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enero 14, 2024

Las Tumbas Saadíes en Marrakech. Visitando el Mausoleo de al-Mansur

Mausoleo de al-Mansur, Sala de las Doce Columnas - Marrakech, por El Guisante Verde Project

Las Tumbas Saadíes, con la famosa Cámara de las Doce Columnas, la tumba de Ahmad al-Mansur, como elemento más atractivo de esta necrópolis real, son el mejor ejemplo de la arquitectura marroquí del período Saadí. Se encuentran junto a la Mezquita de la Kasbah y, actualmente, son uno de los lugares más visitados de Marrakech, la ciudad roja.

Vamos a caminar por la Kasbah, uno de los barrios de la Medina, donde nos esperan muchos de los lugares más interesantes de la ciudad: la Mezquita, el Palacio Badi, el Palacio de la Bahía, Dar Si Said o los callejones del mellah, el antiguo barrio judío. También aquí se levanta el mausoleo de la dinastía Saadí, las Tumbas Saadíes, y, un poco más apartado, el café Clock, donde, si tenemos suerte, tomaremos contacto con la cultura bereber.

Café Clock, silla cuenta-cuentos bereber - Marrakech, por El Guisante Verde Project

La necrópolis de las Tumbas Saadíes es, en realidad, un jardín-cementerio, amurallado en parte por el muro de la qibla (el que marca la dirección de la oración), de la Mezquita de la Kasbah. En su interior veremos dos construcciones principales rodeadas de jardines por donde se reparten tumbas decoradas con azulejos de colores. Aunque la mayor parte de lo que podemos contemplar en la actualidad pertenece al período Saadí, existen algunas lagunas, también en cuanto a los personajes enterrados entre sus muros. Las bellas decoraciones en madera y mármol, los arabescos, azulejos, mocárabes y caligrafía son suficiente motivo para dedicarles una visita atenta y pausada.

Tumbas Saadies, decoración azulejo y caligrafía - Marrakech, por El Guisante Verde Project
Tumbas Saadies, decoración madera - Marrakech, por El Guisante Verde Project
Tumbas Saadies, decoración mocárabes - Marrakech, por El Guisante Verde Project
Tumbas Saadies, decoración estuco - Marrakech, por El Guisante Verde Project

Los orígenes del conjunto de tumbas no son bien conocidos. Hay que remontarse a finales del siglo XII, época almohade, aunque ninguna figura importante de esta dinastía se encuentra aquí enterrada. En el siglo XIV, sin embargo, la necrópolis sí acogió, aunque de forma temporal, a un ilustre personaje: el sultán Abu al-Hasan. El monarca falleció cerca de Marrakech y debido a la premura con que la tradición islámica obliga a realizar el entierro, su cuerpo se depositó en la ciudad, hasta su traslado definitivo cerca de Rabat. Una lápida en la Cámara de los Tres Nichos, recuerda ese enterramiento.

Mezquita de la Kasbah - Marrakech, por El Guisante Verde Project

De las dos estructuras que componen el conjunto, la primera en construirse, rodeada de jardines, fue la que limita con la mezquita de la Kasbah. Es el hoy día conocido como qubba (mausoleo con cúpula) de Lalla Mas’uda. El elemento principal es una cámara central cuadrada, la parte más antigua de la necrópolis y, a pesar de que se la conoce como la Cámara de Lalla Mas’uda, acoger los restos de esta esposa del sultán no fue su propósito inicial.

Tumbas Saadies, Camara Lalla Mas'uda (ext) - Marrakech, por El Guisante Verde Project

Se construyó por orden de Abdallah al Ghalib, que gobernó entre 1557 y 1574, como lugar de reposo de su padre, Muhammad al-Shaykh. Las dimensiones de la cámara son modestas, un cuadrado de 4 metros de largo, y está cubierta por una bóveda de mocárabes cuyo estucado conserva parte de la policromía, destacando el azul y el oro. Las paredes superiores también están cubiertas de por decoración en estuco de motivos arabescos y geométricos, mientras que la parte inferior se cubre con mosaicos de azulejos, zelljj, que forman motivos geométricos de estrellas.

Tumbas Saadies, Cámara de Lalla Mas'uda desde la logia este - Marrakech, por El Guisante Verde Project

Ambas partes, superior e inferior, se encuentran separadas por bandas con inscripciones. Un nicho cubierto por dosel de mocárabes alberga la tumba de Lalla Mas’uda, además de un panel de mármol blanco tallado con una dedicatoria a la difunta. Es el mejor de los conservados en la necrópolis.

Tumbas Saadíes, Tumba de Lalla Mas'uda - Marrakech, por El Guisante Verde Project

Bajo el reinado de Ahmad al-Mansur, hijo también de Muhammad al-Shaykh, los trabajos en la necrópolis recibieron un impulso decisivo. Al-Mansur fue el sultán más poderoso de la dinastía saadí. Cuando su madre, Lalla Mas’uda, falleció, 1591, al-Mansur decidió enterrarla en la misma cámara donde reposaba su padre, y la convirtió en la protagonista de ese espacio.

Para ello, modificó la decoración, añadió dos pequeñas salas rectangulares abiertas a los jardines y otra, la Gran Cámara, mucho mayor, puede que pensando en sí mismo para ocuparla como última morada.

Tumbas Saadies, Gran Cámara - Marrakech, por El Guisante Verde Project

La Cámara de Lalla Masu'da esta conectada con la Gran Cámara, un espacio rectangular de 10 por 6 metros, a través de una puerta rematada por un arco con mocárabes en el intradós y flanqueado por varias tallas. Las paredes inferiores están cubiertas de azulejos que presentan estrellas de 16 lados, mientras que el techo muestra una estructura de madera con decoración geométrica, llamado berchla.

Muy llamativas son las logias profusamente decoradas, con motivos florales, geométricos y caligrafía, que comunican las dos pequeñas cámaras rectangulares del mausoleo con el exterior. Ambas logias tienen tres arcos. El central, mucho más alto, está rematado por un dosel de madera de cedro. Nos preguntamos si, de entender la caligrafía, la experiencia de observar estas bellas decoraciones cambiaría. Sin la interferencia de las palabras, la armonía del conjunto es patente.

Tumbas Saadies - Logia - Marrakech, por El Guisante Verde Project
Tumbas Saadies, Logia, techumbre - Marrakech, por El Guisante Verde Project
Tumbas Saadies, decoración logia - Marrakech, por El Guisante Verde Project

Sin embargo, mientras se realizaban los trabajos en el primer mausoleo y sin que se sepa con exactitud el momento, entre 1591 y 1598, el sultán se embarcó en la construcción de un nuevo edificio, su propio mausoleo. El espacio se dividió en tres cámaras: la Cámara del Mihrab, la Cámara de las Doce Columnas y la Cámara de los Tres Nichos.

Tumbas Saadíes, Cámara del Mihrab - Marrakech, por El Guisante Verde Project

La Cámara del Mihrab se planificó como sala de oración, por lo que se la doto de un mihrab. ¿Mihrab o Minbar? Para identificar el mihrab en estos lugares nosotros buscamos una hornacina que indica a los fieles hacia donde rezar. Un pequeño truco es, aprovechando la similitud de los sonidos, recordar que la hornacina señala hacia donde debes “mihrar”, mientras que el minbar es el púlpito elevado desde dónde el Imán dirige el oficio; como casi siempre están juntos es fácil confundir los nombres de uno y otro. En este caso el mihrab presenta un arco de herradura con elegante decoración y una cúpula de mocárabes en su interior, aunque, al parecer debido a la muerte del sultán, Ahmad al-Mansur, los trabajos decorativos del interior no se completaron.

Tumbas Saadíes, Cámara del Mihrab, techumbre - Marrakech, por El Guisante Verde Project

Alrededor de la base del mihrab se alzan 8 columnas de mármol veteado. La sala está marcada por cuatro columnas que sostienen arcos, dividiendo el espacio superior en 9 partes rectangulares, cada una con su propio techo de madera decorado con estrellas. El espacio justo frente al mihrab, la techumbre se cubre con una bóveda piramidal con mocárabes. Desde esta cámara se accede al espacio central del mausoleo, la Cámara de las Doce Columnas, a través de un arco con mocárabes.

Tumbas Saadies, Cámara Doce Columnas (arco mocárabes) - Marrakech, por El Guisante Verde Project

Cámara de las Doce Columnas (Mausoleo de Ahmad al-Mansur). Es el lugar más llamativo del complejo. El mausoleo del sultán Al-Mansur, presenta influencias tanto de otros mausoleos de dinastías anteriores, tanto merínies, Marruecos, como nazaríes, Al-Andalus. Nos encontramos ante un espacio cuadrado de 10 por 10 metros, con una altura de 12 metros, en el que las 12 columnas, de mármol de Carrara, y dispuestas simétricamente en grupos de tres, forman un cuadrado algo más pequeño.

Los capiteles de las columnas están decorados con motivos vegetales o arabescos, y cada grupo de columnas sostiene dos arcos de mocárabes, también realizados en mármol, lo que es excepcional. Entre cada grupo de columnas podemos ver otros arcos de mocárabes, más anchos, y tallados en estuco.

Tumbas Saadies, Cámara Doce Columnas, techo de madera - Marrakech, por El Guisante Verde Project

Otro elemento distintivo son los techos de madera. Se observa un gran techo central, en forma de cúpula cuadrada cubierta de estrellas levantada sobre una zona de mocárabes también realizados en madera y dos bandas con decoración de arabescos y caligrafía. Rodeando el espacio central, ocho techos más pequeños, de forma rectangular y cuadrada. Los rectangulares, planos, y decorados con motivos geométricos y pequeñas cúpulas de mocárabes. Los cuadrados son cúpulas de mocárabes. Todos los techos están pintados en rojo y dorado principalmente.

Las paredes se encuentran decoradas a dos niveles: la parte superior con estuco tallado y la inferior con azulejos.

Los enterramientos se iniciaron en 1598, con una de las esposas de al-Mansur, Mahalla bint Omar al-Marin. En 1603, en el centro de la Cámara de las Doce Columnas, fue enterrado el sultán, seguido años más tarde por los cuatro miembros más importantes de su familia. Las lápidas de sus tumbas consisten en un bloque alargado de mármol de Carrara, tallado arabescos y epitafios. Son del tipo llamado mqabriya, forman, por su inusual tamaño y su rica ornamentación el elemento decorativo más importante del conjunto.

La Cámara de los Tres Nichos, es un espacio adicional que acoge diversas tumbas. A ella se accede desde la Cámara de las Doce Columnas a través de dos aberturas en uno de los muros de ésta última. Es la más sencilla de las tres, aunque sus paredes tienen algunas de las mejores tallas de estuco del conjunto. No se puede acceder, por lo que la visión es muy limitada.

Tumbas Saadies, Cámara de las Doce Columnas y Cámara de los Tres Nichos - Marrakech, por El Guisante Verde Project

El sultán alauí Moulay Isma’il, 1672 – 1727, saqueó los palacios saadíes y aisló la necrópolis de los edificios que la rodeaban. Por todo el recinto se pueden ver tumbas y lápidas de la dinastía alauí. La Cámara del Mihrab, se convirtió en mausoleo alauí hasta finales del XVIII, aunque también en la Gran Cámara se encuentran tumbas de la familia alauí.

Tumbas Saadies, edificios de los jardines - Marrakech, por El Guisante Verde Project
Tumbas Saadies, Arco (detalle) - Marrakech, por El Guisante Verde Project
Tumbas Saadies, lápida (detalle) - Marrakech, por El Guisante Verde Project

El aislamiento y la falta de uso, sumió en el abandono y casi en el olvido el mausoleo de los Saadís. En 1917, el Servicio de Bellas Artes, Antigüedades y Monumentos Históricos, creado bajo el protectorado francés de Marruecos, sacó a la luz los viejos edificios. Su estado era ruinoso y se necesitó un minucioso trabajo de restauración y recreación hasta su apertura al público. Las paredes rojizas del conjunto y los gatos tumbados al sol son un perfecto camuflaje del tesoro que esconden. Caminar y perdernos por la Kasbah es uno de los mejores placeres que nos ha regalado Marrakech.

Caminando por las calles de la Kasbah - Marrakech, por El Guisante Verde Project

diciembre 29, 2023

El Guisante Verde Project, 16 Años Dando la Lata

Karl Johans - Oslo, por El Guisante Verde Project

¡16 Años Dando la Lata! Un aniversario para echar la vista atrás y asombrarnos del camino recorrido. ¡Paparruchas! Cada año, a finales de diciembre, retomamos el contacto con el famoso Humbug! de nuestro viejo amigo, el avaro, codicioso, duro como el pedernal, rebosante de espíritu navideño, señor Scrooge. Recordamos vivamente los instantes previos a recibir la visita de su antiguo socio, Marley, que le previene acerca de un futuro sombrío y la promesa de una condena para toda la eternidad, a no ser que cambie su actitud ante la vida y sus semejantes. ¡Paparruchas!

Si pudiese hacer mi voluntad -continuó Scrooge, indignado-, a cada imbécil que me viniera con el "Feliz Navidad" en los labios, lo cocería en su propio jugo y lo enterraría con una estaca de acebo clavada en el corazón. ¡Claro que lo haría!

¡Felices Pascuas, Bob!, -dijo Scrooge con una sinceridad que no dejaba lugar a dudas y dándole palmadas en la espalda-. ¡Felices Pascuas, Bob, mi buen compañero!¡Las más felices que he podido desearle en muchos años!

Entre ambos párrafos de este villancico espectral que es "Canción de Navidad", Charles Dickens nos cuenta una historia que, a pesar de estar escrita en 1843 aun puede enseñarnos muchas cosas, siempre que estemos dispuestos a aprender.

En fin. Un año más está a punto de terminar, también para esta bitácora viajera que hace ya algunas semanas cumplió 16 años; 16 años dando la lata, que son unos cuantos y un número inimaginable cuando publicamos nuestro primer artículo, el 22 de noviembre de 2007.

Catedral de Sigüenza, por El Guisante Verde Project

2023 se va. Estos últimos doce meses han sido un poco convulsos para nosotros, así que hemos viajado menos (o tal vez es sólo nuestra percepción) y lo hemos hecho más cerca de casa. También hemos reducido el ritmo de publicaciones, y aun quedan muchas cosas en el tintero, como nuestra visita a Sigüenza, incluída en la lista de los Mejores Pueblos Turísticos 2023, con el aliciente de haber visitado desde allí el Barranco del Río Dulce, donde Félix Rodriguez de la Fuente grabó buena parte de "El Hombre y la Tierra".

Barranco del Río Dulce, por El Guisante Verde Project

El caso es el año arrancó bien. A primeros de febrero disfrutamos de los magníficos paisajes nevados de las estaciones de esquí de Arette-La Pierre St.Martin y Gourette, el corazón de los Pirineos Bearneses. Allí pudimos probar raquetas de nieve, fat bike, alojarnos en un hotel muy especial, engordar con la raclette y vivir la vida de un pisanieves, antes de la apertura de las pistas.




Pocos días más tarde volvimos a viajar, ya es casi una tradición, al invierno de Noruega. Nos encanta pasear sobre los lagos congelados, aunque en esta ocasión lo hemos superado. La sensación de caminar sobre el mar, bien adentro, en el fiordo de Oslo, contemplando atónitos la espuma congelada, es una mezcla genial de incredulidad y riesgo.  Encender un fuego y montar un pícnic en una pequeña isla en medio de un lago, o charlar con los noruegos mientras perforan el hielo para, con suerte, pescar la merienda, han sido grandes momentos de este viaje. Volvimos a disfrutar del espectacular Marka, los bosques que rodean Oslo, y lo hicimos acompañados por nuestro "sobrino" peludo, Bruno.



Nos hemos adentrado en el interior del que es, probablemente, el edificio más controvertido de Oslo en las últimas décadas: el nuevo Museo Munch, todo un homenaje al artista noruego que se levanta junto al agua en el barrio de Bjørvika. El edificio no deja indiferente a nadie y su interior, en nuestra opinión, merece una atenta visita. 

Museo Munch, Oslo, por El Guisante Verde Project

En el centro, junto a Aker Brygge, encontramos un gran cubo de piedra gris, la nueva sede de la Galería Nacional. Un museo fácil de visitar, bien organizado, con espacios bien pensados para la obra que se expone. Una visita obligada para nosotros, aunque nos resulte extraño, en ocasiones, el criterio de adquisición...

Galería Nacional, Oslo - por El Guisante Verde Project

Por supuesto, también hemos vuelto por algunos otros de los must de la capital nórdica, como siempre, rodeados de nieve y con el cielo azul. Algo ya habitual en nuestras invernales, aunque haya un par días en los que la cosa cambia...


Maribel bajo la nevada en Oslo, por El Guisante Verde Project

El resto de 2023 ha sido tranquilo, recorriendo sobre todo espacios naturales por los cuatro puntos cardinales de Euskadi, aunque también nos hemos movido por los de comunidades cercanas. Hemos caminado por senderos de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai y por el Parque Natural de Armañon, que acoge las muy singulares cuevas de Pozalagua. Ascendimos a la Ermita de San Tirso, con una magnífica panorámica, a través de un precioso sendero que parte de Andra Mari de Okon, en Bernedo y recorrimos la Ruta del Agua de Berganzo


Parque Natural de Armañon, por El Guisante Verde Project
Ruta del Agua de Berganzo, por El Guisante Verde Project
Ruta a San Tirso, Ocón, por El Guisante Verde Project
Urdaibai, por El Guisante Verde Project

Parque Natural de Izki, por El Guisante Verde Project

Ver: Parque Natural de Izki, rutas por la Montaña Alavesa

Especial mención tenemos que hacer del que se ha convertido en nuestro espacio natural preferido, el Parque Natural de Izki, por el que hemos caminado en varias ocasiones durante este último año y del que no nos cansamos. Muy cerca, en la Sierra de Entzia hemos disfrutado buscando las caprichosas formas que rocas y árboles crean en los Laberintos del Arno y de Katarri. 

Laberinto del Arno, por El Guisante Verde Project

Volvimos a Jaizkibel, que esconde algunos de los lugares más bellos de nuestra geografía. Decimos esconde porque realmente es así; la visita requiere esfuerzo, tener en cuenta el fujo de las mareas y un mínimo de orientación. Aun así, contemplar lugares como Labetxu - El Valle de los Colores, compensa cualquier dificultad que aparezca.


Labetxu, el Valle de los Colores, por El Guisante Verde Project

Ver: Labetxu, el Valle de los Colores, la maravilla geológica de Jaizkibel.

También en Gipuzkoa, en los límites del Parque Natural Aizkorri - Aratz, muy cerca de Oñati, subimos hasta el mirador de Orkatzategi, uno de los balcones más bonitos de Euskadi. Durante la ruta, además, pasaréis por el impresionante Aitzulo, una gigantesca ventana en la roca con unas vistas no aptas para quienes sufran de vértigo.


Mirador de Orkatzategi, por El Guisante Verde Project

Ver: Ruta al Mirador de Orkatzategi en Oñati, la Euskadi más espectacular.


Últimamente nos estamos acercando al mundo de la fotografía de aves y de la astro fotografía. Ambos apasionantes y, hay que reconocerlo, a menudo frustrantes. Este año, en lo que a pájaros se refiere, hemos vuelto a las Marismas de Santoña y Joyel, otra forma de visitar una zona que conocemos bien, y nos encanta. Además, para variar, se dio bastante bien...

Marismas de Santoña, por El Guisante Verde Project

También en Cantabria y después de muchos años, hemos vuelto a Santillana del Mar, con una mezcla de sensaciones. El pueblo está cuidadísimo, muy agradable de visitar (fuera de temporada y de los fines de semana), aunque nos ha parecido que hay un exceso de comercio exclusivamente orientado al turismo que le hace perder autenticidad. Un mal de nuestro tiempo y que afecta a cualquier espacio que se convierta en atractivo para el visitante. Pero todo se nos olvida al volver a la famosa Colegiata de Santa Juliana, un espacio que nos recuerda por qué nos gusta tanto el románico. Quedarnos de charla con el encargado de la Colegiata es uno de los placeres que atesoramos de esta última visita. La novela de Maria Oruña, primera de la serie "Puerto Escondido", ha sido nuestra guía acompañante por tierras cantabras, para descubrir lugares como la playa y ermita de Santa Justa.

Colegiata de Santa Juliana - Santillana del Mar, por El Guisante Verde Project

Este 2023 también nos ha dado una gran lección sobre tenacidad, el valor de esfuerzo y el amor por la tierra. Territorio Artlanza, un pueblo que en realidad es, como le gusta decir a su autor, Félix Yañez, la mayor escultura del mundo. Un proyecto vivo, en constante desarrollo durante los últimos 15 años y que traerá recuerdos de la infancia a muchos de quienes lo visiten en Quintanilla del Agua, Burgos.

Territorio Artlanza, por El Guisante Verde Project

Ver: Territorio Artlanza, la escultura más grande del mundo está en Burgos.

En 2023 nos hemos enamorado de la Montaña Palentina. Sendas escarpadas, parajes solitarios, unas montañas bellísimas que nos han permitido observar en libertad ciervos, jabalíes, zorros, osos y lobos, aunque no daremos pistas sobre su ubicación exacta. Los madrugones han sido apoteósicos, sí, pero la recompensa es enorme. Volveremos, sin duda.

Montaña Palentina, por El Guisante Verde Project

Poco hemos caminado por las calles de Madrid, a pesar de haberla visitado en varias ocasiones durante este 2023. Hemos preferido los caminos de la Sierra, pequeños pueblos, bosques intrincados, caminos solitarios y que nos han llevado hasta dos lugares muy conocidos, aunque no por ello, menos sorprendentes: las inmensas instalaciones de la NASA en Robledo de Chavela que inmediatamente nos trasladan a Encuentros en la Tercera Fase, y el atardecer sobre el Pantano de San Juan, con su club náutico montañes.

Antenas de la NASA - Robledo de Chavela, por El Guisante Verde Project
Pantano de San Juan, por El Guisante Verde Project

La protagonista del último tercio del año ha sido la provincia de Soria. Por unos días decidimos escapar del mundanal ruido y nos alojamos en la recientemente remodelada Hospedería del Monasterio de la Vid, en la provincia de Burgos. La visita del recinto eclesiástico os asombrará, desde la iglesia a la biblioteca. La hospedería, muy recomendable su restaurante, nos sirvió de base de operaciones para acercarnos al Burgo de Osma, Berlanga, San Budelio, el Cañón del Río Lobos ...

Monasterio de La Vid, por El Guisante Verde Project
El Burgo de Osma, por El Guisante Verde Project
Cañón del Rio Lobos, por El Guisante Verde Project
Monasterio de San Juan de Duero - Soria, por El Guisante Verde Project

De vuelta a casa, visitamos dos lugares emblematicos de Soria capital: las ruinas del monasterio de San Juan de Duero, con su icónico claustro y la ermita de San Saturio, justo a tiempo para ver la capilla antes de las obras que la mantendrán cerrada un par de años. Sigue siendo un paseo a recomendar la senda junto al Duero que une ambos monumentos y que por breves instantes, vista desde la pasarela de madera, nos hace pensar que San Saturio es un castillo suizo...

San Saturio - Soria, por El Guisante Verde Project

Terminamos un año en el que la naturaleza ha sido protagonista en nuestras escapadas, sin olvidar que por el camino, muchos monumentos emblématicos que nos marcaron en nuestros primeros viajes artísticos, reclaman su espacio de nuevo y volvemos a nuestras estanterias para repasar símbolos y siginificados del bello románico que convierte en un enigma claustros y fachadas. Leer sigue siendo una pasión para nosotros, edificios o libros, pájaros o paisajes, cielos nocturnos o auroras boreales. Un año nuevo comienza, este de 366 días, y tendremos 24 horas más para disfrutar y aprender. Sería bueno dejar a un lado Tiempos Difíciles y ponernos con Grandes Esperanzas, ¿nos acompañas?

diciembre 18, 2023

Yayoi Kusama, Arte sin Límites

Kusama, 'Autoretrato', 2012, por El Guisante Verde Project

Yayoi Kusama una pionera, convertida en icono cultural, ha teñido de color las salas del Museo Guggenheim Bilbao. Ha influido a generaciones de artistas, desde Andy Warhol a Claes Oldenburg. Ambos se "inspiraron", en un sentido demasiado literal, en algunas de sus obras, obteniendo mayor reconocimiento que la creadora japonesa. Kusama lleva siete décadas creando una estética propia que, si bien fluye a través de infinidad de movimientos artísticos es, sobre todo, un reflejo de su filosofía de vida, sus problemas mentales y sus intentos de suicidio. Su biografía es apasionante, una sala de espejos del infinito que tanto le obsesionan.

Yayoi Kusama, Museo Guggenheim Bilbao, por El Guisante Verde Project

Nuestro último contacto con la obra de Kusama lo tuvimos, hace un par de años, en el singular Museo Kistefos, a poco más de 70 km al norte de Oslo, la capital de Noruega. Su impactante Shine of Life forma parte de la colección permanente de este museo que reparte sus obras entre los árboles del bosque que rodea su edificio principal. Una propuesta expositiva que nos pareció muy atractiva e interesante y que merecerá un artículo propio.

Yayoi Kusama, Shine of Life, por El Guisante Verde Project

La artista y escritora japonesa nació en Matsumoto, prefectura de Nagano, en 1929, y actualmente vive y trabaja en Tokio. La retrospectiva que le dedica el Museo Guggenheim Bilbao, recoge pinturas, esculturas, dibujos, instalaciones y diverso material sobre sus happenings y performances, desde las primeras obras de adolescente, realizadas durante la II Guerra Mundial, hasta sus últimas instalaciones.

Kusama, 'Levantando el Telón', 1994, por El Guisante Verde Project

¿Qué nos muestra la obra de Kusama? Influencias del surrealismo, arte naif, reiteración, repetición, escándalo, provocación… En una artista tan longeva son muchos los elementos de contexto que necesitamos para no juzgar a la ligera: su formación en Japón, con profesores que enseñaban arte considerado "occidental", hasta que llegó la obligación de sustituirlos por otros más “tradicionales”. La creación, en Estados Unidos, de campos de trabajo para los japoneses, tras el ataque a Pearl Harbour, y su experiencia en una fábrica, donde Kusama cosía paracaídas.