El refugio que forma esa imponente visera de piedra, conocida como el Galeón, es un lugar asombroso para edificar un monasterio, y aunque esta no era nuestra primera visita a San Juan de la Peña, la verdad es que no recordábamos la leyenda que cuenta que el Santo Grial estuvo custodiado entre sus muros.
La historia del edificio tiene todos los ingredientes para hacer interesante su visita; hay relato en la forma en la que fue elegido este risco para albergar el Monasterio Viejo. La leyenda cuenta que un cazador de Zaragoza, el joven Voto, se despeñó mientras perseguía a un ciervo al borde de la montaña. Durante la caída, se encomendó a su santo favorito, San Juan Bautista, y milagrosamente jinete y cabalgadura aterrizaron ilesos. Allí, el cazador descubrió el cadáver incorrupto de un eremita y una capilla dedicada a San Juan. En agradecimiento por haber salvado la vida, decide convencer a su hermano Félix para vender todos sus bienes y retirarse a vivir bajo este abrigo rocoso.