Una vez más nos hemos subido a una silla de ruedas junto a nuestro amigo Miguel Nonay, y nos hemos vuelto a convertir en uno de esos Viajeros Sin Límite que se enfrentan constantemente a retos que ponen a prueba su capacidad de esfuerzo y de adaptación. Esta vez no es sencillo el destino, el sur-occidente de Asturias, donde la accesibilidad, para cualquiera, ya está comprometida por sus bosques, montañas, caminos de tierra, y pendientes de vértigo. Es, eso si, un Paraíso Natural.
Asturias es tierra conocida y ya sabíamos de la belleza de algunos parajes menos transitados en las fronteras del Principado con la provincia de León, como el Parque Natural de Redes y el Parque Natural de Ponga que concentran muchos de nuestros mejores recuerdos de majestuosos recorridos con nieve por encima de las rodillas. En esta ocasión nos adentraremos hacia el oeste, con los montes de Lugo a la vista, en el Parque Natural de Fuentes del Narcea, Degaña, e Ibias.
¿Qué tiene de especial el suroeste de Asturias? Encontraremos naturaleza, espacios escondidos, carreteras que nos alejan de todo, dejando atrás toda rutina mientras conducimos hacia allí, la posibilidad de avistar al oso pardo, el mamífero más imponente de la península, o conocer oficios ancestrales como el de los tixileiros. Nuestra base de operaciones es el Parador Nacional que se encuentra en Cangas de Narcea ocupando el antiguo edificio del Monasterio Benedictino de Corias.
Este recorrido es una invitación a descubrir los misterios de Asturias, su lado más oculto, mas reservado, un verde calmante, un lugar para la ensoñación, parajes que mantienen su orografía intrincada y que buscan al viajero más esforzado. De ahí que el reto de hacer esta escapada con la silla de ruedas como aliada sea aún mayor. Una canción popular ya nos advierte de que nos encontramos Al pie de 100 montañas que se elevan alrededor, ¡Avisados estamos!.
Saber que sólo 20 personas al día pueden acceder al Bosque de Muniellos, ya nos prepara para entrar en un lugar mágico, reserva del oso pardo y del urogallo. Un bosque de robles, el de mayor extensión en España, que se convierte en el lugar más protegido de Asturias. El hecho de que las hayas nos acompañen en la zona más humeda lo hace perfecto para disfrutar del colorido del otoño, aunque comprobamos que en esta zona apartada hasta el otoño llega más tarde. El roble albar y las hayas aún no han coloreado del todo sus hojas.
Nuestra expedición en busca del oso acompañados de Chema, uno de los fundadores de Natur no se vio, como ocurre a menudo cuando hablamos de fauna en libertad, recompensada con un avistamiento del famoso habitante de estos bosques, aunque el paisaje y la emoción de la espera hicieron que la experiencia mereciera la pena.
El Bosque de Muniellos es uno de los primeros que junto con el Parque Natural de Somiedo, inició la lista de Reserva de la Biosfera en Asturias. Además es un espacio que se convierte en un laboratorio natural al dejar fuera todas las actividades del hombre, y comprobar que ocurre con el paso de los años. ¿Será el bosque el que nos de lecciones de sostenibilidad? En cualquier caso, entre los paisanos pudimos comprobar que hay opiniones para todos los gustos, desde el apoyo a la gestión actual al convencimiento de que el bosque podría ser un recurso turístico mejor aprovechado, o incluso que está menos protegido que hace años, cuando se explotaba de otra forma… Sea como fuere ya estamos deseando volver a ese espacio de silencio, y en el caso de no encontrar cupo, existen rutas que bordean el parque y son magníficas alternativas. Tampoco hay que dejar de asomarse a los miradores cercanos y al Centro de Interpretación o hacer alguno de los senderos de aproximación al parque hasta Tablizas para ver un cortín, una especie de encerradero para abejas construido para evitar a los osos cuya presencia delatan los cerezos tronchados.
El Bosque de Muniellos, además, dispone de una pequeña ruta accesible que nos permite observar su belleza desde nuestra silla de ruedas, transitar entre los árboles, rodar junto al río, disfrutar en definitiva, de una naturaleza que, en demasiadas ocasiones, queda fuera del alcance de las personas con capacidades diferentes.
Como siempre que viajamos con Miguel, la generosidad está presente. Él se reta continuamente, puede optar por una ruta más fácil, por la opción 100% accesible y, sin embargo, pensando en nosotros, no duda en insistirnos para que nos adentremos más allá de esa pequeña ruta accesible que encontramos al comienzo del sendero circular, en el que podemos optar por caminar unas 5 u 8 horas en función del recorrido que decidamos realizar, de 14 o 20 km, en cualquier caso, un privilegio.
Junto a este silencio cuesta imaginar que Cangas de Narcea guste del ruido en la fiesta del 16 de Julio, con la descarga, cuando el volador es el encargado de lanzar al aire los cohetes que atronan el valle y La Descarga, con aromas de pólvora, es también el nombre del vino que probamos en uno de sus famosos chigres, donde junto a una cocina innovadora se ofrecía el llamado menú del desarme que ya conocimos en Oviedo. Nos quedamos con las ganas de reunirnos, como hacen los amigos, a comer castañas en la fiesta del Amagüestu.
No deja de resultarnos curioso que Asturias, una tierra de hombres curtidos, una tierra físicamente exigente, con la cuenca minera o la viticultura en alta montaña…, de lugar a un idioma tan sonoro y con tantos diminutivos, y es precisamente en la zona de Degaña, Ibias donde se preserva un acento cantarín que encontramos replicado en numerosas palabras y que podemos encontrar incluso en las que nombran algunas de sus uvas autóctonas como el Albarín o el Carrasquín.
Esta zona es cuna del vino, que no de sidra como casi siempre asociamos al pensar en Asturias. Es en la visita al Museo del Vino de Cangas del Narcea donde podemos conocer más sobre las peculiaridades de los caldos de estas tierras, cuyo origen se remonta al siglo VIII y sobre la actual Denominación de Origen Protegida Cangas, y sus viñedos de alta montaña.
En el mes de octubre celebran la fiesta de la vendimia, y contemplando los viñedos en terrazas de Antón Chicote y las empinadas cuestas de acceso, comprendemos por que se denomina heroica, donde el capataz o cachicán tiene que organizar muy bien la cuidadosa recogida de la uva.
Visitamos las Bodegas Monasterio de Corias junto al Parador Nacional, en el que se encontraban hasta hace unos años.
Sus cepas centenarias en la montaña nos hablan de los frailes benedictinos que en el siglo XI inician la historia de este monasterio, dicen que inspirados en el sueño de un criado los Condes Don Piloño y Doña Aldonza inauguraron este lugar, que hoy encontramos totalmente reconvertido, el Parador Nacional de Corias, denominado el Escorial Asturiano, para el cuidado no sólo del espíritu, ya que en el lugar en el que antes se elaboraban y almacenaban los vinos, ahora encontramos una piscina y un spa.
Y como no podía faltar en nuestro equipaje, para perdernos del todo, para conectarnos, buscamos libros y autores asturianos. Algunos clásicos como La dama del alba, una pieza de teatro ambientada en el cercano pueblo de Besullo, que pasó a convertirse en un verdadero foco cultural alejado de las urbes y que aún hoy rinde homenaje a Alejandro Casona, el autor.
Otros actuales, como los versos de Rosa Cunqueira, o La Historia Universal de Paniceiros de Xuan Bello, que rinde homenaje a estas tierras, con un compendio de leyendas, poemas y fotos antiguas. Xuan Bello quiere preservar su lengua, sus tradiciones, su cultura, cree que en una o dos generaciones puede que no queden campesinos en Asturias, y junto con George Steiner nos invita a reflexionar “que pasaría con Europa si desaparecen los caminos”. Con estas reflexiones en mente nos acercamos a la cultura de los tixileiros.
Abrir la puerta en Degaña a la historia de los pueblos cunqueiros es hacerlo a las vidas de viajeros y comerciantes que crearon una jerga propia y que abandonaban su hogar durante seis o siete meses cada año. Ellos recorrían la Península ofreciendo su artesanía y sus creaciones, y volvían a sus casas con historias, ideas y nuevos sueños. Ver funcionar el torno de pedal nos habla de su maestría y su conocimiento de las maderas adecuadas para construir diversos objetos, tanto en Asturias como en sus recorridos, con castaños, robles…
Cuesta imaginar hoy la pericia para sacar de esas ramas y troncos los cachos para compartir el vino y todo tipo de vajilla, o las madreñas, que hemos podido comprobar no son sólo decorativas, ya que los lugareños de más edad se desplazan con ellas con más comodidad que con los zapatos. Caminar hoy por estos caminos es en parte una puerta a otro espacio, a otras vidas, a otras preocupaciones, una toma de tierra que nos invita a indagar más, a volver, a disfrutar con calma de estos caminos que, desde luego, no queremos que desaparezcan.
Agradecimientos
Turismo de Asturias
El Rincón Cunqueiru
Natur - Naturaleza y Turismo
Asociación Turismo Rural Fuentes del Narcea
Bodegas Monasterio de Corias
Museo del Vino DOP Cangas
Maravillosos paisajes y texto que me ha encantado leer por su valiosa información
ResponderEliminarcordiales saludos
Muchas gracias a ti por comentar, Josefa y si además te ha gustado el post, ya no podemos pedir más. Asturias siempre sorprende y deja buen recuerdo.
Eliminar¡Saludos!
Fantástico post, lo he disfrutado de principio a fin "del tirón". Ha sido una experiencia muy bonita y un placer compartirla con vosotros ;).
ResponderEliminarEl placer ha sido nuestro Javier Férnandez Fañanás y nada, nada, si nos animas, el próximo será más largo, jejeje.
EliminarUn abrazo ;-))
Chicos, lo habéis bordado. Emociones a flor de piel y una vez más os habéis implicado en la divulgación de lugares hermosos y accesibles con silla de ruedas mostrándolos sobre una de ellas. Mil gracias de nuevo :)
ResponderEliminarA salto de Mata, Miguel, ya sabes que siempre que podamos, para nosotros es un privilegio acompañarte y participar en este proyecto, es nuestro granito de arena. No limits!
EliminarChicos...qué viaje tan espectacular...¡¡me encanta!!...Me deja atónita y sin palabras...porque aunque voy de cuando en cuando por Asturias...hace tiempo que no la veo y no la redescubro...
ResponderEliminarEsa manera de viajar donde no hay obstáculos, sino oportunidades, me parece la más bonita...y con las hojas caídas, hacen que desees ir cuanto antes, para visitar esa que rodea a esas 100 montañas...
Es espectacular seguiros...siempre descubrís nuevos caminos o los miráis con vuestro prisma, ese que deja huella y que hace que anotes sin lugar a dudas esas sendas...para no ver al oso, sino para saber que vive allí.
Un abrazo muy grande, viajeros...y seguir llevándonos de viaje...
Graciaaaas Maria es muy gratificante vernos con tus ojos, y saber que nos acompañas por aquí. Lo cierto es que seguimos siendo curiosos sin contención y encontrarnos con personas apasionadas por su territorio hace que esas visitas se conviertan en únicas.
EliminarUn abrazo ;-))
Magnífico post, esta claro que habeis disfrutado y mucho con este viaje por tierras asturianas.
ResponderEliminarMagnifico texto y estupendas fotos,solo deseamos que impere la cordura en las personas y no estopeen lo que la naturaleza nos regala sin cobrar nada a cambio.Felicidades por tan estupendo post.
Un abrazo.
Asturias nunca decepciona, Los Tiramillas, y, claro que sí, la Naturaleza ofrece todo lo que tiene, solo es necesario respetarla, No parece mucho pedir, ¿verdad? Gracias por la visita, cracks. :)
EliminarAsturias nunca decepciona, por su paisaje, gastronomía o acervo. La he visitado en innumerables ocasiones y aún quiero volver más. 20 personas en Muniellos, pensaba que eran más. Todo sea por proteger nuestros bosques. Verlos en otoño es todo un lujo.
ResponderEliminarUn lujazo Tawaki y cualquiera de los miradores y recorridos que bordean Muniellos, aunque el cupo de 20 personas te deje fuera, merece el viaje. ;-)))
EliminarAsturias es un paraíso verde y si esas impresionantes estampas pueden ser contempladas por todo el mundo, incluso las personas de movilidad reducida mejor que mejor, me alegra mucho que el turismo a estos sitios sea cada vez más accesible. Maravillosas fotos, me han dado ganas de volver a Asturias. Muy buena entrada.
ResponderEliminarSe ha hecho mucho, Caliope, aunque queda muchísimo aun por mejorar; es algo que podemos comprobar cada vez que Miguel nos permite acompañarle, subirnos a una silla de ruedas y experimentar las situaciones, a menudo absurdas y trágicas, que las personas con movilidad reducida sufren dia a dia. Y si, Asturias llama... :)
Eliminar¡Saludos!
Hola chicos. Que bonita es Asturias! Y que sea accesible para hacer estas visitas mejor que mejor. Mi abuelo paterno era de Campo de Caso (Parque Natural Redes) y estoy ligada a esa zona de una manera muy especial. Asturias es un sitio donde quieres repetir una y otra vez. Un abrazo guisantes y a Miguel.
ResponderEliminarQue casualidad Maria Grau en este viaje nosotros pensabamos que ibamos a visitar Redes, una zona preciosa, a la que apenas nos hemos acercado en otras ocasiones. Nos queda para otra vez, Miguel si que estuvo, la Ruta del Alba. Y tienes razón, a Asturias quieres repetir, un abrazo fuerte dee vuelta ;-))
EliminarPrecioso post! Y más preciosa es Asturias! Me alegro de que sitios así se preocupen por que personas de movilidad reducida también puedan disfrutar de sus encantos! Lo que me ha sorprendido es saber que en esa zona cuentan con vinos con denominación de origen!! Un abrazo
ResponderEliminarM. Carmen Cruz, Asturias es un destino fabuloso, claro que si. Jajaja, lo de los vinos le sorprende a mucha gente, pero es la zona con más insolación de Asturias, y unido a otras condiciones ha hecho posible el cultivo de la vid desde hace siglos, aunque han pasado por una época oscura en cuanto a comunicación. A partir de ahora seguro que oiremos hablar mas de ellos... :)
Eliminar¡Saludos!