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Roma, 30 Visitas Imprescindibles en la Ciudad Eterna (II) Vamos con la segunda parte de nuestras 30 visitas imprescindibles en Roma. Si, Roma es caos, ruido, tráfico, multitudes, arcos de segurid...

junio 15, 2023

Roma, 30 Visitas Imprescindibles en la Ciudad Eterna (II)

Foro Romano, desde el Palatino - Roma, por El Guisante Verde Project

Vamos con la segunda parte de nuestras 30 visitas imprescindibles en Roma. Si, Roma es caos, ruido, tráfico, multitudes, arcos de seguridad, colas y esperas, pero, a veces, en horas tempranas, en la hora azul, de noche, entre semana o fuera de temporada, vuelve a ser ese lugar que encandiló a los románticos, a los viajeros del Grand Tour. Se convierte un lugar alegre, bullicioso, en el que se come muy bien y donde nuestra atención se ve constantemente alterada por encontrarnos con “viejos conocidos” que han saltado de nuestros libros de arte a la calle.

PIazza Navona, Fuente de Neptuno - Roma, por El Guisante Verde Project

Nuestro viaje es deliberadamente nostálgico (algunas de las fotos lo ilustran muy bien). No hablamos de los futuristas, del diseño, o del arte contemporáneo. Ya sabemos que los arquitectos actuales tienen presencia allí, pero nuestro foco sigue siendo la Roma que asimilaba las culturas de los lugares conquistados, la Roma que, emulando y compitiendo con Florencia, recuperó el Mundo Clásico en el Renacimiento, la Roma que con sus excesos extendió el Barroco y comenzó a crear fachadas curvas y teatrales interiores. La Roma cuyas esculturas en mármol cobran vida, y los personajes de la calle se convierten en santos y mártires en los cuadros; la Roma del Trastevere, la Roma de las más de 900 iglesias; la Roma del Vaticano, de los excesos papales, de las colecciones y los museos inabarcables.

Fuente de Moisés - Roma, por El Guisante Verde Project

La Roma en la que Caravaggio, Borromini, Canova, Miguel Ángel o Bernini, compiten con el fantasma de Nerón, la Boca de la Verdad, los cuernos del Moisés o con una piña gigante. Una Roma donde detenerse para admirar los mosaicos, los cosmati o el culto a Mitra supone un enorme esfuerzo de atención. Leer y viajar, mirar el conjunto y admirar el detalle.

Completamos nuestra propuesta con estos nuevos 15 lugares que se suman al artículo anterior: "Roma, 30 visitas imprescindibles en la Ciudad Eterna". A veces, en lugar de sumar, multiplicamos, con algunos extras entre líneas... ¿Nos acompañas?

16. Piazza del Popolo. Monumental entrada norte a la ciudad, tres iglesias y un obelisco que dejan claro el poderío de Roma a los recién llegados. Una historia de fantasmas da origen a Santa María del Popolo, iglesia que guarda dos excepcionales trabajos de Caravaggio. Las vistas desde la colina del Pincio nos explican por qué esta zona se llama Tridente.

Piazza del Popolo, desde Pincio - Roma, por El Guisante Verde Project

17. Piazza di Spagna. La escalinata más famosa de Roma fue desprovista por decreto de aquello que le dio fama: las multitudes sentadas en sus escalones. Sigue siendo punto de encuentro para locales y foráneos. La rivalidad hispano-francesa de la época se inclinó del lado español a la hora de poner nombre a este lugar. No deja de ser curioso teniendo en cuenta quien pagó su construcción.


18. Jardines y Galería Borghese, cuando el coleccionista es el sobrino de un papa.

Villa Borghese, Lago y Templo de Esculapio - Roma, por El Guisante Verde Project

19. Fontana di Trevi. Las aguas de la más monumental de las fuentes romanas pueden conseguir que volvamos a Roma, y algo más...


20. Santa María della Vittoria. En esta pequeña iglesia, Bernini caminó en el filo de la delgada línea que separa lo místico de lo erótico.

Santa Maria della Vittoria, 'Extasis de Santa Teresa', Bernini - Roma, por El Guisante Verde Project

21. Santa María Maggiore. Que nieve en el centro de Roma en agosto parece una buena excusa para levantar una iglesia. Si, además, le añades columnas de la Basilica de Majencio, un arco del triunfo, un baldaquino con columnas salomónicas y mosaicos por doquier, el éxito está asegurado.


22. San Pietro in Vincoli. Si no la buscas, no la encuentras. En el interior de esta iglesia se guardan dos tesoros. Uno, el Moisés de Miguel Ángel, el otro, las cadenas de San Pedro.

Moisés de Miguel Ángel - Roma, por El Guisante Verde Project

23. San Giovanni in Laterano. Borromini puso su genio al servicio de esta iglesia y la transformó en la más bonita de Roma.

San Giovanni in Laterano, nave principal - Roma, por El Guisante Verde Project

24. San Clemente. Una iglesia para unirlo todo. Desde un santuario dedicado a una divinidad oriental a los inicios del Renacimiento. Poneos el traje de Indiana Jones y descubrid todo lo que ofrece este pequeño templo.


25. Santa Maria in Cosmedin y la Bocca della Verita. Un viaje al siglo XII os espera en el interior de esta nave, pero antes de entrar, dejad que os hagan una pregunta, con la mano metida en la bocca, o no...

Bocca della Verita - Roma, por El Guisante Verde Project

26. San Paolo fuori le mura.¡Hay vida más allá de la Muralla Aureliana!


27. Trastevere. El barrio para perderse: beatas, pasta, pizza y copas.


28. Museos Vaticanos. Un atracón de arte. Conviene que en la Capilla Sixtina no mires sólo al techo.


29. Plaza de San Pedro y Basílica, ¿quién tiene las llaves?


30. Castell Sant’Angelo, el mausoleo de Adriano. Un viaje de la Roma Imperial al Vaticano


Isla Tiberina - Roma, por El Guisante Verde Project

Para saber que hay detrás estos titulares, tienes que seguir leyendo, y poner a prueba tu capacidad de atención y tu memoria. En estas nuevas 15 visitas nos centramos en los artistas y mecenas que hicieron posible una increible acumulación de arte en las calles y museos de la Ciudad Eterna. Las mujeres en la historia de Roma no suelen ser protagonistas, salvo cuando las esculpen en mármol.

16. PIAZZA DEL POPOLO y SANTA MARIA DEL POPOLO. La Porta Flaminia fue, durante siglos, la vía de entrada de los viajeros que procedían del norte, por la Vía Flaminia. Se abría a la plaza, que ya tuvo que ser ampliada en el siglo XVI, al tiempo que la porta se dotaba de una nueva fachada y cambiaba su nombre por el de Porta del Popolo.

Piazza del Popolo - Roma, por El Guisante Verde Project

La iglesia situada junto a la porta, Santa María del Popolo, pegada a la muralla de Aureliano, es una de las más antiguas de Roma. En ese lugar se encontraba la tumba de Nerón. Según la leyenda, el fantasma del emperador se refugiaba en un nogal. El Papa Pascual II mandó talar el árbol en 1099, quemarlo y esparcir sus cenizas en el Tíber. Luego construyó una capilla dedicada a la Virgen. En 1227, Gregorio IX construyó una iglesia mayor, dedicada al Pueblo Romano, el Popolo.

Posteriormente, un nuevo edificio fue encargado por Sixto IV en 1472. Además de ser un buen ejemplo del renacimiento temprano en Roma, esta basílica de tres naves sobre pilares, planta de cruz latina y capillas laterales, es famosa por su decoración.

Crucifixion de S.Pedro, Caravaggio - Roma, por El Guisante Verde Project

La Capilla Chigi fue diseñada por Rafael que también ideo los mosaicos de la cúpula. Las obras se prolongaron en el tiempo y en ellas participaron diversos artistas, hasta la intervención final de Bernini. No obstante, la joya de la iglesia es la Capilla Cerasi, gracias a los dos extraordinarios lienzos del magistral y controvertido Michelangelo Merisi, Caravaggio. Se trata de ‘La conversión de San Pablo’ y la ‘Crucifixión de San Pedro’. Dos fabulosos ejemplos del uso de luces y sombras, del escorzo, el retrato fidedigno y real, personajes al límite, con emociones que atrapan al espectador. Sus cuadros parecen un montaje teatral. La tormentosa vida del artista ha favorecido la fama de sus obras. En su época fue todo un escándalo que personas de la calle fueran los modelos para los santos representados. Su técnica y la de sus seguidores han influido en la publicidad, el diseño y la fotografía, que aprenden de su composición y sus claroscuros.

En el centro de la plaza, tras una ampliación, el Papa Sixto V ordenó colocar un obelisco egipcio. Mientras, en el lado sur de la gran plaza oval, a modo de monumental puerta, se alzan dos iglesias gemelas, encargadas en 1658 por el Papa Alejandro VII. Se trata de Santa María dei Miracoli y Santa Maria in Montesanto. Los últimos trabajos que llevaron a la finalización de la plaza, hacia 1820, la convirtieron en la única plaza neoclásica de Roma.

Piazza del Popolo, Santa Maria in Montesanto - Roma, por El Guisante Verde Project

Justo encima de la plaza, se encuentra el Pincio, un jardín neoclásico que permite pasear tranquilamente entre árboles y esculturas, además de disfrutar de una de las mejores vistas de la Ciudad Eterna. Una buena idea es combinar la visita a Villa Borghese, que inicialmente era Villa Borghese Pinciana y bajar desde aquí hasta Piazza del Popolo.

Desde el Pincio, podemos entender por qué a esta zona, entre Piazza del Popolo, Piazza di Spagna y el Ara Pacis, se le llama ‘Tridente’. La Vía del Babuino, la famosa Vía del Corso y la Vía di Ripetta son las tres puntas. En esta última se encuentra la 'Enoteca Buccone'.

Enoteca Buccone - Roma, por El Guisante Verde Project

Esta antigua cochera de los marqueses de Cavalcabò, convertida en taberna y desde 1969 en vinoteca, es un laberinto de altas estanterías de madera sostenidas por columnas repletas de botellas, arcos de ladrillo, mostradores de madera taraceada cubiertos de mármol, y pequeñas salas donde disfrutar de buenas viandas en un ambiente que nos lleva muchos, muchos años atrás en el tiempo.

Enoteca Buccone, tabla de embutidos y quesos- Roma, por El Guisante Verde Project

Buccone es un negocio familiar, pionero en difundir la cultura del vino en Roma con un producto de calidad, un lugar en el que "perder el tiempo", ese pecado del turista, tiene todo el sentido del mundo y del que uno sale pensando ya en la próxima visita.

También merece la pena pasearse por cualquiera de las vías del tridente, en busca de una trattoria, un café, una copa o un rincón en otras calles próximas, tal vez no tan conocidas, pero con más encanto. Una de ellas es Vía Margutta, menos transitada que la Vía del Babuino desde la que se accede, y que aun conserva el espíritu de Fellini que vivió y murió en el 110 de la calle.

Fellini y Masina, homenaje en Via Margutta - Roma, por El Guisante Verde Project

17. PIAZZA DI SPAGNA. En esta parte de Roma, las dos potencias europeas mas sobresalientes del siglo XVII, Francia y España, se repartían sus calles principales y construían palacios y edificios reseñables. Los españoles establecieron en el Palazzo di Spagna su embajada ante la Santa Sede, y tanto las escalinatas como la que es, probablemente, la plaza más famosa de Roma, se refieren desde entonces a España.

Piazza di Spagna, Santissima Trinità dei Monti - Roma, por El Guisante Verde Project

Lo curioso es que las escalinatas fueron encargadas y sufragadas por el embajador francés E. Gueffier. Se inauguraron en 1726. La influencia francesa no termina ahí, como veréis. La escalinata, difícil de contemplar durante mucho tiempo debido a la masiva presencia de turistas y romanos que se sentaban en ella durante un buen número de horas al día (hoy está prohibido), se compone de varios tramos y vías que se arquean para conducirnos hasta la Iglesia de la Santissima Trinità dei Monti. Su fachada, con dos campanarios, domina la escalinata. Una imagen absolutamente representativa de Roma. La iglesia parte de una donación del rey francés Carlos VIII. Se finalizó en 1587.

Piazza di Spagna, Barcaccia - Roma, por El Guisante Verde Project

A los pies de la escalinata se encuentra la fuente en forma de barca semi-hundida. Es ‘La Barcaccia’, una obra de 1629 atribuida a Pietro, el padre de Bernini, aunque también pudiera ser de éste.

Ir en busca de las huellas de los poetas románticos o quedar junto a la columna de la Inmaculada marca la diferencia entre el turista y el romano. Es otro de esos escenarios que casi cualquier película ambientada en Roma tiene que ofrecer.


18. JARDINES y GALERIA BORGHESE. La Villa Borghese, que acoge la galería de arte del mismo nombre, nos habla de una de las familias más poderosas de Roma. El mosaico de los gladiadores, expuesto en sus salas y que nos devuelve al universo del Coliseo, se encontró en los terrenos que la familia poseía en las afueras de la capital.

Jardines Borghese, Fuente de los Caballos Marinos - Roma, por El Guisante Verde Project

El cardenal Scipione Borghese, sobrino del papa Paulo V, utilizó todos los medios a su alcance, incluida la confiscación de obras, para atesorar la colección que hoy podemos ver en la Galería Borghese. Su preferencia por Bernini y Caravaggio hace que, si nos interesan estos artistas, nuestro paso por estas salas sea una obligación. Tiziano, Rafael o Correggio también nos esperan.

Jardines Borghese, Monumento a Goethe - Roma, por El Guisante Verde Project

Podemos ver la evolución de Bernini con varias obras creadas específicamente para este palacio, desde Apolo y Dafne, hasta el Rapto de Proserpina, en su etapa madura. Para representar a David, Bernini decide mostrar al muchacho justo antes de tirar la piedra, distanciándose así de las versiones de Miguel Ángel, Verrochio y Donatello. Cuentan que su amigo, Maffeo Barberini, que se convertiría en el papa Urbano VIII, le colocó delante un espejo mientras esculpía, de forma que el gesto sería el del artista. La representación de David, con ese dinamismo y marcadas diagonales es un extraordinario ejemplo de escultura barroca. Otra interpretacion, que también se encuentra en la Galería Borghese, es David y cabeza de Goliat del teatral Caravaggio.

Jardines Borghese, Templo de Esculapio - Roma, por El Guisante Verde Project

Antonio Canova es otro de los reclamos de la colección, su Venus Victrix, “Venus Bonaparte”, representa a la hermana de Napoleón, casada con Camillo Borghese. Recrearla como la diosa del amor vencedora del Juicio de Paris, daba licencia a Canova para mostrarla semidesnuda, algo que no ayudaría a la fama de coleccionista de amantes que arrastraba Paulina, cuyo matrimonio pactado por el emperador fue mal desde el inicio. La Venus de Canova es una obra viajera, desde que Canova la terminó en 1808 tardó casi 30 años en llegar a esta galería. Cuando las cosas fueron mal para la familia, algunas piezas de la colección se vendieron al emperador y por eso hoy día las vemos en el Museo del Louvre.

Jardines Borghese - Roma, por El Guisante Verde Project

La villa era famosa ya en el siglo XVII por sus zonas ajardinadas, sus fuentes y su extensión, ocupaba tanto como el casco histórico de Roma. En 1902 los terrenos y la Galería pasaron a manos del gobierno italiano. Hoy sus jardines son el tercer parque más grande de la capital, solo por ello ya merece la pena el paseo.

Mas información, entradas y todas esas cosas en la página web oficial de la Galería Borghese: https://www.collezionegalleriaborghese.it

Muy cerca del Templo de Esculapio se encuentra la "Casina del Lago", que puede ser una agradable parada entre los árboles, para descansar un rato mientras tomas un café. Nuestra experiencia fue buena en todos los sentidos, cuestión de suerte podría decirse, por lo que se comenta últimamente.


19. FONTANA DI TREVI. Durante nuestra última estancia en Roma nos alojamos junto al Palacio Barberini y nuestro caminar diario, a menudo nos llevaba directamente hasta la Fontana del Tritone, una pequeña obra maestra de Bernini realizada por encargo del Papa Urbano VIII.

Fontana del Tritone - Roma, por El Guisante Verde Project

Desde el Tritone rápidamente llegamos a la gran Fontana de Trevi. Siempre nos deteníamos frente este monumento, que ofrece vistas diferentes en función de la luz y las horas del día. A primera hora de la mañana, y cerca de la noche podréis disfrutarla casi en soledad. Se trata de la construcción de mayores dimensiones de Roma en su género. Recoge las aguas del acueducto Vergine, el único de los antiguos acueductos en uso actualmente. Fue realizada entre 1732 y 1762 por Nicola Salvi, por encargo del Papa Clemente XII y tiene forma de arco del triunfo con tres aberturas, retomando un proyecto adjudicado inicialmente a Bernini por Urbano VIII, y que fue descartado a la muerte del papa.

Fontana di Trevi - Roma, por El Guisante Verde Project

Las figuras más destacadas son la central, que representa a Océano conduciendo un carro en forma de concha tirado por dos caballos marinos guiados por tritones. En los laterales, las alegorías de la Salud y la Abundancia. Los relieves aluden a la leyenda de la fuente de la que nace el agua, y a la historia del acueducto, cuya construcción ordenó Agripa, recordad, el mismo del Panteón.

Probablemente conocéis la costumbre de arrojar una moneda a la fuente para asegurar una nueva visita a Roma, pero, tal vez, no sepáis que a la derecha de la fuente, hay una pequeña pila con dos caños: la Fuente de los Enamorados. Las parejas que beban de esta fuente permanecerán enamoradas para siempre... o eso dicen. Por último, si queréis imitar a Anita Ekberg en el film ‘La Dolce Vita’ os recordamos que gracias a los carabinieri conoceréis el interior de una celda romana, al menos por unas horas.

Fontana di Trevi, Océano - Roma, por El Guisante Verde Project

Seguro que alguna vez viendo una película o una serie te preguntas ¿dónde está esa fuente en Roma? Como la pequeña fuente de las Tortugas, situada en pleno centro en la Piazza de Mattei. Cuentan que un amante deseoso de mostrar a su futuro suegro que era un hombre con posibles la hizo construir junto al palacio de la dama que pretendía, ¡en una noche!. Parece que fueron algunas horas más: de 1581 a 1588, la diseña Giacomo Della Porta, y las esculturas son de un florentino, Taddeo Landini; en 1658 se añaden las tortugas de Bernini que hoy le dan nombre. Este artista es como los peluqueros famosos, apenas con un toque, se lleva toda la fama. Las fontanas en Roma son toda una institución. ¡Cuánto se agradecen en días calurosos! Los acueductos que las alimentan recuerdan las grandes obras de ingeniería romana que siguen ahí desde hace más de dos siglos.


20. SANTA MARIA DELLA VITTORIA. Esta modesta y pequeña iglesia fue construida por Carlo Maderno (excepto la fachada), que la finalizó en 1620. El sencillo interior original se enriqueció durante los siglos XVII y XVIII, con frescos y mármoles. Guarda obras de Guercino y El Domenichino, aunque su fama le viene de la Capilla Cornaro.

Santa Maria della Vittoria 'Capilla Cornaro', Bernini - Roma, por El Guisante Verde Project

La capilla fue construida por Bernini en 1646, que puso en práctica de manera magistral uno de sus preceptos: la unión de las artes. En el conjunto del ‘Éxtasis de Santa Teresa’, arquitectura, escultura y pintura se combinan para maravillar al que la contemple. Bernini representó en tres dimensiones las palabras que Santa Teresa de Ávila recogió en sus textos para relatar su visión y el momento de unión con su esposo místico. Bernini utilizó un frontón curvo para disimular la ventana que inunda de luz las figuras en mármol de Santa Teresa y el Ángel, dispuesto a atravesar con su flecha dorada a la santa, creando una escenografía y una atmósfera llenas de espiritualidad que no ocultan lo puramente carnal y erótico del momento. Los patronos de la obra, la familia Cornaro, también están representados, en los palcos laterales desde donde contemplan la escena.

Santa María della Vittoria (interior) - Roma, por El Guisante Verde Project

Cuesta imaginar que ir en busca de una talla en mármol pueda ser la meta de un viaje, pero nuestros libros sobre el barroco no nos hubieran perdonado pasarla por alto. Bernini vive ocupado en modelar para los pontífices, diseñar y decorar tumbas papales, entre otros menesteres, y su Santa Teresa no va a ser la única mística de Bernini que visitemos en Roma, ¡atentos!

Santa Maria della Vittoria - Roma, por El Guisante Verde Project

21. SANTA MARÍA MAGGIORE. Es la mayor iglesia dedicada a María en Roma, además de una de las cuatro basílicas mayores y una de las siete iglesias de peregrinación. La primera edificación se debe al Papa Liberio (352 – 366), que la mandó construir a raíz de un sueño en el que la Virgen le señaló el lugar exacto para ello, provocando una nevada el 5 de agosto: la cima del Esquilino. Desde entonces, la basílica se ha ampliado y remodelado en numerosas ocasiones, conservando, sin embargo, una extraordinaria unidad.

Santa Maria Maggiore - Roma, por El Guisante Verde Project

En 1377 Gregorio XI ordenó construir el que aun hoy es el campanario más alto de Roma, con 77 metros. Las monumentales columnas de mármol de la fachada principal, coronada con una estatua de la Virgen María, proceden de la Basilica de Majencio, en el Foro, y fueron trasladadas por orden del Papa Paulo V en 1613. A finales del siglo XVIII se completó la fachada barroca, adornada con una logia.

En el exterior, Sixto V mandó colocar en 1587, frente a la fachada de la Piazza dell’Esquilino, el obelisco del mausoleo de Augusto.

Santa Maria Maggiore, nave principal - Roma, por El Guisante Verde Project

En el vasto interior, que conserva bastante bien su aspecto original, impresionan las cuarenta columnas jónicas, la mayoría de mármol tallado en una sola pieza, que separan la nave central de las laterales. La nave principal, con un segundo piso recorrido por ventanas, está cubierta con un artesonado sobredorado, dicen que con el primer oro de las Indias. Es curioso lo que nos llamaba la atención ver estas techumbres en nuestros primeros viajes.

Santa Maria Maggiore, Capilla Paulina - Roma, por El Guisante Verde Project

Todo en el interior de esta iglesia es monumental: el Arco de Triunfo; la Capilla Sixtina y la Capilla Paulina, el Baldaquino con columnas salomónicas sobre el altar mayor, o los mosaicos que recorren la nave central, los que decoran el arco de triunfo y el ábside. Mantiene la planta paleocristiana del siglo V, y podemos comparar las diferencias entre sus capillas “gemelas”, la Capilla Sixtina, renacentista y la Capillla Paulina, barroca. Después de que Bernini acaparase tanto reconocimiento en vida es llamativo que casi nunca se mencione que aquí se encuentra su tumba.

Hoy usamos Sixtina como adjetivo de obra destacada, única en su género y que merece la pena visitar. La Capilla Sixtina del Vaticano, la más conocida, lugar de cónclave para elegir al Papa, está dedicada al papa Sixto IV. La de Santa María Maggiore, nos habla de Sixto V. Cada papa elige su nombre como homenaje a un predecesor. Tal vez, Sixto encontró la fórmula para ser recordado, aprovechando la fama de la Capilla Sixtina.

Santa Maria Maggiore, Capilla Sixtina - Roma, por El Guisante Verde Project

Los papas y los emperadores tenían parecidas ambiciones de poder y querían pasar a la posteridad con sus grandes obras, de ahí que su nombre esté detrás de capillas y palacios. Peleaban por los mejores artistas y las ciudades competían por incorporar piezas suyas, como ocurre en nuestros días con arquitectos y museos. Las reliquias expuestas fueron el origen del turismo religioso. Para explicar la historia de casi cualquiera de las grandes obras de Roma, podríamos contar el cuento de los cinco deditos: éste la encargó, éste la diseñó, éste la decoró, éste la terminó y éste toda la fama se llevó. Papas como Sixto V, los de la familia de la Rovere, como Julio II, o de la familia Medici, como León X, no imaginaban que en la actualidad los nombres de los “artesanos” contratados serían más recordados que los suyos, y que los peregrinos llegarían a Roma para admirarlos.

Santa Maria Maggiore, Baldaquino, Arco del Triunfo y Mosaico Coronación de la Virgen - Roma, por El Guisante Verde Project

22. SAN PIETRO IN VINCOLI. La iglesia es discreta tanto en su ubicación como en su aspecto exterior. Un pórtico de cinco arcadas da paso a un espacio de planta basilical con 25 columnas antiguas de mármol. Aunque dentro podemos ver varias obras de arte destacadas, como un sarcófago paleocristiano y obras de Guercino y Domenichino, lo más destacado son dos auténticos tesoros, de muy diferente signo.

San Pietro in Vincoli, exterior - Roma, por El Guisante Verde Project

La bendición del Papa Sixto III consagró unas obras que se iniciaron en el año 431, sobre una casa del siglo II. La iglesia se dedicó a San Pedro y San Pablo. Sin embargo, el sucesor de Sixto, León el Grande, recibió las cadenas con las que se había apresado en Jerusalén a San Pedro. Una donación de la Emperatriz Eudoxia, hija del emperador de Oriente, Teodosio II. Ello provocó que fuera San Pedro, in vincoli, encadenado, el único patrón de la iglesia.

San Pietro in Vincoli, nave principal - Roma, por El Guisante Verde Project

El otro motivo, para nosotros el decisivo, para visitar este modesto edificio, es la Tumba de Julio II, encargada por éste, a Miguel Ángel en 1505. El proyecto se demoró 40 años por la carga de trabajo que el artista soportaba. Finalmente, el diseño original se redujo muchísimo y, en el último contrato, de 1541, se acordó que Miguel Ángel realizaría únicamente el Moisés (ya concluido) y las figuras de Raquel y Lea. El resto del monumento sería obra de ayudantes.

El monumental Moisés nos da una idea de cómo deberían haber sido el resto de las 40 imágenes proyectadas en cuanto a dimensiones. Su colocación central actual deforma sus proporciones, ya que, estaba pensada para colocarse en un lateral. Aun así, el tiempo transcurre sin que nos demos cuenta, contemplando los detalles de esta figura, desde la musculatura, extraña en un anciano, hasta los rizos de la barba con los que juega absorto.

San Pietro in Vincoli, Tumba de Julio II por Miguel Ángel - Roma, por El Guisante Verde Project

Tenemos un cariño especial por esta obra, que hemos estudiado en el Museo de Reproducciones de Bilbao; un museo excelente porque tiene primeras copias de muchas obras maestras de la escultura. Nos ha permitido admirar todos los detalles de la pieza, incluida la espalda (que no se ve en San Pietro in Vincoli), y aprender que los controvertidos “cuernos” que luce Moisés en su cabeza obedecen a un pequeño error de traducción. Las palabras hebreas no llevan vocales, por lo que en la traducción de la Biblia al latín ´rayos de luz´ y ´cuernos´ comparten las mismas consonantes. Al volver Moisés del monte con las tablillas de los diez mandamientos, los hijos de Israel vieron como de su rostro emanaban rayos de luz, o cuernos, según la traducción.


23. SAN GIOVANNI IN LATERANO - SAN JUAN DE LETRÁN. Es una de las primeras iglesias de Roma, fundada por Constantino alrededor de año 314 y dedicada al Salvador. Los terrenos eran propiedad imperial desde hacía mucho, ya que, habían sido expropiados por Nerón a la familia Laterani en el año 65.

Basílica de San Juan de Letrán - Roma, por El Guisante Verde Project

Sería en el siglo VII cuando el Papa Gregorio el Grande la dedicaría a San Juan Bautista. Del diseño medieval se ha conservado el claustro, del siglo XIII. Pero la modificación más notable es la que encargó el papa Inocencio X a Borromini para celebrar el Año Santo de 1650, y que transformó su interior en una iglesia barroca, manteniendo en lo posible la fidelidad al edificio original.

Basílica de San Juan de Letrán, nave principal - Roma, por El Guisante Verde Project

Sus dimensiones son impresionantes: 100 metros de longitud y 65 de anchura. La monumental fachada que nos recibe, se realizó entre 1733 y 1736 por A. Galilei. Se accede a través de un pórtico, que presenta un balcón para la bendición pontificia. De las cinco puertas, la de la izquierda, solamente se abre los años santos. Es la Puerta Santa. El aspecto actual de las cinco naves se corresponde bastante con el que les dio Borromini y, para nosotros, puede que sea la iglesia más bonita de Roma.

Basílica de San Juan de Letrán, ábside - Roma, por El Guisante Verde Project

Ya en la primera parte de este artículo hablamos de la rivalidad entre Borromini, hijo de cantero y Bernini, hijo de escultor. Los últimos años no fueron fáciles para Borromini. Luis XIV invitó a Bernini a Francia, tal era su fama, tras su participación en muchas de las obras que identificamos con Roma, era 1665. Sólo dos años más tarde Borromini se suicidó.

Basílica de San Juan de Letrán, claustro - Roma, por El Guisante Verde Project

En la fachada que da a la Plaza Giovanni Paolo II, la Logia de los Benedictinos, se encuentra el Obelisco Lateranense. Es el más antiguo de Roma y el más alto del mundo procedente del Antiguo Egipto aún en pie. En el año 357 Constantino III lo sustrajo del Templo de Amón en Tebas, donde había sido erigido por el faraón Tutmosis III. A su llegada a Roma, el obelisco se colocó en el Circo Máximo (ya sabéis, el de Ben-Hur), donde fue encontrado en 1587 y colocado en su emplazamiento actual por Sixto V, fruto de sus planes de embellecimiento de Roma.

Obelisco Lateranense - Roma, por El Guisante Verde Project

Sixto V legó a ser considerado Restaurator Urbis, ya que en su pontificado se terminó la Cúpula de San Pedro, se crearon vías para unir las principales iglesias y centros de peregrinación, se restauraron monumentos, como el acueducto de Septimio Severo o las columnas Trajana y Aureliana. A él se deben las esculturas de San Pedro y San Pablo que hoy culminan las columnas “como pilares de la fe”. En su plan de renovación no dudó en que sus arquitectos, Fontana y Bramante, usaran las ruinas romanas como cantera para sus construcciones.


24. SAN CLEMENTE. La existencia de esta iglesia ya está documentada en el siglo III. Se construyó sobre una antigua residencia romana y fue restaurada varias veces hasta su destrucción en el saqueo de 1084. Algunos años más tarde, el papa Pascual II ordenó la construcción de una nueva basílica. El edificio actual tiene una gran importancia, ya que, se trata de un ejemplo único de construcción con restos visibles de diferentes épocas: Roma clásica, paleocristiana y Alta Edad Media.

San Clemente, nave principal - Roma, por El Guisante Verde Project

La iglesia superior conserva su aspecto medieval con vestíbulo, porche y atrio; en el interior también conserva la estructura del siglo XIII, con planta basilical de tres naves separadas por siete columnas más antiguas. El cancel, del siglo XII, reutiliza algunas partes de la antigua iglesia. El ábside muestra un mosaico del siglo XII, ‘El triunfo de la cruz’. También hay que mencionar la Capella di Santa Catarina con destacados frescos del Renacimiento temprano que señalan la entrada de la pintura renacentista florentina en Roma. Son obra de Masolino da Panicale y de Masaccio.

El siguiente estrato, la iglesia inferior, es un tesoro de la pintura mural románica de los siglos IX y XI que ya muestra aquí un naturalismo que marca un punto de inflexión en el estilo, y narra diversos capítulos de la vida de San Clemente, incluido el traslado de sus reliquias a la iglesia.

En la parte más antigua, subterránea, encontramos dos edificios romanos de carácter público de la época de Domiciano (81 – 96). Asimismo, se ha excavado un Mithraeum, santuario dedicado a la divinidad hindú Mitra, un culto que ya tenía cierta importancia en la Roma del siglo III. El altar muestra al dios sacrificando un toro.

Basílica de San Clemente - Roma, por El Guisante Verde Project

La asimilación de cultos anteriores, las capas de historia que se superponen, se hacen visibles en esta visita. Hay que prestar atención al bello mosaico con corderos que decora el altar, y que volveremos a encontrar en Santa Maria de Trastevere.

Muy cerca de San Clemente, un tanto escondido, encontramos La Taverna dei Quaranta. Una trattoria de altos techos abovedados, donde respirar, alejados de las aglomeraciones, a pesar de econtrarse muy cerca de Coliseo, y en la probamos, entre otros, un plato típico de la cucina romana, tonnarelli cacio e pepe.

La Taverna dei Quaranta, cacio e pepe - Roma, por El Guisante Verde Project
La Taverna dei Quaranta, lubineta - Roma, por El Guisante Verde Project

25. SANTA MARIA IN COSMEDIN y BOCCA DELLA VERITÀ. En los antiguos terrenos de otro de los mercados de la Roma clásica, el Forum Boarium, se encuentra la Iglesia de Santa Maria in Cosmedin. Data del siglo VI y, como no, se construyó sobre los restos de otros edificios, probablemente un templo del siglo I dedicado a Hércules.

Santa Maria in Cosmedin, nave lateral - Roma, por El Guisante Verde Project

A pesar de las muchas remodelaciones que ha sufrido, hoy conserva el aspecto que tenía en el siglo XII, durante la época del Papa Calixto II, ya que, así se decidió con la restauración efectuada a finales del siglo XIX. Se muestra como un sencillo edificio de ladrillo con pórtico de dos plantas y un esbelto y alto campanario románico.

Santa Maria in Cosmedin, fachada y campanario - Roma, por El Guisante Verde Project

Dentro del pórtico se encuentra la Boca de la Verdad, un mascarón que representa a Océano. Según la leyenda medieval aquel que prestaba un juramento o hubiera sido acusado de un delito, debía introducir la mano en la boca que, en caso de mentir, se comía los dedos… Incluso los que no conocen el origen del rito no puede dejar de imitar a Audrey Hepburn en ‘Vacaciones en Roma’, y ¡cuidado con mentir!

El interior de la iglesia llama la atención por el pavimento decorado del presbiterio y por la sobriedad de las paredes, sin ornamentos. La explicación a esa ausencia de elementos decorativos es que originalmente se encontraban cubiertas por frescos. De la época de Calixto II se ha conservado la tribuna del coro, la schola cantorum, extraordinaria. También hay que destacar el baldaquino gótico del altar mayor.

Santa Maria in Cosmedin, nave principal - Roma, por El Guisante Verde Project

26. SAN PAOLO FUORI LE MURA. San Paolo, San Pablo, fuera de los muros, es decir, fuera de la zona amurallada que envolvía Roma. Es la iglesia más al sur de las 3 que quedan extramuros. Un pórtico cubierto unía la iglesia con la entrada meridional la Porta San Paolo. Primero fue una pequeña basílica ordenada construir por Constantino y con varias ampliaciones. Hasta la construcción de la nueva basílica de San Pedro se decía de ella que era la más bella de Roma, ¡y la mayor!. San Pablo es una de las 4 iglesias mayores de la capital, junto a San Pedro, San Juan de Letrán y Santa María Maggiore. Basílicas patriarcales, basílicas mayores, templos de más alto rango... ¡Cuánta competencia entre monumentos y edificaciones, para optar a ser visitada, para formar parte del recorrido elegido! Desde luego es una construcción enorme, casi toda ella reconstruida tras el devastador incendio de 1823..

San Paolo fuori le mura - Roma, por El Guisante Verde Project
San Paolo fuori le mura, nave principal - Roma, por El Guisante Verde Project
San Paolo fuori le mura, claustro - Roma, por El Guisante Verde Project
San Paolo fuori le mura, cabecera - Roma, por El Guisante Verde Project

Aunque se respetan las dimensiones y la forma de la basílica del siglo IV, actualmente es un pórtico cubierto neoclásico quien nos da la bienvenida, y los cambios no sólo están en la fachada. La nave central se ha reconstruido con 80 columnas de granito y el antiguo entramado abierto del techo es hoy un techo de estuco dorado. Las naves laterales han visto reducida la entrada de luz, al ser más bajas, reforzando la importancia de la nave central..

San Paolo fuori le mura, Candelabro Pascual - Roma, por El Guisante Verde Project

Varios de los mosaicos originales se salvaron en el incendio, como el del Arco del Triunfo, del siglo V, y otros en el ábside, y en el interior del arco, del siglo XIII. Quedan algunos restos del antiguo portal de bronce, realizados en Constantinopla en el siglo XI y el baldaquino gótico del siglo XIII, de Arnolfo di Cambio. Maestros del cosmati trabajaron en el precioso claustro y en el gigante Candelabro Pascual. Es difícil no comparar las retorcidas columnas con las de San Juan de Letrán. El claustro de San Pablo, San Paolo, del siglo XIII, con sus columnas incrustadas de mosaicos y mármol policromado es obra de la familia Vassalletti. Perderse un rato entre estas columnatas de múltiples formas hace que merezca la pena alejarse del centro para esta visita. .

San Paolo fuori le mura, columnas del claustro - Roma, por El Guisante Verde Project

27. TRASTEVERE. ¿Cómo es que en nuestra primera visita a Roma no nos acercamos al Trastevere? ¿Expectativas demasiado altas? Son muchos los visitantes que llegan al Trastevere en busca de la Roma auténtica, de callejones, famosas trattorias y buen ambiente. .

Trastevere - Roma, por El Guisante Verde Project

Su nombre viene de su situación “trans Tiber”, al otro lado del río Tiber. Importantes basílicas nos recuerdan que aquí se asentaron los primeros cristianos. Ha sido siempre un imán para los recién llegados, como los judíos, el barrio llegó a contar con más de 10 sinagogas. El Trastevere es a Roma como Brooklyn a Manhattan, el barrio cercano que, por ser más barato era el preferido para los inmigrantes, aunque como en todas las grandes urbes los precios ya no son lo que eran. ¿Es el Trastevere el último refugio de la “auténtica Roma”?.

Santa Maria in Trastevere - Roma, por El Guisante Verde Project

Hay muchos motivos para visitar el Trastevere: subir al Gianicolo y contemplar la abigarrada vista de la ciudad, acercarnos a la Isla Tiberina, disfrutar del aperitivo y un rato de “dolce vita”, probar las especialidades más sencillas y sabrosas de la gastronomía romana en una de sus trattorias, o discutir sobre si la pizza roja o la blanca son las mejores. Tuvimos ocasión de participar en el debate inmersos en el ambiente, a veces caótico, de patio de vecinos que se respira dentro de un clásico del barrio: Ivo a Trastevere. 60 años han pasado ya desde que Ivo Stefanelli abrió su local en el corazón del Trastevere y los romanos siguen siendo fieles a su cita.

Ivo a Trastevere, pizza - Roma, por El Guisante Verde Project

En nuestro caso, la experiencia estuvo completa porque nos citamos allí con el premiado escritor cántabro Juan Gómez Bárcena, que además de contarnos su experiencia en la Academia de España en Roma nos dio algunas pistas para disfrutar aún más de nuestra estancia en la città eterna. Deambular por las calles del Trastevere te premia con rincones y locales que te dejan con buen sabor de boca. Entre ellos se encuentra el bullicioso, típicamente romano, Le Mani in Pasta. Probablemente, la mejor comida que hicimos en Roma, y si vosotros también queréis disfrutarla no os olvidéis de reservar...

Le Mani in Pasta, Filetto alla Rossini - Roma, por El Guisante Verde Project

El Trastevere es, sin duda, una de nuestras paradas estrella en la ciudad. Tiene, para nosotros, el aliciente añadido de ver otra de las piezas de Bernini, la Beata Ludovica en San Francesco a Ripa, ya os hemos contado que la Santa Teresa, de Santa María de la Vittoria, no era la única mística de este viaje, y también volvemos a encontrar ese bello mosaico de corderos en el ábside de Santa Maria in Trastevere.

Beata Ludovica, de Bernini - Roma, por El Guisante Verde Project

El campanil románico de la iglesia de Santa Maria in Trastevere nos indica que estamos en el corazón de este famoso barrio. Las diez mujeres que acompañan a María en el friso de mosaicos de la fachada medieval del siglo XII portan lámparas encendidas, un símbolo de virginidad. El pórtico y la balaustrada con unos enérgicos santos es obra de Carlos Fontana en 1702. La fuente de la plaza nos recuerda la leyenda, como brotó aquí una fuente de aceite que anunciaba la venida del Salvador. Encontramos en su interior tres naves separadas por columnas jónicas, y el arquitrabe y entablamento sobre ellas provienen del saqueo de obras antiguas.

Santa Maria in Trastevere, nave principal - Roma, por El Guisante Verde Project

Son los mosaicos del ábside los que dan la fama a esta iglesia, la más antigua de Roma dedicada a María. En el trono celeste y por primera vez en el arte cristiano, María es representada con corona y ropaje de reina, la Coronación de la Virgen sería en adelante un motivo habitual en la iconografía. El friso de los corderos, que nos recuerda al de San Clemente, es la forma de contarnos como el pueblo, los corderos, camina hacia el Cordero de Dios que ocupa el centro..

Santa Maria in Trastevere, mosaico ábside - Roma, por El Guisante Verde Project

28. MUSEOS VATICANOS. Hace falta un artículo, o varios, para hacer justicia a los Museos Vaticanos ¿Contiene una de las mejores colecciones de arte del mundo, o el hecho de ser uno de los museos más visitados ha convertido estas piezas en las más buscadas? Miles de visitantes sucumben ante este atracón de arte de casi 7 kilómetros de recorrido.

Cortile della Piña, Museos Vaticanos - Roma, por El Guisante Verde Project

Hay que elegir entre los más de 20 museos que componen la colección. Destinar un día (en realidad varios), sin prisas, es necesario para no atragantarse con los Museos Vaticanos; seleccionar, revisar que es lo que más nos interesa, relacionar, disfrutar y descubrir.

En nuestra selección nos quedamos con el Museo Pío Clementino, El Salón de los Mapas, la bella escalera de doble hélice (obra de Giuseppe Momo), el Cortile della Pigna (la gigantesca piña romana de bronce), el Apartamento Borgia, las estancias de Rafael, y, por supuesto, la Capilla Sixtina.

Museos Vaticanos, Laoconte - Roma, por El Guisante Verde Project

¿Somos capaces de identificar si una pieza es de la Roma clásica o del Renacimiento? En el Patio Ortigonale o Patio de las Estatuas del Museo Pío Clementino encontramos a Laoconte y sus hijos, o el Apolo del Belvedere, copias romanas de originales griegos, que pueden ayudarnos a entender porque desenterrar estas piezas inspiró y provocó a los escultores renacentistas. Sin movernos del patio, podemos compararlas con su evolución barroca, Perseo Triunfante, obra de Cánova, sujetando la cabeza de la Medusa.

Museos Vaticanos, Perseo de Canova - Roma, por El Guisante Verde Project

Las estancias de Rafael nos hacen preguntarnos, ¿era mejor pintor que Miguel Ángel? Os proponemos encontrar a los dos artistas, que trabajaban a la vez para Julio II en el Vaticano, en el famoso Escuela de Atenas. Rafael en el papel de Apeles, a la derecha, casi al final del arco, y Miguel Ángel como Heráclito, casi en el centro de la composición, sólo y pensativo. ¿Había visto ya Rafael la Capilla Sixtina?

Museos Vaticanos, Escuela de Atenas, de Rafael - Roma, por El Guisante Verde Project

Pontífices, artistas, luchas de poder. En la planta situada debajo de las estancias de Rafael, y decoradas para el papa valenciano Alejandro VI, se encuentra el Apartamento Borgia, en el que su hija Lucrecia Borgia es retratada como Catalina de Siena entre azules y dorados por Pinturiccio. Otra mujer maltratada por la historia y la leyenda.

Museos Vaticanos, Apartamento Borgia - Roma, por El Guisante Verde Project

Llegamos, al fin, a la sala del cónclave, y hay que tener en cuenta lo limitado del tiempo en la Capilla Sixtina. ¿Dónde fijamos la mirada? La Creación de Adán en el centro de la bóveda o el Juicio Final en la pared del altar. A lo largo de la bóveda esperan Adán y Eva, el Diluvio, Noé embriagado y otras escenas del Antiguo Testamento o las musculosas Sibilas, Profetas y los milagros descritos en laterales, ángulos y pechinas. Cuesta dejar de mirar solo hacia arriba, pero nos perderemos a Botticelli, Ghirlandaio o Perugino, que piden su turno en las paredes laterales. Si alguna vez os habéis preguntado ¿dónde están las llaves que se entregaron a San Pedro?, tendréis que dejar de mirar al techo y buscar el perfecto trabajo de perspectiva que Perugino nos regala antes de abandonar la Capilla Sixtina: La entrega de las llaves a San Pedro.

¿No será que la fumata blanca tarda tanto en aparecer porque los allí reunidos aprovechan que tienen la sala para ellos solos?

¿Fue Roma y el papado quien convirtió a Miguel Ángel en un artista famoso, o la fama de Miguel Ángel la que proyecto al papado y al Vaticano?

Museos Vaticanos, Sala Redonda - Roma, por El Guisante Verde Project

Más información en https://www.museivaticani.va/content/museivaticani/es.html


29. BASILICA y PLAZA DE SAN PEDRO. San Pedro no es una iglesia más de Roma, es la carta de presentación del Vaticano. Una escenografía barroca para arropar la obra renacentista. Bernini nos recibe con su columnata, la basílica sigue el diseño de Bramante y la cúpula que la remata es de Miguel Ángel. Tras más de cien años de trabajos, la basílica es consagrada en 1626, y desde entonces son muchas las intervenciones, limpiezas, restauraciones, añadir un ascensor para ascender a la cúpula… La basílica se levanta en el lugar de la crucifixión de San Pedro, sobre el que se construyó una iglesia en el siglo IV. Siempre una capa, y otra capa, y otra capa.

San Pedro - Roma, por El Guisante Verde Project

Roma nos engaña haciéndonos comparar obras y artistas que no coinciden en el tiempo. Bernini diseña y esculpe la tumba del apóstol y el archiconocido baldaquino. La Pietá de Miguel Ángel, obra temprana, de 1498, le roba el protagonismo con su sobriedad, y nos espera en una capilla lateral. Miguel Ángel siempre decía que él era por encima de todo escultor, aunque los caprichos papales le llevasen de un lado a otro y le hipotecasen durante años en la Capilla Sixtina. Tanto Bernini como Miguel Ángel trabajan de forma magistral el mármol, en sus manos parece arcilla. Son artistas polimatas, arquitectos, escultores, pintores, urbanistas, quieren diseñar, controlar, exponer su visión del mundo. Sus creaciones nos interpelan, nos hablan.

San Pedro, baldaquino - Roma, por El Guisante Verde Project

Cada visita a la Plaza de San Pedro y su basílica es diferente: en Navidad con el enorme árbol y el Belén, o desde lo alto de la Cúpula de Miguel Ángel, después de admirar la habilidad técnica de su doble entramado. ¿Cómo el mismo hombre tenía la concentración con la piedra y el cincel para modelar los delicados rasgos de María en la Piedad y a la vez la visión espacial, la capacidad de crear soluciones y diseños como los de la Cúpula?

San Pedro, nave principal - Roma, por El Guisante Verde Project

Mirar la iglesia pisando sus mosaicos y comprobando las dimensiones del resto de iglesias de la cristiandad nos hace sentir hormigas, el tamaño nos aplasta. Mirar desde lo alto, nos habla del poder del Vaticano, de las actuales medidas de seguridad para acceder a la plaza, de cómo el papa verá a las multitudes en sus audiencias. ¿Qué pensarán esas esculturas de la fachada al ver las enormes colas de fieles y turistas agolparse ante ellas?

Plaza y Columnata de San Pedro - Roma, por El Guisante Verde Project

¿Es más bella San Pedro que San Juan de Letrán, que albergaba a los papas antes del Vaticano?


30. CASTEL SANT'ANGELO. El Castel Sant´Angelo es una metáfora de la historia de Roma, se eleva sobre el antiguo Mausoleo de Adriano, del siglo II, una de las maravillas de la antigua caput mundi, que si hacemos caso a las descripciones, rivalizaba con el Coliseo.

Se convirtió en la tumba de los emperadores hasta Caracalla, (es imposible no reconocer la cara de este y otros emperadores una vez se ha visto alguno de los excelentes retratos en piedra que les representan).

El Castel Sant'Angelo pasó a formar parte de la defensa de Roma, fortificado y unido a las murallas para evitar las invasiones bárbaras en el siglo V. El Castillo es construido en el siglo X y fue unido al Vaticano con un corredor en 1277. Desde entonces se convirtió en lugar de refugio para los papas cada vez que Roma era asaltada. La familia Borgia se escondió aquí cuando el rey francés Carlos VIII entró en la ciudad. El matrimonio de su hija Lucrecia con Giovanni Sforza, que el mismo papa había concertado, es anulado por el pontífice, al considerar que la familia Sforza, de Milán, estaba del lado de Francia.

Castel Sant'Angelo - Roma, por El Guisante Verde Project

Verdi eligió el Castel Sant' Angelo para el suicidio de Tosca, la protagonista de su ópera, en la que un pintor y un dictador compiten por el amor de la heroína. Cavaradossi, el artista, el parecido con Caravaggio deja pocas dudas y el malvado Scarpia ¿a quién nos recuerda?, de nuevo la lucha entre el arte y el poder.

El puente por el que accedemos al Castillo es uno de los más antiguos del Tiber, construido por Adriano para el acceso a su Mausoleo en 134. a.C., y claro, ¿quién firma las balaustradas y las esculturas? Nuestro famoso Bernini. De nuevo la Roma Imperial da el testigo la fastuosa Roma que se engalana en la Contrarreforma para erigirse en el centro de la cristiandad.

De nuevo cruzamos el Ponte Sant'Angelo, esta vez para despedirnos de Roma en otro de sus clásicos fogones. Apenas diez minutos nos separan de una de las esquinas de Piazza Navonna, donde se encuentra la diminuta Piazza del Pasquino (recordad, la más famosa de las estatuas "parlantes" de la ciudad). Allí nos adentramos, sin importarnos lo más mínimo, en un callejón sin salida, que es lo que significa Cul-de-Sac. En 1900 era un vini e oli, de los de mostrador de mármol, y en 1977 inauguró su aspecto actual. El comedor, largo y estrecho, con bancos de madera flanqueados por estantes repletos de botellas y redes de pesca que las impedirían caer sobre los comensales. Recuerda a los viejos vagones de tren, como aquel Accelerato que nos llevó, a "velocidad de vértigo", de Roma hasta Florencia en nuestro primer viaje.

Cul de Sac Enoteca - Roma, por El Guisante Verde Project

Como todos los locales que significan algo en Roma, el ambiente de esta enoteca es bullicioso, colorido, y puede que tengáis que esperar si no tenéis reserva, pero no se nos ocurre mejor opción para decir arrivederci a la Ciudad Eterna. La comida es sabrosa, original, bien presentada, a menudo sorprendente. Mención aparte, la inmensa, espectacular carta de vinos, que pone 1500 referencias diarias a disposición de los hambrientos, y sedientos, que se dejan caer por aquí.

Cul de Sac Enoteca, pastissada con polenta - Roma, por El Guisante Verde Project

Roma, una historia de competición y colaboración entre grandes artistas. Artistas que, a pesar de los caprichos de gobernantes, poderosas familias, la iglesia y el papado, fueron capaces de crear lenguajes que han llegado hasta nosotros. La enorme cantidad de historias que cuentan sus obras hacen que nuestras visitas a Roma sean siempre un preludio de la próxima.

Roma no se agota. Habría que hablar del Templo de Adriano (antiguo edificio de la Bolsa), y su preciosa columnata por donde paseábamos a menudo por las noches; el Teatro de Marcello, las Termas de Caracalla, las Catacumbas, la Domus Aurea, el Circo Máximo, la Vía Appia...

La necesidad de dejar un legado, la de proyectarse hacia el futuro, de alcanzar la gloria, llevaba a los emperadores a construir mausoleos, templos, basílicas, mercados, foros, y los que fueron llegando después querían también apropiarse de esa herencia, sustituían nombres, mitos, leyendas, lugares. Hoy conviven en Roma y nos invitan a recordarlos. Mira bien las piedras que pisas, esconden Historia.

Cordonata, Capitolio - Roma, por El Guisante Verde Project

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