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Me llamo Rojo, Orhan Pamuk “El rojo de una escena de una multitud, en la cual, me di cuenta en seguida, cada uno de mis ilustradores había trabajado en un rincón d...

marzo 07, 2008

Me llamo Rojo, Orhan Pamuk

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“El rojo de una escena de una multitud, en la cual, me di cuenta en seguida, cada uno de mis ilustradores había trabajado en un rincón diferente, me estremeció por su pasión.”

Me admira desde hace años el tratamiento del color en las obras de Pamuk, en parte explicada por sus años adolescentes dedicados a la pintura. Sus obras tienen textura, son visuales, en especial Me llamo Rojo, fascinante narración que va más allá de la vida de los iluminadores, para volver sobre la tradición o la innovación. ¿Imitadores o creadores?.

El reto del Sultán que quiere ser retratado desafiando la ley islámica es la excusa para un libro donde el lector tendrá que reconstruir la historia, identificar victima y asesino, a partir de las versiones de cada personaje. La admiración suscitada por los pintores occidentales, la tradición persa, los maestros de Herat y Tabriz…

Cómo no hablar de color en un autor que se inspira en “la otra Roma”: Estambul, en la ciudad puente entre Asía y Europa, sus mezquitas, sus bazares, sus esplendidos azulejos, dejan una huella en la retina que afecta a la forma de escribir de Pamuk.

No sólo en este libro recurre al color como metáfora de sus personajes, también en Nieve el color define al personaje más esquivo, Azul. Incluso el libro que le hizo famoso entre nosotros, mucho antes de ganar el Nobel, tiene por título El libro Negro.

He leído sus páginas, del negro al rojo, al azul, al blanco de los copos de nieve, pasando por La vida nueva, y nunca ha dejado de sorprenderme, aunque me encuentre entre sus personajes y en las calles de su adorada Estambul, o Kars o Frankfurt, como dentro de una pintura.


Hay muchas de sus obsesiones, esperanzas, miedos, anhelos que se repiten una y otra vez, y los hacemos nuestros, nos acercan el mundo del otro, de ese país, el más europeo de los países islámicos, un país orgulloso de su tradición, con necesidad de innovar, de acercarse a occidente sin perder su identidad.

Estas historias, que son las de un país, las de sus gentes, consiguen convertirse en nuestra propia historia, como él mismo explica en La maleta de mi padre, al hablar de la literatura como medicina, de la necesidad diaria de leer y escribir buena literatura. Contrariamente a lo que Pamuk anuncia (él prefiere admirar a escritores ya fallecidos), a mi me encanta que él sea un autor vivo, para poder seguir leyendo obras nuevas, que dosifico como toda la buena lectura, para poder entender por qué escribe y por qué le leemos.

Encuentro en Pamuk a la Turquia que conocimos hace años, aquella Turquia que como europeos nos fascinaba en Topkapi y la Mezquita Azul -siempre presente el color- , y que nos sorprendía reuniendo buenos conversadores en restos de cementerios reconvertidos en cafés, aquella Turquía de grandes vendedores, amables, expertos… de iluminadores y miniaturistas, que han hecho de los más pequeños detalles un arte sublime.

2 comentarios :

  1. Excelente libro. Lo leí hará cosa de un año y me pareció fantástico. Vaya que Pamuk tiene habilidad para recrear escenas de lo más extrañas.

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  2. "Estambul" de Ohran Pamuk.
    en otro post R me pregunta por este libro, y Ana está leyendo "Me llamo Rojo " por nuestra culpa, así que traslado aquí algunas reflexiones que espero os interesen:
    Tanto "Estambul", como "Las maletas de mi padre" son obras para conocer las motivaciones de Pamuk al escribir, sus contradicciones y su enorme pasión por la literatura, la pintura y la Estambul de sus primeros años.
    El primero es un libro guía, con fotos de infancia y de sus lugares preferidos, hace muy poco he sabido que ha grabado un reportaje para tv sobre Estambul, que estará, espero en la web de RTVE.
    El segundo es un libro que recoge algunos artículos y su discurso al recibir el nobel, además de un homenaje a su padre (Lammermoor, te encantaría!)

    Sus libros esconden la historia, los nombres de personajes históricos, periodistas, barrios, calles y mapas mentales que uno desea seguir eternamente, en un viaje por la antigua y por la actual Turquía.
    "El Libro Negro" o "La vida Nueva", nos hablan siempre de juegos de identidades, el libro dentro del libro...
    Me costo algún tiempo encontrar "El Sultán y el Astrólogo", que en España han titulado "El castillo Blanco", y es uno de sus primeros libros, amibentado en la Turquía del siglo XVII.

    Leí "Nieve" justo antes de las elecciones turcas del 2007, y anoté ¿habrá una primera dama con pañuelo?, ganó Erdogan y Turquía sigue esperando que Europa le abra la puerta...
    Y ahora espera en la estantería "La casa del silencio" ¿será casualidad?

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