Sándor Márai, “Confesiones de un Burgués”
El Café Central, fundado en 1887, fue uno de los grandes cafés de la vieja Budapest, y al igual que el antiguo Café Nueva York, otra gloria del pasado que ha recuperado, al menos estéticamente, su antiguo esplendor, constituía un centro de pensamiento, academia artística, lugar donde oír y difundir noticias, donde se gestaba aquello llamado "progreso".
Su nombre resultaba muy apropiado, precisamente por esa ubicación central, tan próximo a las universidades y bibliotecas que fue definido como Universidad (aunque más productiva que esta) Abierta por el escritor Emil Kolozsvári Grandpierre.