El Parque Nacional de Yellowstone, el Primer Parque Nacional del Mundo, declarado así en 1872 para su protección y uno de los más conocidos dentro y fuera de sus fronteras, es un lugar que resonaba en nuestra mente desde hace mucho tiempo como un desafío, un sueño del que despertábamos cada vez que volvíamos de Estados Unidos sin haberlo visitado. Hasta ahora. Por fin, nuestra cuarta visita a EEUU ha incluido Yellowstone, y es motivo más que suficiente para dedicarle nuestro post número 300.
Además, en 2016, concretamente el 25 de agosto, se cumple el Primer Centenario del Servicio Nacional de Parques de Estados Unidos y aprovechamos para unirnos a esa llamada para conservar y compartir estos espacios naturales que realiza el National Park Service: Celebrate Parks!
La mayor parte del territorio de Yellowstone National Park se encuentra en el estado de Wyoming, aunque también se adentra en pequeños retazos en Idaho y Montana. Nombres que evocan en nosotros la vida salvaje, los grandes espacios, los recorridos a caballo…
Aunque el hombre se empeña una y otra vez en trazar líneas rectas en un mapa para delimitar territorios, la naturaleza no entiende de fronteras. Alrededor de Yellowstone se encuentran el Grand Teton National Park, 7 National Forest y 3 National Wildlife Refuges que comparten características comunes. Por eso, la llegada a Yellowstone por la entrada este -en total hay cinco accesos-, desde el cercano pueblo de Cody, la capital mundial del rodeo, nos hace cambiar ya de escala. Las gargantas y acantilados de la carretera panorámica en el Big Horn National Forest y Shoshone NF nos invitan a detenernos en los miradores una y otra vez.
Si alguien, al igual que pensábamos nosotros, cree que haber visitado antes parques como Yosemite, Grand Canyon o Death Valley, suponía no sorprenderse y emocionarse con lo que íbamos a encontrar ahora, lo cierto es que está muy equivocado, como veréis.
Indagando un poco en la historia del parque, descubrimos que desde hace unos 11.000 años y hasta 1870 fue el hogar de diferentes tribus indias, como los sheepeaters, mientras que otras, como los shoshone, habitaban en sus alrededores y solo accedían a la zona para cazar. El caballo era desconocido así que al principio, se ayudaban de los perros para trasladar sus enseres, y su dependencia del bisonte era tal que para cuando el regimiento del Primero de Caballería se instaló en Yellowstone y puso fin al exterminio de ciervos y bisontes por parte de los nuevos colonos, ya era demasiado tarde para los nativos americanos.
La brucelosis es hoy en dia la mayor amenaza de este enorme mamífero que campa a sus anchas por todo el parque, en gran número, aunque sentimos nostalgia al imaginar esas grandísimas manadas ya desaparecidas.
Una vez descubierto Yellowstone por los colonos, fueron necesarias tres expediciones para llamar la atención sobre un lugar del que se contaban tantas maravillas que parecía una ensoñación. Y fueron las fotografías de William H. Jackson junto con las pinturas de Thomas Moran, que acompañaban a científicos del Servicio Geológico de Estados Unidos en la expedición de 1871, las que terminaron de subyugar a los escépticos y convencer de la necesidad de protección de toda esta gran área. Por entonces John Muir ya había logrado la complicidad del presidente Roosevelt en Yosemite.
No deja de ser contradictorio que si bien hay que mostrar la belleza de estos parajes para lograr su conservación, sea esa misma publicidad la que se haya convertido en una de sus grandes amenazas, ya que el número de visitantes no ha dejado de crecer, con el consiguiente impacto sobre el equilibrio natural del parque.
La polémica decisión de no controlar los fuegos, que cambió tras los devastadores incendios de 1988, es sólo una muestra del difícil equilibrio entre vida salvaje, explotación agrícola o ganadera y foco turístico. Yellowstone no solo es el primer parque nacional, también es pionero en la reintroducción de animales salvajes, como el lobo, exterminado del territorio, cuando se comprobó que el número de herbívoros se descontroló totalmente y la catástrofe ecológica era inevitable, si no se tomaba la decisión de volver a introducir a los depredadores.
Yellowstone forma parte en realidad de un gran ecosistema, que da cabida a un supervolcán, el mayor de Norteamérica, por lo que resulta paradójico que uno de los lugares preferidos por turistas de todo el mundo sea también uno de los espacios de mayor actividad sísmica y geotérmica, que aunque visible en el exterior es apenas una sombra de la fuerza que late bajo la superficie.
Los cambios constantes en el número de erupciones tienen en jaque a los geólogos. Bajo Yellowstone se aloja un punto caliente, una gran piscina, una enorme masa de magma que da lugar a toda esa actividad termal.
Entre los muchos atractivos que ofrece el parque se encuentra verificar sobre el terreno el tremendo tamaño de la caldera, (asusta pensar que las dimensiones del lago Yellowstone tan sólo ocupan una pequeña parte de la misma), o contemplar las fumarolas, los geysers, los conos volcánicos asomando en el lago, los estanques de lodo hirviendo, las coloreadas piscinas, con sus transparentes azules y brillantes ocres y naranjas.
Lugares emblemáticos como Grand Prismatic Springs parecen haber sido pintados para dejarnos boquiabiertos. La realidad es que el color también nos habla de la temperatura del agua, los oscuros y verdes para la menos caliente y los amarillos o casi blancos para la que más hierve.
Acostumbrados a asociar Yellowstone con los grandes mamíferos, es asombroso comprobar cuantos microorganismos aman el agua hirviendo. Son las bacterias termófilas y las cianobacterias, las que confieren su personalidad y colorido a estas áreas del parque.
West Thumb, junto al inmenso lago Yellowstone y Old Faithful, el geyser más puntual del parque, son dos de las áreas más visitadas. Tenemos que buscar tiempo para perdernos después por las fumarolas entre bosques y la belleza lunar de Porcelain Basin, en Norris o las perfectas terrazas de pilas calcáreas en Mammoth Hot Springs que nos recuerdan a Pammukkale en Turquia, lo cierto es que cualquiera de ellas reclama nuestra atención durante horas.
Yellowstone nos va a conquistar tanto si la nuestra es una visita geológica, como si llegamos allí para admirar su fauna. Con facilidad encontramos cisnes trompeta, wapitis, los ciervos del parque, y desde luego a Tatanka, el Búfalo. Coyotes, lobos, y los majestuosos Big Horn son más tímidos. Acercarnos a Lamar Valley en horas intempestivas, así como unos buenos prismáticos son imprescindibles. Es verdad que llegábamos con la ilusión de ver osos después de algún encuentro con un pequeño ejemplar de oso negro en Kings Canyon hace años, nos hacía ilusión ver un grizzly, pero no pudo ser en esta ocasión.
Para ver al alce hemos necesitado paciencia y perseguirlo largo tiempo. Nos esquivó en las Montañas Adirondak y en los bosques de Vermont y aquí no ha sido posible encontrarlo hasta salir del parque por el sur, en el Parque Nacional Grand Teton. La alegría de encontrar a nuestro Moose Wilson ha sido una de las mejores sorpresas de este viaje.
No deja de ser increíble que Yellowstone parezca un parque “domesticado”, por la gran infraestructura de carreteras y servicios que lo recorre, y aun así encontrar todavía enormes islas de espacio salvaje, de silencio.
Conviven en el parque la estampa de los tranquilos pescadores con mosca enmarcados por manadas de bisontes con los insistentes carteles que advierten del peligro al visitante. “Bear Warning”, “Wild animals are dangerous”, parece necesario recordarnos una y otra vez normas de sentido común, que en parte olvidamos al tener delante de la cámara uno de esos increíbles animales.
Hay que rendirse a la belleza de Yellowstone. Nos exige dedicarle tiempo a la visita, tiempo para perdernos, tiempo para admirar esa garganta, el Cañón que forma el río Yellowstone. Admirarlo desde las alturas, en Artist Point o Inspiration Point, deleitarnos con los cambios de color de la roca, que no sólo es amarilla como nos cuenta su nombre. Encontramos senderos de vértigo como el del Tío Tom, con pequeños neveros y la fuerza de cascadas como Lower Falls o Tower Fall.
El tiempo cambiante de la primavera realza una flora que puede pasarnos desapercibida si sólo estamos pensando en fotografiar animales. Si estamos atentos comprobaremos que los ríos Snake y Yellowstone al estar el parque atravesado por la divisoria continental de las aguas, fluyen en sentidos contrarios. Nos acompañan en nuestro recorrido formaciones que detallan los cambios en el planeta en los últimos miles de años, como las columnatas basálticas producidas por coladas de lava resultado de las erupciones volcánicas.
Yellowstone es un espacio majestuoso que eclipsa con su fama muchos otros menos conocidos y que sin embargo se mantienen firmes en nuestra retina, Badlans NP, Bryce Canyon NP, Antelope Canyon, Arches NP…, también están en nuestro itinerario y van a ser mucho más que una mera parada, aunque esa es ya otra historia.
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Tenéis toda la razón, por muchos parques nacionales que visites en los EEUU Yellowstone te sorprende y maravilla, como todos los anteriores por otra parte. Más que recomendable, amigos
ResponderEliminarUn espacio absoluto, Javier Martinez, una maravilla y eso que ya conocemos unos cuantos parques, y que este último viaje ha sido, como decirlo, el viaje...
Eliminar¡Un abrazo!
¡¡Qué bonito!! ¡¡Qué envidia me dais!! Ya me gustaría poder visitar Yellowstone y que salga el Oso Yogui a recibirme...Gracias a vosotr@d, puedo disfrutar de un "algo" de ese viaje tan precioso que habéis hecho. ¡¡Que fotos tan bonitas!! A ver si algún día vuelvo a cruzar el charco.
ResponderEliminarBesos grandes, viajeros...
Jajajaja, Maria ojalá nos hubiéramos encontrado con el oso... tendremos que volver. Es un placer leerte por aquí, cuando viajamos también lo hacemos con libros que hemos descubierto en tu blog, así que una parte de tu "taza de te viaja con nosotros, besos de vuelta ;-)))
EliminarYellowstone es mi parque favorito de los USA, aunque por supuesto los otros que conozco no desmerecen. Me quedé con ganas de más y soñamos con volver y dedicarle más tiempo. El Grand Prismatic me dejó boquiabierta, qué colorido y qué preciosidad! la fauna impresionante…indescriptible cuando ves los bisontes a pie de carretera…en fin, con muchas ganas de volver por USA y de volver a esa gran caldera que es Yellowstone. Un abrazo y felicidades por el vídeo y las fotos, me han encantado :)
ResponderEliminarCaliope es una alegría compartir contigo sensaciones sobre este inmenso paraje. Es cierto que lugares como Grand Prismatic parecen irreales, y comparto plenamente las ganas de volver. Seguro que en las fotos y videos tu pones parte de tus recuerdos y por eso te gustan, jejeje, graaaaacias ;-)
EliminarSiempre pensé que el canadiense Banff era el primero, pero ya veo que estaba equivocado. Hace años que quiero ir a Yellowstone, pero hay que reservar con mucho tiempo y hasta ahora es un viaje que me esquiva.
ResponderEliminarSe agotan los adjetivos ante esta maravilla de la naturaleza. Sólo espero que el supervolcán tenga paciencia y me permita disfrutarla antes de estallar.
Jajaja, también nosotros, Tawaki esperamos que el volcán aguante... Banff es otro objetivo, ya lo creo y no se ahora mismo la fecha de declaración, pero creo que es posterior. En cualquier caso dos maravillas. Es verdad que si quieres reservar hotel dentro del parque las reservas vuelan, pero hay alternativas, como la que utilizamos nosotros, alojamientos vacacionales, casas que son como palacios la verdad, y por el mismo o menos dinero que los hoteles de Xanterra... ¡Saludos!
EliminarLos que de niños disfrutabais con la serie del Oso Yogui soñabais con ver Yellowstone, y nos imaginamos como lo habréis disfrutado. Por las fotos se ve que es un parque precioso, que merece la pena ver, como casi todos los parques de los USA. Un abrazo a los dos.
ResponderEliminarEso, eso Tiramillas como os imagináis, la hemos gozado, y si llega a aparecer el oso ya…. jejejeje ;-)
EliminarHola, ¿en qué fecha fue vuestro viaje? ¿febrero? Nosotros vamos a mediados de octubre y no tenemos claro qué nos vamos a encontrar (en cuanto a condiciones meteorológicas y nieve en parque) porque por lo que hemos leido, en esas fechas puede pasar de todo. Pero viendo vuestras fotos, en las que si es febrero no vemos mucha nieve (o ninguna), nos quedamos un poco más tranquilos... Gracias!
ResponderEliminarHola Eva, gracias por comentar. :) Estuvimos a primeros de junio en plena primavera... En febrero sería imposible, el parque está prácticamente cubierto por la nieve. En octubre, y mediados además, el tiempo es como dices, imprevisible, aunque no creo que tengáis mucho problema. Sí es cierto que podría haber nieve en las partes altas, y en el norte del parque, pero depende mucho de como ande el otoño este año. Lo bueno es que los animales están aun activos buscando alimento para pasar el frío y es posible que sean más fáciles de ver... Suerte, y si podéis alojaos dentro del parque, es muy, muy grande...
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