Hace ya bastante tiempo que el hoy equipo norteamericano de El Guisante Verde Project, comenzó su andadura de trotamundos en una pequeña ciudad llamada Szeged.
Allí vivieron durante unos años, enseñando y aprendiendo.
Fue la excusa perfecta para volver a la siempre fascinante Budapest, y la ocasión de recorrer las tierras magiares, en un viaje, soprendente y exótico, que aun hoy, puede realizarse, pero, de esto hablaremos en otra ocasión...
Aunque la historia de Szeged se remonta muy atrás en el tiempo, hay una fecha especialmente marcada en los anales de la ciudad: el 12 de Marzo de 1879, cuando, cerca de la medianoche, los diques que contenían el Tisza y el Maros cedieron, anegando la ciudad por completo.
El desastre fue tal que, de las mas de 5000 casas que componían en núcleo urbano de Szeged, únicamente 265 resistieron el empuje de las aguas. Las noticias sobre la catástrofe de Szeged recorrieron Europa como la pólvora; Viena, Londres, Bruselas, París, Roma y Berlín, contribuyeron a la financiar la reconstrucción de la ciudad, que se llevo a cabo utilizando los planos elegidos para el ensanche de Budapest.
El resultado es una ciudad muy homogénea arquitectónicamente, que muestra en todo su esplendor los estilos dominantes a finales del siglo XIX, el Eclectismo y el Art Noveau. Una joya en medio de la llanura. Uno de sus monumentos emblemáticos (os lo contamos en nuestra entrada de septiembre de 2014), es la Sinagoga Nueva, tal vez la más bella de Europa.
Mucho más sobre esta ciudad húngara, os cuenta nuestro compañero de fatigas y buen amigo, Álvaro, desde su serie de artículos, "A orillas del Tisza".