Vermont el Otoño Perfecto

Cierra los ojos. Escucha. Silencio. Poco a poco, comienzas a sentir el viento entre los árboles, tal vez un río, los pájaros, y entre todos esos sonidos, tu propia respiración.

Abre los ojos. A tu alrededor, miles de árboles. Comienzas a caminar por un sendero cubierto de hojas de colores rojos, magentas, amarillos, naranjas, ocres, verdes, incluso lilas…

Es otoño. Es Vermont.

Llegamos conduciendo desde el oeste, desde el Empire State, el estado de Nueva York, por carreteras donde la palabra conducir adquiere toda su dimensión. Paisajes infinitos, valles, bosques, el río Hudson, que cruzamos en Riverside Station, muy lejos aun del que parece su verdadero hogar, allá en las riberas de Manhattan.

Conduciendo por la 87, la Adirondack Northway llegamos a la frontera, al borde de ese mar interior que es el Lake Champlain, del que os hablamos en la historia del Erie Canal y la primera guía de viaje de América. Al otro lado, nos espera el estado de las Green Mountains, las granjas y el sirope de arce.

La naturaleza es la que determina el ritmo de la vida en Vermont, en especial el invierno, largo y riguroso, cuando buena parte del estado se cubre de blanco. Como si quisiera compensar la situación, antes, durante el otoño, Vermont despliega una sinfonía de color a lo largo y ancho de su territorio.

Un auténtico espectáculo que invita a recorrer el estado en busca del color más intenso, y provoca una auténtica peregrinación turística, cámara en la mano. Son numerosas las webs, tanto oficiales como de entusiastas de la naturaleza, que informan casi hora a hora de la evolución del color de las hojas durante la estación otoñal. A dia de hoy, el color de otoño está en lo que se denomina pico, el momento en que los colores están en pleno apogeo.

Vermont es también un paraíso para los que nos gusta el trekking. Innumerables rutas atraviesan todo el estado, y muchas se utilizan también durante el invierno, cambiando las botas por los esquís. Vermont es el hogar del primer gran recorrido (GR) de Estados Unidos, el Long Trail. Se construyó entre 1912 y 1930, y por el podréis caminar durante 438km. Nosotros hicimos algunos de sus tramos, siempre espectaculares.

El otro trail que recorre Vermont, y que coincide durante aproximadamente 100km con el Long Trail, es uno de esos caminos míticos, con el que sueñan muchos y solo unos pocos son capaces de realizar: el Appalachian Trail. Atraviesa 13 estados para completar un total de 3500km. Aquellos que son capaces de completarlo de una vez entran en el exclusivo club de los Thru-Hikers, donde algún día esperamos estar, y contarlo. Si pensamos que la persona más longeva que ha conseguido completar el AT lo ha realizado con 80 años, parece que aun tenemos tiempo...

El Robert Frost, en las Green Mountains, el camino que lleva a las Texas Falls, Smugglers Notch... son algunos de los lugares que llevamos en la mochila y buena muestra de lo que os espera en este rincón salvaje de Estados Unidos.

Descubrir Vermont en otoño es luz, color, detalles que quedarán grabados en la memoria. Es, también, Halloween, calabazas, muñecos, casas y pueblos decorados, aunque esa es ya otra historia, que pronto os contaremos.

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