espíritu de nuestro protagonista. Sin artificios. Pero no es nuestro principal objetivo las referencias gastronomicas, aunque indudablemente es parte imprescidible de todo viaje, y en este caso, más que justificada.
Ahora prosigamos con nuestro amigo, el Valiente Soldado Svejk. Su historia no arranca de una fecha cualquiera, sino el 28 de junio de 1914, el día en el que el Archiduque de Austria, Francisco Fernando, es asesinado en Sarajevo, provocando con ello el inicio de la mas cruenta de las guerras conocidas hasta entonces: la Primera Guerra Mundial.
Un conflicto que marcó profundamente a la población europea, y que emocionalmente no fue asimilado sino que se convirtió en el caldo de cultivo de la segunda parte de la guerra, con el intermedio de los felices años veinte.
La guerra ya había retratada antes. El fotoperiodismo de guerra nació en la Guerra de Crimea, aunque técnicamente muy limitado. Durante la Gran Guerra la fotografía en el campo de batalla estuvo férreamente controlada por los gobiernos, fue sometida a censura y se utilizó con fines propagandísticos. Sin embargo, algunas imagenes salieron a la luz, y de forma especial tras el final del conflicto, extendiéndose como la pólvora por una Europa arrasada.
Un tiempo en el que el armamento dió un salto cualitativo con la invención de ingenios como la ametralladora, que diezmaba a los soldados con un mínimo de riesgo y esfuerzo, el carro de combate o el uso de armas químicas, y que la estrategia de guerra tardó demasiado en tener en cuenta. Resultado: diez millones de muertos. Pero esta es otra historia.
Volvamos con nuestro soldado. Hasek publicó sus aventuras en 1921, años despúes de la finalización de los combates, con el horror vivido aun muy presente en el sentir de la población europea. Esta novela, bajo su apariencia cómica, muestra el sinsentido de las guerras, utilizando el concepto de obediencia debida hasta límites insospechados, de forma que el absurdo se apodera de las situaciones y ridiculiza a la autoridad, en especial a la militar.
Es todo un alegato contra la guerra, que merece la pena leerse, no necesariamente de forma lineal, sino que puede hacerse una lectura transversal como diría nuestro amigo Alvi, y siempre nos hará dudar entre calificar a Svejk de estúpido o de sabio.
Es también el retrato de una época, un reflejo de los tipos humanos y sus costumbres, de una manera descarnada. No es un manual de buenas maneras, sino que tanto los soldados como los civiles que aparecen en ella hablan y se comportan como lo harían en la realidad, lo que les hace sumamente reales y creíbles, añadiendo con ello máyor sensación del absurdo que suponen las guerras, los intereses que las crean, y deja en evidencia a los incapaces que toman las decisiones clave.
Con Svejk también podemos recorrer una Praga que en conjunto no ha cambiado mucho desde entonces, aunque el capitalismo feroz se apoderó de ella hace tiempo.
Externamente, sin embargo, sigue siendo una ciudad que maravilla al que pasea por las calles de la Ciudad Vieja y descubre su Plaza con el Reloj Astronómico y la Iglesia del Tyn; al que cruza el Puente de Carlos y asciende las cuestas de Mala Strana para acercase al Castillo, que domina toda la ciudad; al que tiene la suerte de encontrar un local donde tomar una cerveza, y escuchar jazz fuera del circuito turístico.
A los que se pierden en los jardines del Palacio Wallenstein, o deambulan por la ciudad en busca de alguno de los mejores ejemplos de Art Nouveau del continente. A los que caminan por la Václavské náměsti, buscándola, sin darse cuenta de que están en ella. A los que se emocionan y sienten que un nudo les oprime la garganta entre las lápidas del Cementerio Judío.
No es sencillo hablar de una ciudad como Praga, hay que vivirla, respirarla, y echarla de menos.
"... Al final nos perdimos todos. Yo me encontré en uno de esos cafés nocturnos del barrio de Vinhrady. Era un local decente. Pero recuerdo que allí bebí algún licor directamente de la botella. De lo que hice después ya no me acuerdo."
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Una vez más os felicito, la manera de unir un libro sugerente con vuestras fotos (creadoras de envidia), me gusta mucho.
ResponderEliminar¿En los 70 pusieron una serie basada en este libro? Como para acordarse, lo sé, pero es que me venía a la mente algo así, mientras leía la entrada.
También me acordaba de "nada está inventado" y de la supuesta originalidad de Forrest Gump, cuando un "sargento de hierro" le felicita y le llama "genio" al ser el único que ha entendido que el ejército consiste en obedecer (algo que parece más fácil si no se es muy listo)
Me uno a lo que dice Loque, me ha encantado esta entrada, bueno me encantan todas jejeje.
ResponderEliminarHe paseado Praga de nuevo con vosotros, es difícil olvidar esa ciudad, se queda pegada a tu corazón.
Del libro no sabía nada, pero me interesa mucho aunque por lo que decís me voy a pillar un cabreo con esa lectura.
Gracias por tenerme siempre interesada.
Un abrazo
Teresa
Muy buena entrada, la verdad que me has ilustrado mucho, a pesar de haber estado en Praga hace poco siempre hay cosas que se escapan...
ResponderEliminarLa verdad es que Josefov es un barrio impresionante como toda la ciudad de la cual me enamore en solo un dia
un abrazo
Muy buenos días, Loque . La idea no es nada original porque para nosotros es todo uno, ya sabes, viaje y literatura van de la mano.
ResponderEliminarLa serie, pues ni idea, ahora, lo de Forrest Gump, pensé exactamente lo mismo, jajaja.
Saludos (ya es martessss)!!
Teresa , seguro que no te cabreas. Bueno, reflexionando sobre el fondo del libro, si. Pero hoy dia tenemos los mismos motivos que Hasek, vamos que están ahí, en el periódico, en la televisión... Y Praga, ¿que voy a decir?, como dices, se queda pegada...
ResponderEliminarUn abrazo!
Jajaja, Bleid , no importa lo bien que se conozca un lugar, siempre habrá alguien que nos enseñe algo nuevo. Y está genial. Me encanta que te gustase Praga, es una ciudad fantástica.
ResponderEliminarSaludos!!
Qué bonito, no sé si el libro, las fotos o los comentarios de Praga. El caso es que ya me apetece leer al soldado en cuestión.
ResponderEliminarPor cierto, que además de la Primera Guerra mundial no he leído nada (sin contar La caída de los gigantes, que pienso leer! jeje) y me interesa, lo que pasa es que parece que todos los libros son de la "Segun".
Bueno, además nunca he estado en Praga (ni en tantos sitios).
Maribel, seguro que me cabreo jejeje, lo mismo que ahora, el seguidismo me indigna en cualquier lugar, la falta de criterio para decir no, eso me alarma.
ResponderEliminarCuando leo historia, esa gente que no quiere ver nada y a todo dice sí me vuelve a alarmar.
En fin, lo leeré.
Un abrazo
Teresa
Isi, este es un libro atípico sobre la primer, jejeje!. Praga es un marco incomparable, que hay que vivir en directo. El barrio Judío es uno de los lugares predilectos para los seguidores de Kafka, "viajes literarios"...¿para cuándo? ;-)
ResponderEliminarTeresa, no te enfadarás, sonreirás, ya que este personaje es una especie de Forrest Gump;
ResponderEliminarNo es una historia de guerra. Las aventuras de Svejk con su estrafalario comportamiento y su inteligencia "limitada", se parecen más a las obras de Evelyn Waugh, cuyas novelas son una sátira de la Inglaterra de su época. (Aquí necesito la opinión de XGaztelu...qué sabe más que yo del autor inglés)
;-)
Una preciosidad de entrada (por cierto que se me olvidó felicitaros por los videos del post anterior). Que forma tan estupenda de unir fotografías y literatura.
ResponderEliminarYa había oido comentarios elogiosos sobe el libro pero ahora ¿quién se resiste?
No conozco Praga :(
Me alegra mucho que te gustaran los vídeos, Lammermoor !, y creo que este post viene casi solo, porque Praga y Libros casan de maravilla. Espero que pronto vueles para allá, seguro que te va a gustar, y mucho.
ResponderEliminarUn abrazo!
Nunca he estado en Praga, pero en un par de ocasiones estuve a punto de ir. Me encantaría perderme por el barrio judío y leer de nuevo a Kafka.
ResponderEliminarPero ahora que he descubierto estas aventuras de Svejk en Praga...me hace dudar!!
Espero ir...aunque no lleve ningún libro entre manos.
Gracias por esta bella entrada, entre libro, historia y ciudad.
Un abrazo!!
Hola Chicos! veo con sumo agrado que muchas cosas han cambiado en el diseño de vuestro espacio, el cual me resulta muy dinámico y fácil de leer ... Bravo por ello!
ResponderEliminar... y claro, vuestro texto sobre éste libro del soldado de la Gran Guerra me parece muy acertado, porque toda guerra es absurda, porque especialmente en Europa, y tal vez por tantos horrores vividos, creo que recordar las guerras se toman como 'homenajes gubernamentales' y no como el verdadero horror que son ... parecería que estuviéramos hablandode hechos que sucedieron hace siglos y en otra parte, pero no, fué aqui, en mi esquina, en mi casa, ayer nomás ...
Y por supuesto Praga, una ciudad realmente soñada, que tuve el placer de descubrir en un verano del '99 y de la cual siempre deseo volver ... la imagen nocturna que acompañan es exactamente la imagen que guardo de ésa fantástica ciudad ...
Un saludo grande, desde la Praga francesa!
Roberto, desconocia esta novela y me gustado mucho la forma en que has enfocado el post acompañando esas fotos de Praga como telón de fondo d la historia. A mas de un politico convendria leer libros de este tipo para para no olvidar lo absurdo de las guerras y no volver a cometer los errores del pasado. Un abrazo.
ResponderEliminarHola, un poco tarde mi comentario...
ResponderEliminarNo me había vuelto a acordar del soldado Svejk, me tenéis que pasar el libro.
Me acuerdo del restaurante, d elo bien que comimos y del barrió judío.
Por supuesto, recomendar una escapadita a Praga, creo que en cualquier época tiene que ser una gozada, pero en fechas cercanas a Navidad es una gozada a pesar del frío que pasamos.
Espero volver:-)))
Nos vemos.
Tenía pendiente este post desde el día que lo colgasteis, y hoy por fin lo he leído con un poco de calma (lo había empezado varias veces, pero –aunque resulte poco creíble- siempre, al llegar a la mitad, tenía que parar por un motivo u otro …). El libro tiene buena pinta; además, me parecen interesantes los libros que te ayudan a conocer/vivir una ciudad en momentos clave de su historia; y si esa ciudad es Praga, ya ni te cuento. Señaláis, además, otro motivo más para ir a conocerla: “Externamente, sin embargo, sigue siendo una ciudad que maravilla al (…) que deambula por la ciudad en busca de alguno de los mejores ejemplos de Art Nouveau del continente.” Me apunto!
ResponderEliminarxG
María pasear con Praga, con Svejk, o con Kafka, no importa la lectura que escojas, Praga tiene tanta personalidad que te atrapará sin que te des cuenta.
ResponderEliminarUn abrazo!
Cuanta razón tienes Gus!, las guerras son lo más absurdo y lo más terrible que hemos aportado al mundo. Y no parece que escarmentemos..., más bien al contrario. Praga es una ciudad increíblemente bella, a la que hemos podido volver después de muchos años, y a la que sin duda volveremos, al igual que a la francesa, pero esa es otra historia, que esperamos compartir contigo :D
ResponderEliminarY gracias por fijarte en los cambios!!
Un abrazo!
Yo, que lo vivo de cerca, Aventurer@, aun me asombro al ver lo poco que, no solo los políticos, sino la sociedad en general, aprendemos de la Historia. Algo que está ahí, al alcance de todos, y sin embargo...
ResponderEliminarMe alegra verte de nuevo por aquí. Un abrazo ;D
Bueno, bueno, Mertxe , no pasamos tanto frío..., peor fue el Colonia, jajaja. Y si que comimos bien, creo que nos gustó a todos. Otra escapadita...??
ResponderEliminar:DD
Abrazos (es que hacía tiempo que no venías, así que ración doble)
Me alegra que por fin lo hayas leido, jajaja, xGaztelu, y con tu comentario creo que termino de convencerme que tal vez he dado la sensación de que este libro es una especie de recorrido por Praga, y no es así. A la dificultad del cambio de nombres, se une el hecho de que realmente se mencionan pocos lugares a lo largo de la historia; espero no provocar confusión... En cuanto al Art Nouveau, y en general Praga, es entrar en otra dimensión temporal. Vete, y cuéntanos.
ResponderEliminarUn abrazo!!
Me uno a loque, Teresa y todas las demás felicitaciones¡que talento para unir la historia, con un libro, la visita de la ciudad y sus maravillosas fotos!
ResponderEliminarComo siempre, es un placer venir a leerlos, viajar con ustedes y aprender en el proceso sin esfuerzo ;-)
Un beso, Ale
También tu, y nosotros, viajamos al leernos, Ale , una alegría que te guste el post.
ResponderEliminarUn abrazo!
Que ganas tengo de visitar Praga, es una de esas asignaturas pendientes ... a ver si algún día ...
ResponderEliminarSeguro que os encantará, es una ciudad mágica. Para nosotros, otoño o invierno... ;)
EliminarMuchos, muchos, muchos recuerdos, y todos ellos muy buenos de esta bellisima ciudad... entrañable encanto, el cementerio tenia demasiada gente para visitarlo como es debido, y bastante caro, por cierto. Esas vidrieras recuerdo haberlas vista, y me sorprendió gratamente el museo de Alfons Muncha, entre otras tantas cosas. Lo que no me gusto es el comportamiento que tuvieron con el constructor del rejoj, le dejaron ciego para que no pudiera construir nunca mas otro, pero se vengo, ya que lo dejo con un fallo que si no recuerdo mal se corrigiío mas de 100 años despues, ahora funciona genial... be happy my friend !!!
ResponderEliminarCarlos Javier Nuñez Vazquez la ciudad evoluciona con los tiempos, y el turismo creciente, como ocurre en todas partes, no siempre aporta influencias positivas. Aun así merece la pena acercarse a esta ciudad, evitando los fines de semana... En cuanto al reloj creo que es una leyenda, aunque algo de cierto habrá, seguro.
EliminarSaludos!!