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La Ciudadela y Tumbas Imperiales de Hue, el ocaso del Vietnam de los Nguyen Hue , una de las joyas de Vietnam , de la que fue su capital hasta 1945, es símbolo del poder y también de la decadencia de la dinastía ...

mayo 18, 2015

La Ciudadela y Tumbas Imperiales de Hue, el ocaso del Vietnam de los Nguyen

Barrera de Espíritus - Tumba de Tu Duc en Hué, Vietnam

Hue, una de las joyas de Vietnam, de la que fue su capital hasta 1945, es símbolo del poder y también de la decadencia de la dinastía Nguyen, la última familia imperial que gobernó el país. A orillas del rio Perfume que toma su nombre de las hojas de los frutales que durante el otoño caen a sus aguas, traspasándole parte de su olor, se levanta la Ciudad Imperial. Desde sus murallas el monarca extendia su poder por el territorio.

Trung Dao Ciudadela de Hue

En nuestro largo recorrido por Vietnam tuvimos la fortuna de esquivar a la lluvia prácticamente durante todo el tiempo, aunque en Hué fue nuestra inseparable compañera de viaje. Sin embargo, el sonido de la lluvia golpeando las tejas de cerámica, la neblina que nos envolvía, el olor intenso de la tierra..., dotaban a la visita de un ambiente lleno de romántica decadencia que nos hacía trasladarnos a otras épocas, muy anteriores incluso a las construcciones que nos rodeaban. Es el influjo de Hué, la ciudad musa de los artistas, la capital intelectual y cultural del país.

Pagoda de Thien Mu, Hué, Vietnam

La Ciudadela encierra la Ciudad Imperial y la Ciudad Prohibida Púrpura: palacios, templos, pabellones, jardines, estanques..., un tesoro que vio como un incendio destruía un gran número de edificios en 1947, aunque los mejores se han restaurado. El recinto militar, inexpugnable solo en apariencia, es un conjunto de murallas, bastiones, y un gran foso. Entre la torre del homenaje y la puerta de acceso a la ciudad imperial, nos vigilan los Nueve Cañones Sagrados, fundidos a partir de las armas y objetos de la revuelta campesina de Tay Son, fruto de la cual uno de sus líderes, Nguyen Anh, unificó Vietnam en 1802 convirtiéndose en el primer emperador, Gia Long.
La Ciudad Imperial, también amurallada, se encuentra dentro de la anterior. Accedemos por la puerta Ngo Mon o Puerta del Sur, reservada al emperador. Sobre ella, el Pabellón de los Cinco Fénix desde el que el monarca presidía las ceremonias de estado.

Trung Dao y Thai Hoa Ciudadela de Hué

El Puente Trung Dao, o de las Aguas Doradas, nos permite atravesar un lago lleno de lotos, llevándonos hasta la explanada de los Grandes Saludos, donde los mandarines asistían a las ceremonias de la corte. El emperador gobernaba desde el palacio Thai Hoa, de la Suprema Armonía, de colores y decoración deslumbrantes. Las paredes y columnas de teca lacadas y pintadas en rojo y oro, están grabadas con poemas en caracteres chinos y motivos tradicionales como el dragón, símbolo del poder real.

Thai Hoa, Ciudadela Hué

Del mobiliario únicamente se conserva el trono de los 13 reyes de la dinastía Nguyen. Tras el palacio, un patio donde se encontraba la Gran Puerta Dorada, que marcaba el comienzo de la Ciudad Prohibida Púrpura. Hoy la enorme extensión vacía nos recuerda la crudeza de la guerra.

Más allá llegaremos a la Puerta de Chuong Duc, aunque antes nos encontraremos con el Templo de Mieu construido por Minh Mang en honor de su dinastía y objeto de una restauración no muy afortunada.


Urnas Dinasticas y Templo de Mieu en la Ciudadela de Hue

Al otro lado del patio, las Nueve Urnas Dinásticas simbolizan una virtud del rey al que representan. Son auténticas obras maestras y se alzan frente al Pabellón del Esplendor o Hien Lam, tal vez el edificio más hermoso de la ciudad, construido en honor a los mandarines que sirvieron a los Nguyen.

Hiem Lam, Ciudadela de Hué

El emperador Tu Duc fue el último que gobernó con cierta independencia antes de la irrupción de los franceses, consecuencia de la campaña franco-española iniciada en represalia por la política vietnamita en contra de los misioneros católicos y expedicionarios occidentales, en especial, franceses, aunque el telón de fondo, como siempre, es el económico y la lucha por lograr una posición dominante en el mapa político internacional. A pesar de los intentos de acercamiento a Francia llevados a cabo por Tu Duc tras su derrota en 1862, tras su muerte en 1881 sus sucesores fueron incapaces de evitar el establecimiento del protectorado francés.

Interior de la Pagoda de Thien Mu, Hué

En extremo oriente los viajeros estamos afectados por el virus de los mil años y tenemos la tendencia a imaginarnos caminando dentro de escenas con miles de años de antigüedad cuando, en realidad, una buena parte de los edificios que vemos no son, ya, restauraciones, sino directamente, nuevas edificaciones, aunque reproduzcan a la perfección las originales.

Así ocurre con las tumbas imperiales de los Nguyen, obras maestras de los artesanos vietnamitas, construidas en los siglos XIX y XX de nuestra era, aunque su juventud no impide que resulten fascinantes.

Al igual que ocurría con la ciudadela, es también a orillas del rio Perfume donde los Nguyen establecieron su morada para la eternidad, en mausoleos dispuestos según los principios del feng shui, y que junto a la Ciudad Imperial hoy forman un conjunto declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Detalle decorativo Tumba de Minh Mang en Hué

Como ya hemos indicado, los mausoleos fueron construidos según los preceptos de la geomancia y bajo una fuerte influencia china. Son una prolongación esquematizada de la ciudadela y constan siempre de un jardín paisajístico con lagos y canales. Organizan sus principales edificios a lo largo de un eje, llamado Camino del Espíritu. La mayoría dispone de un recinto amurallado que los delimita y tras el que se encuentra un gran patio adoquinado con estatuas que representan a mandarines, civiles y militares, elefantes y caballos. Es el patio de Honor. Al fondo del patio encontramos una torre con una estela en la que monarca sucesor alaba el reinado del difunto. A continuación se accede al templo, y por último a la tumba. Y ahora hablemos de algunas de las que visitamos.

Patio de Honor y Pabellón de la Estela de la Tumba Minh Mang en Hué, Vietnam

La Tumba de Minh Mang, es posiblemente la mejor del conjunto junto con la de Tu Duc. Está consagrada por completo a la pintura, la poesía y la filosofía. Fue el propio monarca quien diseñó los planos, aunque no llegó a ver terminada su construcción. Su recinto amurallado gracias a los bosques y al uso del agua forma un conjunto ideal para la contemplación y el desarrollo de las artes. A lo largo de su eje principal encontramos un patio rodeado de estatuas de guerreros, numerosos templos, pabellones y varios puentes antes de que el camino nos lleve ante el gran túmulo funerario (que está rodeado por una valla).

Puerta de Hien Duc - Tumba Minh Mang en Hué, Vietnam

La puerta Dai Hong Mon, Gran Puerta Roja, da acceso al mausoleo, aunque únicamente se utilizó una vez, para permitir la entrada de los restos mortales del emperador. Al final del patio de honor se encuentra la torre de la estela en la que Thieu Tri alaba las hazañas de su padre. Cruzando la puerta Hien Duc se accede al espacio para la ceremonias de culto, con el palacio Dien Sung An, templo de la Gracia Infinita, en su centro.

Pórticos de acceso al enterramiento de Minh Mang en Hué

Caminamos rodeados por el lago Trung Minh (Claridad Perfecta) entramos al pabellón Minh Lau (de la Luz), con columnas lacadas en rojo y dorado, que representa al Cielo, la Tierra y el Hombre. Un jardín aterrazado nos lleva al Lago de la Luna Nueva o Ton Nguyet, previo a la colina que alberga la tumba propiamente dicha.

Puente Trung Dao y  Pabellón Minh Lau - Tumba de Minh Mang en Hué

El emperador Thieu Tri y su esposa fueron los más venerados y amados en todo el país. Aunque sólo gobernó durante 7 años, fue el más añorado. En una época de conflictos y problemas económicos, fue cuidadoso con el Tesoro del país y se aseguró de mejorar el nivel de vida de su pueblo. Tal fue así, que su última voluntad fue que su tumba no fuera extravagante, separándose así de la tradición de crear lujosos enterramientos para los emperadores. La finalización del mausoleo corrió a cargo de su hijo Tu Duc.

Detalle Puerta Mausoleo de Tu Duc, Hue en Vietnam

La Tumba de Tu Duc se construyó entre los años 1864 y 1867 y necesitó emplear a más de seis mil obreros. El complejo sirvió como segunda ciudad imperial donde el emperador se retiraba con frecuencia para escapar a las exigencias de la corte. La naturaleza contemplativa y el espíritu poético de Tu Duc se reflejan en la concepción del paisaje y la disposición de los edificios que se levantaron aquí. Un extenso complejo situado alrededor de un lago, con pabellones de madera, tumbas y templos dedicados a las esposas y cortesanas favorecidas, muchos de ellos en ruinas, abandonados a los caprichos de la naturaleza, aunque otros se encuentran en un excelente estado de conservación.

Pabellón Xung Khiem sobre el lago Luu Khiem - Tumba Tu Duc en Hué, Vietnam

Lo primero que encontramos es el lago Luu Khiem, donde el emperador descansaba, leía y componía. Hoy en día el pabellón Xung Khiem, que fue escenario de la película Indochina, sigue ofreciendo un espacio privilegiado para disfrutar del entorno.

Accedemos al templo a través de la puerta Khiem Cung, y al primer patio donde destaca el palacio Hoa Khiem, lugar de trabajo del monarca. Sus aposentos privados se encuentran en el palacio Luong Khiem, mientras que las representaciones teatrales se llevaban a cabo en el pabellón Minh Khiem donde aun se pueden ver el escenario y el palco real.

Pabellón de la Estela y Torres de Vigilancia - Tumba de Tu Duc, Hué

Patio de honor y figuras de mandarines - Tumba de Tu Duc, Hue en Vietnam

En el patio de honor nos detenemos ante las figuras de los mandarines. La estela es aquí especial, por su tamaño, y porque es el propio Tu Duc quien narra su historia. Más adelante, nos encontraremos con la tumba real, escondida en la parte trasera del complejo, y que es sorprendentemente modesta. (Las tumbas de la emperatriz Le Thien Anh y el emperador Kien Phuc, quien gobernó brevemente en 1884, también se encuentran aquí).

Acceso a la Interior de la Pagoda de Thien Mu, Hué, Vietnam

Además de las tumbas reales, nuestro camino nos llevó hasta la Pagoda Thien Mu, símbolo de Hué, edificada por el señor Nguyen Hoang en 1601, aunque su característica torre octogonal, Phuc Duyen o Fuente de Felicidad, no se erigió hasta 1844, en tiempos de Thieu Tri. Cada uno de sus siete pisos representa una reencarnación de Buda. Muy cerca veremos cuatro torrecillas hexagonales, una de las cuales acoge una gran campana fundida en 1710 por orden de Nguyen Phuc Chu, responsable también de erigir la estela de mármol a lomos de una tortuga donde se cuenta la historia de la pagoda.

Torre Octogonal de  la Pagoda de Thien Mu, Hué, Vietnam

Se cuenta que al señor Nguyen Hoang se le apareció una anciana mientras paseaba por una colina cercana a la actual Hué, que predijo que aquel que hiciera construir en aquel paraje una pagoda aseguraría la prosperidad del país, y seria el iniciador de un gran linaje, lo que Hoang efectivamente hizo, dándole a la pagoda el nombre de Thien Mu o Dama Celestial.

Guardianes de la Pagoda Thien Mu, Hué

Accedemos por un pórtico con tres arcos guardados por impresionantes guardianes, y nos giramos para ver sobre nosotros a Ho Phap, el guardián con el casco de la ley que se alza sobre el Emperador de Jade. En un patio lleno de flores encontramos la pagoda, con un precioso buda de cobre en su entrada. Tras el, amithaba, el buda del pasado; Sakyamuni, el buda histórico, y Maitreya, el buda del futuro, los diez reyes del otro mundo y una espléndida colección de 18 arhats de arcilla completan el conjunto.

Arhats en la Pagoda de Thien Mu, Hue

Austin azul del venerable Thich Quang Duc en la Pagoda de Thien Mu, Hue

Tras la pagoda, se accede a un jardín de bonsaís, y donde se encuentran los restos de un monje budista y en uno de los edificios la reliquia más estimada de la pagoda: el Austin azul del venerable Thich Quang Duc que se inmoló en Saigon en 1963 en protesta contra el régimen político y la persecución a los monjes.

Dejamos atrás la pagoda, aun con el recuerdo de los mausoleos imperiales y una cierta melancolía nos embarga, aunque no duraría demasiado, el DMZ nos esperaba.

12 comentarios :

  1. Es un destino tan diferente a todo lo que he visto hasta ahora, que me da la sensación que acabo de ver los escenarios de una película.
    Excelente reportaje, lástima de lluvia para vosotros que la sufristeis, aunque hay que reconocer que el suelo mojado le da un aire mágico a las fotos.
    Un saludo

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    1. Te animamos Carmen O a que pruebes a viajar (si es que no lo has hecho), al sudeste asiático. Únicamente tiene una pega, y es que "engancha" no sabes como. :)
      Un saludo!

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  2. Impresionante. Le tengo muchas ganas a Vietnam desde hace algún tiempo, pero al estar tan lejos no es fácil coger vacaciones. He leído que el norte y el sur tienen climas alternos, así que a lo mejor divido el viaje en dos. Conozco muy poco de Asia, y ya va siendo hora de ponerle remedio.

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    1. Asia es fantástica, Tawaki, al menos lo que nosotros conocemos, y además es tremendo lo que tira. Es verdad que el viaje es largo y hay que ir unos cuantos dias, además de que el propio país tiene muchísimo para ver y las distancias se hacen largas. En cuanto al clima, realmente es cuestión de suerte; monzones hay prácticamente todo el año, y en países como Vietnam, el norte y el sur se alternan, aunque llover puede llover en cualquier época del año.
      Nosotros visitamos ambas partes en un mes, y nos llovió precisamente en el centro, en Hué. Aunque solo esos días, el resto de la parte central nos hizo buen tiempo. Vamos que esto no te suponga un problema. Animaté, es otro mundo.
      Saludos!

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  3. Me encantaria hacer esta visita. solo me ha sorprendido una cosa, ese austin, raro lugar para verlo, jeje...

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    1. Es una joya, Carlos Javier Nuñez Vazquez y el Austin es la reliquia más venerada. Aunque no lo hemos sacado en el post, hay todo un espacio dedicado a la memoria del monje, con ofrendas, fotografías del Austin ardiendo..., un poco tétrico, pero claro, es lo que sobrevivió a su protesta extrema.

      Saludos!

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  4. Nos dais una envidia tremenda con vuestros viajes, pero como ya no somos unos jovencitos nos conformamos con vuestro blog que tanto nos gusta, y que nos hace soñar con países maravillosos. Un abrazo.

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    1. Jajaja, bueno, bueno, que en casa tampoco os quedáis... :) Tiramillas
      Un abrazo!

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  5. Qué lástima de lluvia! aunque es cierto que a las fotos le confiere un aspecto decadente especial!
    A mí uno de los espacios que más me gustaron de Hue fue el pabellón Xung Khiem... de buena gana me habría quedado más tiempo allí descansando y meditando!

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    1. M.Carmen Cruz, la lluvia es, como sabes, prácticamente inevitable por aquellas latitudes, así que siempre hay que contar con ella, también nosotros nos hubiéramos quedado más tiempo ya lo creo.
      Un abrazo!

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  6. Lluvia aparte, el verde de las fotos es embriagador, imagino que en directo mucho más, y mezclado con los puentes, pabellones, tumbas da como resultado un sitio espectacular. Es muy cierto que Asia engancha, este año repetimos por allí, ya tenemos el virus!! Preciosa entrada :)

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    1. Así es, no sabemos que es, Calíope, pero lo cierto es que engancha. Nosotros hace un tiempo que no aterrizamos por esa parte del mundo, y la verdad es que ya tenemos ganas, aunque no será este año... Un abrazo!

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