En pleno centro medieval de Amsterdam encontramos esta especie de santuario, aislado del bullicio que lo rodea. El Begijnhof se fundó en 1346 para una hermandad femenina católica laica, las beginas, que cuidaban de los ancianos y vivían una vida religiosa. Sus últimas integrantes fallecieron en la década de los setenta del siglo veinte.
Hoy en día no se conserva prácticamente ninguno de los edificios originales ni el diseño primero de este hof, aunque sí quedan vestigios de su pasado. La Begijnhof Kapel, la primera capilla clandestina, donde las beginas celebraban su culto después de la llegada de los calvinistas, y donde destacamos la vidrieras que conmemoran el llamado Milagro de Amsterdam: Un sacerdote daba, en la cercana calle Kalverstraat, los últimos sacramentos a un hombre moribundo, el cual fue incapaz de sostener la hostia de la comunión que cayó al fuego. Al día siguiente, la hostia fue hallada intacta entre los rescoldos.
La Engelese Kerk, de 1392, era el lugar donde se congregaban las beginas antes de que Amsterdam se uniera a la causa de Guillermo de Orange, en 1578. La iglesia fue confiscada y finalmente vendida en 1607 a la comunidad de presbiterianos ingleses y escoceses, y actualmente sigue funcionando como iglesia presbiteriana de la comunidad.
En el número 34 se encuentra la Hest Houten Huis, la casa más antigua de Amsterdam, y una de la dos con fachada de madera que se conservan, anteriores por tanto a la prohibición de 1521 de construir en madera por el peligro de incendios. En los muros de su patio trasero hay una colección de placas de las casas demolidas; cada una de ellas narra una historia bíblica.
Una curiosidad es la llamada “begina del arroyo”. Cornelia Arents, como penitencia por la conversión de su familia al protestantismo pidió en su testamento ser enterrada en el arroyo de la calle, y no en la iglesia. No obstante, su ataúd se depositó en la iglesia para su enterramiento el dos de mayo de 1654, pero al día siguiente, sin que nadie supiera como, apareció en el exterior, junto al arroyo donde finalmente fue enterrado.
En el numero 26 se encuentra la casa más grande, que perteneció a la madre superiora, y fue hogar en el pasado siglo de las últimas beginas.
El acceso principal se encuentra por el arco de Gedempte Begijnensloot, aunque existe otro, abovedado y cubierto de azulejos, que da a la calle Spui. La mayoría de las casas que contemplamos hoy en día, se construyeron durante los siglos XVII y XVIII. No se puede recorrer totalmente para preservar la intimidad de sus habitantes, cansados probablemente de la invasión diaria de su espacio por parte de los turistas. En cualquier caso, es un lugar que merece la pena visitar, a ser posible a primera hora de la mañana, que es cuando está más tranquilo.
Un lugar muy bonito con historias para no dormir. Un saludo.
ResponderEliminarPues si, Los Tiramillas, debajo de ese aspecto tranquilo, hay muchas historias... :)
EliminarAbrazos!
Gracias! Me ha encantado verlo otra vez. Y si, contrasta mucho con el resto de Amsterdam. Como nunca me acordaba del nombre, lo llamamos Shangri La.
ResponderEliminarVarenka, es una buena manera de acordarse de un lugar, :)
EliminarSaludos!
Uno de los lugares más chulos y que más me gustaron de Ámsterdam!! Fue toda una sorpresa descubrirlo!
ResponderEliminarUn abrazo
Cierto!, M.Carmen Cruz, aunque es pequeño y la visita se hace rápida, es un lugar que merece mucho la pena, incluso para sentarse un ratillo y dejar pasar el tiempo, sin más.
EliminarUn abrazo!
Desde luego después de leer tu entrada, no me quedaré sin visitarlo en cuanto vaya a Amsterdam que espero sea pronto. Gracias y un abrazo!!
ResponderEliminarTambién nosotros esperamos que sea pronto, Amparo Muñoz, y que la disfrutes!
EliminarUn abrazo!
Que bonito es cada rincón de Amsterdam. No me importaría vivir allí.
ResponderEliminarUn saludo
Carmen
Coincidimos, Carmen O, Amsterdam está llena de rincones, un buen lugar para vivir, seguro.
EliminarSaludos!
Conozco el de Ámsterdam y algunos de ciudades belgas y la verdad que todos son sitios encantadores y remansos de paz. Me ha traído muy buenos recuerdos esta entrada :-)
ResponderEliminarNos alegra mucho, Caliope que podamos provocar esos recuerdos! Es verdad, también nosotros conocemos algún otro, y siempre son espacios en los que uno piensa: Uff, ya viviría yo aquí.
EliminarUn abrazo!
Mmmm....estuve hace dos años por allí...paseando e imaginando que me encontraba con alguna beguina del siglo pasado. Me encanta su historia, su origen, su manera de vivir...especialmente para aquella época. Creo que los movimientos surgen según las necesidades.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho volver allí con vosotros, y refrescar la memoria...sentir de que las casas...por las que no pasa el tiempo, siguen allí, manifestado su forma independiente de vivir. Tengo que volver de nuevo y disfrutar de ese paseo por los canales...y de los jardines de la beguinas. Las conocí mejor en Bélgica...
Un beso grande viajeros!!
María nosotros también estuvimos hace ya tiempo. Sin embargo, como sabes, para nosotros el viaje no termina nunca, solemos volver, físicamente o con la imaginación, a aquellos lugares que nos han dejado huella. En este caso, repetimos viaje en un lapso corto de tiempo, y ahora lo hacemos con la palabra. Nos alegra llevarte de vuelta.
EliminarUn abrazo!
HOLA GUISANTES! acabo de veros en un comentario en el blog de VARENKA y me he pasado por aquí después de siglos ... Veo que me estoy perdiendo un montón de cosas interesantes! Comento aquí no porque no me haya gustado el convento de Toledo (que sí), sino porque acabo de leer un libro sobre Amsterdam en tiempos de Rembrandt y porque me ha gustado recordar con vosotros el lugar.
ResponderEliminarUn saludo,
xG
Un placer, xGaztelu, no hay nada como leer que alguien puede recordar un viaje, o querer hacerlo después de pasar por aquí. Y, como siempre, un lujo tenerte por aquí.
EliminarUn abrazo!
Una verdadera sorpresa de sitio. Parece un oasis en medio de la ciudad.
ResponderEliminarDespués de este vimos el de Amberes y te lo recomiendo. Es maravilloso.
Un saludo.
Si que lo es, Maria Grau, Amberes se no está resistiendo hace años… A ver si toca pronto, y por supuesto, allí iremos!
EliminarSaludos!