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febrero 27, 2014

Templo de Hathor en Dendera. Egipto. Dioses y Hombres

Quiosco de la terraza del templo de Dendera

Durante el último FITUR, la Oficina de Turismo de Egipto organizó una conferencia impartida por el mediático arqueólogo y egiptólogo, Dr. Zahi Hawass, a la que tuvimos el privilegio de asistir gracias a Viaje al Atardecer. De allí salimos con renovado deseo de regresar al país de los faraones, y también de realizar una nueva entrada de nuestra serie Dioses y Hombres. Esta vez la dedicamos al Templo de Hathor en Dendera.

El Dr. Hawass nos llevó de viaje por las profundidades de los yacimientos arqueológicos egipcios, mostrando las alegrías, las decepciones, y el trabajo intenso que supone cada paso. También nos expuso su visión del difícil momento por el que está atravesando su país y cómo afecta al patrimonio cultural. Su alegato en defensa de ese tesoro, que lo es también para la humanidad, y de la necesaria recuperación del sector turístico para preservarlo, nos llevó de vuelta a la época, también convulsa, en la que nosotros descubrimos Egipto.

febrero 18, 2014

Thay y Tai Phuong, las Pagodas del Oeste en Hanoi

Tímpano decorado con dragón, Pagoda Thay

Habíamos decidido despedir nuestro recorrido por Vietnam con las llamadas Pagodas del Oeste, o Pagodas de Ha Thay, una excelente alternativa a la mucho más turística Pagoda del Perfume. Tal vez el hecho de resultarnos esquivas, ya que no se encuentran entre las visitas habituales les conferían mayor atractivo.

Se encuentran situadas, de ahí su nombre, al oeste de Hanoi. La primera de ellas, en el pueblo de Sai Son, a unos treinta kilómetros de la capital, es la Pagoda de Thay.

La segunda, unos kilómetros más hacia poniente, ubicada en el pueblo de Yen, es la Pagoda Tay Phuong, y la tercera, a 30 kilómetros al sudoeste de Hanoi, en el pueblo de Thien Lu, es la Pagoda Tram Gian, aunque esta última se encontraba cerrada en el momento de nuestra visita.

febrero 07, 2014

Estaciones Fantasma en Berlin. El Muro bajo el Muro

huidas-east-side-gallery

Caminando por Berlin nos encontramos, casi sin quererlo, con los restos de una enorme cicatriz que la recorre. Hoy paseamos libremente por sus barrios, atravesando a nuestro antojo una y otra vez esa cicatriz, solo una marca en el suelo testigo de lo que fue, un muro infranqueable para muchos, Nos resulta inevitable imaginar la impotencia sentida al no poder cruzar una calle o al tener que subir a un lugar elevado para saludar a los tuyos al otro lado; las miles de tragedias personales, y colectivas, que transcurrieron entre sus paredes.

Bernauer Strasse, frontera del muro

En lugares concretos, convertidos hoy en punto de encuentro obligado para los viajeros, como la East Side Gallery, el muro que dividía a la ciudad y separaba a sus habitantes, aparece en toda su dimensión ante nuestros ojos. Sin embargo resulta más sobrecogedor en otros, como Bernauer Strasse, donde, alejados de muchedumbres, nos detenemos junto a una pared vertical de hormigón armado sin llegar a comprender el sinsentido de algunas acciones humanas. Este año se conmemora el 25 aniversario de la caída de ese muro, que separó no solo a los berlineses, sino al mundo entero.