Menorca, vista desde el cielo, nos muestra su rostro curtido por el tiempo, modelado por el sol, el viento y el mar. El Mediterráneo nos deja ver aquí su mejor cara, verdes y azules infinitos rodean la isla, que nos llama y nos invita, nos atrae con la luz de sus faros.
Cientos de caminos surcan la piel de la isla, senderos estrechos delimitados por muros de piedra que nos hablan de la unión con la tierra, de la lucha por conservar su carácter, y del orgullo de saberse un espacio único, que este año celebra su vigésimo aniversario como Reserva de la Biosfera.
Nuestro contacto con Menorca ha sido rápido, fugaz incluso, e intenso. Un amor de verano que te deja con el corazón acelerado y la esperanza de volver a encontrarlo algún día no muy lejano.
El camino que nos lleva hacia el interior pronto deja atrás los sonidos de la ciudad y nos lleva, serpenteante (no podía ser de otra forma en esta isla), atravesando campos de labranza y viñedos, hasta nuestro alojamiento en el Hotel Torralbenc. El romero impregna el aire. Acabamos de llegar, y ya sabemos que no querremos irnos.
Nos hemos quedado con unas ganas infinitas de volver y si Menorca es conocida como la isla tranquila, lo cierto es que ofrece muchas más alternativas para viajeros activos de las que creíamos.
El Camí de Cavalls, camino de caballos, nos permite circunvalar Menorca a lo largo de 185 km, y acercarnos a las calas y playas vírgenes por caminos poco transitados, al menos en esta época del año.
La señalización nos va a permitir seleccionar por tramos el recorrido y las paradas que nos interesen. Haber tenido la oportunidad de realizar un tramo a caballo es una experiencia que tenemos que repetir, nosotros lo hemos hecho en los espectaculares acantilados cercanos a Cala Morell, en la zona noroeste de la isla.
Aquí se encuentran las necrópolis en cuevas de etapa pretalayótica, y la sensación de ver el paraje que nos rodea a la altura que proporciona ir a caballo es algo que engancha.
El caballo menorquín, negro, delgado, ya atravesaba estos caminos para unir las fortalezas construidas por toda la costa y trasladar armas y demás enseres.
Los faros tienen para nosotros un magnetismo especial, la luz que atrae y avisa al navegante, el lugar desde el cual soñar con destinos lejanos, el olor a mar... Nos hemos acercado a los de Favaritx y el de Cavallería en el cabo del mismo nombre al norte de Menorca.
Al llegar a Favaritx nos adentramos en un cuadro de Hopper, un lugar agreste que, sin embargo, invita a la contemplación. Edificios anexos ya nos hablan del buen uso que los menorquines dan al Marés, la piedra de la isla que trabajan de forma única. Saber que Cala Tortuga o la preciosa Cala Presili son accesibles desde aquí es un motivo más para visitarlo.
Tal vez vez sea porque también nosotros somos del norte, nos sentimos atraídos por el amplio brazo que se adentra en el mar hasta Cap de Cavalleria, el punto más septentrional de Menorca, donde la Tramontana, el viento famoso en la isla, hace su aparición.
La Reserva de la Concepció nos hace olvidarnos que estamos en la costa norte, al quedar abrazada por Fornells, y así proteger la entrada a esta cala donde se encuentran las salinas, que han recuperado para la isla la producción de flor de sal. Allí, un picnic a base de quesos, vinos y embutidos de Menorca es un auténtico caprice de dieux.
Las cámaras no dejan de buscar el contraste de los callejones en el antiguo puerto de pescadores de Binibeca, estas casas encaladas que miran al mar, los carteles pidiendo silencio, y la luz que se filtra entre las calles nos hablan de la vida a una escala mucho más humana que la que llevamos. Juan Antonio, uno de nuestros compañeros en este viaje, se hace eco de ese espíritu dibujando Binibeca en Somos Viajeros.
El atardecer es un acontecimiento en Menorca. El sol se oculta tras la isla hermana, Mallorca, inundando el cielo de todos los matices posibles de rojos, naranjas y amarillos. Muchos son los lugares desde los que disfrutar de ese espectáculo, y hacerlo desde la Cova den Xoroi es sin duda un privilegio, aunque nos provoque sentimientos encontrados.
Transitar a bordo de un todocamino las pistas más recónditas de la isla, en busca de calas o yacimientos, taulas o navetas, es una opción interesante que nosotros hemos tenido de la mano de Pep, un valenciano que se ha enamorado de Menorca y después de meses perdiendose por ella en coche, bici y a pie, guía ahora a los visitantes desde Jeep Safari.
Merece la pena profundizar en las raíces culturales de la antigua Meloussa. Su capital histórica, Ciutadella es uno de los enclaves que nos permite perseguir en sus calles la herencia de sus diferentes pobladores. Comprobar que la arteria principal sigue siendo la utilizada por los romanos. O enterarse de que una famosa ginebra francesa toma su nombre de esta ciudad (de la que también tomó prestada la receta...).
Los palacios de las familias nobles rodean la Plaza des Born, y es casi un juego seguir a Carolina de TalaiaCultura que nos invita a adivinar las paredes esgrafiadas con embarcaciones en la fachada de la Cas Comte, las huellas de su época islámica que hoy recrea el ayuntamiento o el minarete que recuerda el saqueo de la ciudad por parte de los turcos.
Con un bello puerto, asusta pensar en la risagga, la inundación que en varias ocasiones anega esta zona repleta de restaurantes, donde probar el famoso arroz caldoso...
Menorca nos ha ofrecido sus mejores vistas, calas donde dejar volar la mente, bosques por los que caminar en soledad, caminos donde solo se escuchan los cascos de los caballos, playas de aguas turquesa, una gastronomía sofisticada sin perder de vista sus orígenes.
Hemos tenido la oportunidad de charlar con sus habitantes, orgullosos de su tierra y de sus costumbres, y aprender como, por ejemplo, se fabrican de forma artesanal los quesos de Binibeca, en la comarca de Alcaiduset.
Por último, os dejamos con la vista de la Platja Cavalleria y Cala Rotja. ¿Por que ir a Menorca? Id, y no necesitaréis que nadie os de la respuesta. Lo sentiréis en el corazón.
Menorca es un sitio alucinante, estuve unos dias, pero no de visita turistica, sinó mas bien de trabajo, y no pude disfrutarlo, solo una visita fugaz, también volvreé...
ResponderEliminarTambién para nosotros Carlos Javier Nuñez Vazquez ha sido demasiado rápido. Aun así, nos ha maravillado. Deseando volver. Saludos!
EliminarEs uno de mis destinos pendientes, estoy segura que, como buena enamorada de los paisajes mediterráneos, me va a encantar. Preciosas fotos y magnífica entrada, Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Caliope nosotros no la conocíamos, y estábamos queriendo volver antes de irnos... Te encantará. Un abrazo!
EliminarUn paraíso!! Que te regala oon todos los placeres para tus sentidos!! Me quedo con cala Pregonda y Fornells!!
ResponderEliminarComparto!!
WomanToSantiago
Una elección genial, Noelia Ramos, gracias por la visita! :)
EliminarEs el paraíso Menorca y que cerca lo tenemos.
ResponderEliminarLas fotos preciosas.
Maria Grau nos encanta buscar lejos, pero también hay mirar lo que está cerca, para no perdernos lugares como este. Saludos!
EliminarNos queda clarísimo. Es una isla preciosa.
ResponderEliminarA ver si es verdad, Tiramillas, y os plantáis allí... :)) Bsos.
EliminarCreo que del año que viene no pasa. Preciosas las fotos.
ResponderEliminarOs va a gustar, y mucho, Mari Carmen Martin, y veremos vuestras fotos, que serán espectaculares, :)
EliminarQué maravilla de post para otra maravilla de lugar! Allí viví yo durante un año antes de venir a parar a Euskadi. Es mi rincón en el mundo , y aunque este año me han puesto falta, es a donde siempre regreso para encontrarme conmigo misma. Menorca tiene rincones fantásticos, más allá de hermosas playas y el interior es casi siempre sorprendente y donde uno puede fusionarse mejor con la cultura de esta isla. Y los atardeceres...., algunos de los mejores que he vivido nunca! Y sí, estoy de acuerdo con vosotros, La Cova d'en Xoroi produce sentimientos encontrados.
ResponderEliminarGracias por este post que me ha hecho estremecer al trasladarme a rincones que adoro como el Far de favaritx o la Platja de Cavalleria.
Espero que pronto podáis volver a Menorca, para reconfirmaros en que este amor a primera vista, se convertirá en un amor para siempre.
Un abrazo bikote!
Carol, Moonflower, gracias a ti, jo, nos has emocionado! :) Y nos preguntamos, ¿donde no has estado, o vivido...!!!?
EliminarUn abrazo grande!
Me encanta Mahón, tiene un Lazareto marítimo del tiempo de las epidemias.
ResponderEliminarTus fotos estupendas.
Saludos viajeros
El LoBo BoBo
Paco Piniella, Mahón fugaz... nos toca volver! Un abrazo!! :)
EliminarMenorca lo tiene todo... tranquilidad, playas espectaculares, una gastronomía deliciosa, paisajes que quitan el aliento... pero también marcha.
ResponderEliminarYa os lo habrán dicho miles de personas, pero no dejéis de ir por Sant Joan. La isla se transforma y es una experiencia única!
Así es, no es tan tranquila como todo el mundo cree, Artchitectours.com, y por San Joan tiene que ser una pasada, cierto.
EliminarSoy una enamorada de la isla. Sería estupendo que siempre estuviera así de protegida y cuidada, que la gente no la "atropellara", que la huella que dejamos en ella no sea dañina, .... de algún modo, me gustaría que nadie la encontrara que creyeran que es un paisaje soñado, que no existe, ... Todo ello con el único fin de proteger este pequeño paraíso. blogenmenorca.wordpress.com
ResponderEliminarNice shots! :) hope you can visit my blog. http://taragumala.blogspot.com
ResponderEliminarThanks for comment, , :)
EliminarNo me extraña que os hayáis enamorado de esta isla!! Qué fotos!! Es uno de mis destinos pendientes!! Aunque a decir verdad, las Baleares, salvo Mallorca, son territorio desconocido para mí!
ResponderEliminarUn abrazo
Estuvimos a final de temporada, M.Carmen Cruz y nos queríamos quedar en el hotel (que cerraba varios meses) aunque fuera de guardias, jajaja. La verdad es que solo conocíamos Mallorca, y Menorca nos ha encantado. Un descubrimiento, de verdad.
EliminarAbrazos!
Emocionante reportaje, adoro mi roquita donde vivo con orgullo
ResponderEliminarNo es para menos, hay motivos para ellos. Gracias por la visita.
Eliminar¡Saludos!