20 de junio de 2017. Termino de leer por tercera vez el libro de Ángeles Caso: Elisabeth, emperatriz de Austria-Hungría o el Hada Maldita, un texto que me ayuda a hilar las sensaciones vividas durante nuestro último viaje a Viena, una ciudad que se rinde a Sissi, y de la que hemos regresado hace unos días.
Tras recorrer las interminables salas de la colección de objetos de arte y de la vida cotidiana del Palacio de Hofburg con la plata y la vajilla imperial, que nos hablan de ceremonial y protocolo, he sentido la llamada del exterior en el sonido de los cascos de los caballos que recorren las calles de la ciudad como lo harían en época de Isabel. Un mundo fuera de esa jaula dorada que tuvo que ser para Sissi, para Erzebet la húngara, la vida en palacio y las rígidas normas de la corte.