La historia del Mediterráneo cuenta con dos tesoros excepcionales en Albania: las antiguas ciudades de Butrint y Apolonia de Iliria. La primera forma parte desde 1992 de la lista Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y es, además, el destino turístico cultural mas visitado del país. Apolonia (objeto de un próximo artículo), con toda seguridad, formará parte de ese club a corto plazo, ya que la UNESCO ha reconocido su excepcional valor universal.
Como ya le ocurrió a Croacia primero, y a Montenegro después, Albania, hasta hace pocos años el país más hermético de Europa, se está poniendo de moda entre los viajeros que buscan nuevas experiencias sin salir del Viejo Continente. Cuando, hace unos meses, pusimos nuestros pies en este pequeño país de los Balcanes, muy pronto comprendimos que Albania no tardaría en convertirse en uno de los destinos a tener en cuenta, y así os lo contamos en nuestro anterior artículo "Viaje por el Sur y Centro de Albania, primeras impresiones".
Ambos lugares sirven para mostrar las posibilidades de un destino que lo tiene todo: playas formidables, montañas y valles majestuosos, ciudades sorprendentes, carreteras con vistas de vértigo, una gastronomía auténtica, gentes amables, un rico patrimonio histórico-cultural..., y sin competencia en cuanto al coste de un viaje.
Origen e Historia de Butrint
Virgilio nos cuenta en la Eneida que Butrint, Buthrotum, fue fundada por Heleno, hijo de Príamo y hermano de Paris y Héctor, que había huido de la Guerra de Troya. Eneas, el héroe troyano, en su camino hacia Italia tras escapar de la destrucción de Troya, buscaría refugio primero en Butrint, para continuar después hasta el Lazio, donde sus descendientes fundarían Roma. Otras versiones atribuyen al propio Eneas la fundación de la ciudad, como ofrenda a los dioses por haber escapado de la muerte. El toro elegido para el sacrificio saltó al mar, cruzó una laguna y murió en la orilla. Ese fue el lugar para fundar Butrint (toro herido).