Si en nuestra entrada 'Arte Urbano en Bilbao, una ruta de bote en bote (de pintura)' recorríamos Bilbao a través de lo que llamamos la versión oficial del arte urbano, ahora os proponemos extender la mirada hacia esas obras más espontáneas y frágiles, que en ocasiones conviven y dialogan con las integradas en proyectos artísticos reconocidos. Para el artista urbano la ciudad entera es un gran lienzo en el que plasmar inquietudes, que a menudo juegan un papel importante de crítica social y en otras son puramente un ejercicio artístico.
Siempre resulta complicado elegir la imagen con la que empezamos un artículo, y en medio de ese proceso nos dimos de bruces con uno de los trabajos más recientes de Eva Mena. Por sus características formaría parte del arte urbano incluido en nuestra primera entrada, pero no hemos podido resistirnos ante la fuerza de esa poderosa mujer que nos mira desde la pared; la encontraréis en la cafetería de Alameda Rekalde 20.
El otro arte urbano, al que dedicamos este artículo, aunque no podamos evitar que se nos 'cuele' alguna imagen del 'arte oficial', es más impulsivo y mucho más frágil, porque está sometido a las condiciones que impone la calle. Más allá de la acción de los elementos, que afecta a todas las obras, la elección de soportes como muros, edificios en ruinas, propiedades privadas, lugares en rehabilitación, etc., lo hacen candidato a desaparecer en un breve plazo de tiempo. Sin olvidar que también sufren vandalismo. Esto es algo de lo que no se libran ni los famosísimos murales de la East Side Gallery de Berlín, y que ha hecho necesaria su restauración en varias ocasiones.
Otro fenómeno que afecta a los artistas urbanos es la especulación que se hace con su obra, expuesta para ser contemplada por cualquiera que transite por las calles. Un buen ejemplo es lo ocurrido en un barrio de Berlín, Kreuzberg. Tras el sospechoso incendio y derribo de un edificio, los promotores de la nueva construcción utilizaron como gancho para la venta de la propiedad, las icónicas pinturas contiguas de dos reconocidos artistas, Blu y JR, tituladas ‘Brothers Upside and Down’ y ‘Chains’. Los artistas, en respuesta, las cubrieron de pintura negra... y todos perdimos. Os contamos lo ocurrido y mucho más en ‘Berlin, Contracultura, Street Art y Okupas’.
Zorrotzaurre, en Bilbao también tenemos islas
De vuelta a Bilbao, debemos señalar que la selección que aquí incluimos no es exhaustiva, y parte de los murales que os mostramos ya no están. En especial se nota la pérdida de los ubicados en la isla de Zorrotzaurre, donde se está llevando a cabo un ambicioso proyecto de transformación, megalómano incluso para Bilbao. La isla, que luego fue península y ahora ha vuelto a recuperar su carácter insular, fue sede de numerosas empresas, muchas de las cuales cesaron su actividad hace tiempo, con el declive industrial que comenzó en los años 70 del siglo XX, convirtiendo este pedazo de tierra en medio de la Ría en un paraíso para los artistas urbanos.
En las calles y callejones de Zorrotzaurre, casi en cualquier lugar donde pueda pintarse, encontramos las obras de habituales de los muros, como Malk, Hibernando, Muro, Txemi, Arroyo, Lepri y muchos otros que, por simple desconocimiento, no podemos nombrar.
Los vecinos que tienen aquí su residencia están asistiendo a un proceso sistemático de demolición que va a crear, prácticamente, una ciudad nueva. Habrá que ver como coexisten el urbanismo del siglo XXI con los antiguos edificios industriales que se van a salvar de la piqueta y las viviendas de los habitantes actuales. El proyecto original lo firmó la iraní Zaha Hadid, premio Priztker (primera mujer en conseguir el ‘nobel de arquitectura’), otro de los grandes nombres de la arquitectura mundial que contribuyen a la imagen actual de Bilbao. El trabajo era un auténtico reto, transformar una ruina industrial en una ciudad residencial. Lamentablemente, el fallecimiento de la arquitecta le impedirá ver su obra finalizada. El debate sobre mantener o no edificios de nuestro pasado industrial aún sigue abierto.
Bilbao la Vieja, San Francisco, Zabala
Zorrotzaurre no es el único espacio donde podemos encontrar este arte urbano más reivindicativo. Es necesario recordar que Bilbao la Vieja, San Francisco y Zabala de los que ya os hablamos en nuestra primera entrada sobre Street art en Bilbao, son de los primeros barrios en incorporar el trabajo de los artistas urbanos. No es difícil encontrar junto a los murales promovidos desde diversas instituciones otros, normalmente de menor tamaño, que cuentan otras historias, como 'Noche Abierta, Cierre Tropical' de Juan Malk que aparece enmarcada por dos trabajos, sin título, de Hibernando, a la altura del número 17 de la calle Cortes. También queremos mencionar la curiosa Casa Amarilla en el comienzo de la calle San Francisco y un colorista ejercicio de geometría que Erb Mon nos deja en la Plaza de los Tres Pilares.